viernes, 27 de septiembre de 2013

Célébrer ou ne pas célébrer mon anniversaire?… C'est la question!

Por Mireya Cerrillo.

Este año cumplo 27 años y a diferencia de otros años no siento ganas de festejar mi cumpleaños.
Quizás sean las leyendas que envuelven a este significativo número. O simplemente la nostalgia de saberte lejos y no poder festejar contigo.
Sin embargo, leí que el número 27 es altamente orientado a la espiritualidad. A lo mejor éste sea entonces el año para encontrar aquello que siento me falta: Fe.
El 27 también es un número armonioso, de coraje y poder. Y según se dice, bendice a la persona con la promesa de autoridad y mando. Es un número creativo y emocionalmente sensible, ¿acaso puedo serlo más?.
De cualquier manera, un año más ha pasado y con temor a formar parte del famoso club de los 27, sigo creciendo. Espero no ser parte de ese club de celebridades que han muerto a los 27. En cambio, formaré parte de mi club de amigos de 27 años, esos locos a quienes conozco desde los 12 años y que a pesar de que nos hacemos mayores, conservamos aún ese humor adolescente y cercanía infantil.
Pero volviendo al 27, he aquí algunos datos interesantes de este número:
 - 27 es el número de libros en el Nuevo Testamento o de bloques de un cubo de Rubik.
- El alfabeto español tiene 27 letras. (Sólo 27 letras me bastan para escribirte…)
- La Unión Europea tiene 27 estados.
- 27 es el número de años que Nelson Mandela pasó en la cárcel.
- 27 días tarda la Luna en orbitar en torno a la tierra, y el Sol en girar en torno a sí mismo.

Sea como sea, y según encuestas 27 es la edad en la que más gente considera que le cambió la vida. Y sólo por eso, me da curiosidad recorrer este nuevo año y descubrir de qué manera mi vida se transformará a partir de ahora.
Este camino a los cercanos 30 me da 3 años para realizar una exhaustiva lista de metas a cumplir para entonces, y que compartiré en un futuro post. Mientras tanto, la vida sin duda me da motivos para celebrar este año y con ganas o no, ya ha sido un estrambótico año de cambios.
Celebraré el quererte, sólo eso ya es un gran obsequio: pensarte aunque seas tremendo dolor de cabeza, de pecho y el sabor de una dulce incerteza. Saber que existes y que en algún lugar lejano coincidimos. Has sido de la vida un gran regalo.
Festejo las sonrisas y aplaudo mis momentos de agonías. Cumplo 27, celebro 9855 lunas con sus respectivos soles. Es mi día y haré lo que me plazca… ;)
P.D. Aunque mi cumpleaños es el día 29, hoy parece más adecuado pues la fecha coincide con el número de años que cumplo.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

En un poema...

-"La historia ha probado la capacidad demoledora de la poesía y a ella me cojo sin más ni más", Neruda.-
-"La poesía es el género de la sinceridad última e irreversible", Benedetti.-

Por Mireya Cerrillo.

Jamás he escrito un poema,
y yo quiero escribir un verso perfecto.
Las palabras son mi emblema,
pues dicen de mi alma lo más selecto.

Quiero escribir un poema, quizás dos.
Para decirte en pocas letras, el eco que en mí hace tu voz.
Quiero escribir un poema, quizás tres,
para que sepas lo que para mí eres, de una vez.

Cuando escriba una elegía,
¿me sentiré quizás aprendiz de Neruda,
o quizás será Benedetti el que a mi pluma dé guía?
No lo sé. Me quedaré con la duda para no escribir con premura.

Lo que sé es que en mi corazón se esconde una oda:
mi inspiración más íntima y profunda.
Que me invita a Grecia a convertirme en rapsoda,
para recitar lo que a mi pecho inunda.

Sólo quiero escribir poesía,
ser una balada de versos y momentos.
Recordar y añorar con desasía,
con alegría, sin lamentos.

Quisiera mis palabras sean un himno
de nostalgia y de amor
que evoquen un feliz trino:
de ti, de mí y este eterno resplandor.

En un poema aún por escribir
y en mi prosa por descubrir:
seré literata y poetisa,
seré lluvia, seré tu brisa.


lunes, 23 de septiembre de 2013

Corazón de emigrado...

Por Mireya Cerrillo.


Me ausento temporalmente de esta mi tierra, de esta mi patria
para residir en donde encuentre un nuevo inicio:
para descubrir nuevos sabores y entender otros mantras,
busco la calma y extraño el bullicio.

 Síndrome de Ulises le llaman, quien perdido en su camino a Ítaca,
añora el origen…  y ansía un nuevo destino.
Es sentirse perdido, es una nostalgia que al corazón ataca,
es el deseo de ser errante, un eterno clandestino.

La fuerza de la Odisea: el saberse sin retorno,
huír y volar. Vivir viendo para ser en otro sitio.
Ser capitán, ser marinero, perder el suelo
y navegar en sintonía con el ritmo del mar.

Quiero estar siempre en movimiento,
aunque a mis raíces busque tornar.
Tener libres recuerdos del mundo sin igual,
escribir momentos que sean de mi alma el más puro alimento.

Viajar ligero de equipaje entre ciudades y países
con hambre y pasión descubridora,
pintar con nuevos matices
todo lo que mi mente ahora explora.

Con los sueños dentro de un veliz
y mil pasajes sin regreso.
El camino va quedando tras de mí,
y lo bueno y lo malo del trayecto sospeso.

Quien fuera Gulliver o Marco Polo,
para acumular millas como Amelia Earhart en su aeroplano.
De norte a sur, encontrarse al estar solo,
perderse en tren o en barco, estar en un lugar lejano.

Viajar es ser poesía en una postal,
es irse para regresar.
Escribir un abrazo anhelándolo real,
ser calma, besar y otros mundos inventar.

 La vida es una eterna aventura,
ir a lugares inimaginables.
Viajar es ser yo sin censura,
y dejar en libertad mi alma indomable.

Tengo el corazón del emigrado,
distante, lejano, siempre en pleno vuelo.
Soy poeta y soy viajero,
busco tu destino anhelando ser tu cielo.

viernes, 20 de septiembre de 2013

En un beso...

Por Mireya Cerrillo.


En ese deseo de un beso tuyo suave y sutil
comprendí la distancia en el viento.
Cómo es el tiempo ingrato y a veces incluso fútil,
dulce inconveniente esto que siento.

Hay una historia en tus ojos que aún temes decir,
una verdad en mi pecho que quieres sentir.
Y una clara pretensión que avisa
los besos escondidos detrás de tu sonrisa.

Sin miedo, y sin prisa:
sé que te quiero para mí.
Este frio es sólo una brisa
que anuncia que seré de ti.

Es el calor de mi cuerpo
lo que te llama y te hace huir.
Es un deseo etéreo
que sólo quiere fluir.

Ya no sé qué pensar
de esta razón de existir.
Eres un breve musitar
que hace a mi corazón latir.

En mis labios hallarás
las palabras que he callado.
Con un beso sabrás
cuánto eres amado.

Ahí donde acaba tu boca,
ahí donde inician mis labios.
En la comisura que me provoca,
sabrás de qué te hablo.

Es el deseo de un beso:
una deuda del tiempo.
Una promesa que confieso:
será el principio de un te quiero.


jueves, 19 de septiembre de 2013

Epitaphium...



Por Mireya Cerrillo.

Cuando el momento de mi último suspiro llegue, quiero que en mi epitafio se lea:

Que conocí la locura y que escribí poesía sin premura,
Que tuve sueños y alcancé metas.
Que viajé, me perdí y me encontré.
Que quise y me sentí siempre querida.
Que di lo mejor de mí.
Que regalé sonrisas y fui todo lo que pude y quise ser.
Fui plena, fui feliz y dejé mi mundo mejor de lo que lo encontré.
Pero más importante quiero que se sepa: 
Que me reí de la vida y que lloré por amor.
Pues he ahí la intensidad de la vida, he ahí lo que significa vivir con pasión.



Somos...

-Mario Benedetti-


Por Mireya Cerrillo.


Tanto tiempo preguntándome ¿qué somos? Hasta que dejé de atormentarme y entendí:
Somos la distancia entre estos breves asomos.
Aunque si quisiera algo más concluyente quizás diría que somos cuestión de tiempo.
Conociéndote brevemente he aprendido que puedes ser: persuasivo, insistente, persistente, intuitivo y muy convincente. A veces: evasivo, indiferente, con incertidumbre e incluso sin palabras a mis demandas.
Yo sé que soy: soñadora, idealista, poeta y ese quizás sea mi gran inconveniente: busco palabras pues necesito de las letras.
Sin embargo también soy: sincera, detallista, entusiasta, sonriente y como tú también: muy racionalista, crítica y exhaustivamente analista.
Y me he dado cuenta de que ese es nuestro mayor problema: buscamos dentro de nuestros referentes razones que expliquen lo que sea que estamos sintiendo. Le preguntamos a nuestra mente qué es lo que nuestro corazón siente para intentar definir lo que somos y no somos. Y así sé que somos este dulce intervalo entre dos atormentados.
“Somos cómplices” diría Benedetti. “Muchos somos” diría Neruda. Jaime Sabines diría que “somos locos amorosos sin dios y sin diablo”
Yo diría que después de todo somos amigos, somos niños jugando al juego del amor. Y en palabras de Caballero Bonald: “somos el tiempo que nos queda”. “Odiamos lo que casi somos” diría Pessoa. Sin duda, somos lo que se nos va dejando ser, lo que me lleva a pronto concluir que somos dos, un poco a poco que con suerte se va haciendo uno.
 Y sin saber exactamente qué somos, sé que somos lo que somos: la expresión libre de un deseo que hoy no puede ser.
 Y la verdad es que importa poco, pues aunque nos gusten los conceptos, tampoco hay que ponerle nombre a todo...

martes, 17 de septiembre de 2013

Dudas corazón...

"Cuando desvelo algo traigo en el entrecejo: una frase o un verso. 
Palabras reflejo de mi pecho. Amor: dulce tormento..." GMCR.

Por Mireya Cerrillo.

¿A dónde se fueron tus besos
al final de cada oración?
¿A dónde quedó mi amor
fruto de tu acción?
Se quedaron en tus juegos.
Lo silenció el dolor.

Eres difícil, lo sé.
Soy complicada, eso también.
Dame confianza para ser.
Mejor dame un beso o quizás cien.

¿Quién te quitó el cuidado?
¿Quién jugó con mi intuición?
¡Quiero ser tu arrebato,
pero no tu diversión!

Siento curiosidad por tu fuego interior.
Tengo ganas. Tengo miedo del tremor.
Si me dijeras que soy una excepción… tal vez.
Un proyecto… eso no quiero ser.

¿Si me alejo es por inseguridad o protección?
Si me quedo es por anhelo y por amor.
¿Qué sientes tú por mi corazón?
Será tu respuesta mi pasión.

No somos nada más que un deseo.
Eres mi todo. Soy tu reflejo.
La solución está en el tiempo.
La pregunta está en el viento.

Puedo jugar este juego.
No quiero perder más el sueño.
Quiero ganarme tu anhelo.
Quiero ser tu desvelo.

Tantas misivas compartidas,
hoy se volvieron evasivas.
tantas miradas explosivas,
hoy son palabras silenciadas.

Preguntas y más preguntas.
En tus silencios están las respuestas.
Y te di más versos y mis poemas.
Y me diste más dudas con tu incerteza.


lunes, 16 de septiembre de 2013

Amor a cuentagotas...

"Vuelves a mí porque el asesino siempre vuelve al lugar del crimen."
Óscar Hahn.

Por Mireya Cerrillo.

Vivimos una historia que se escribe a cuentagotas.
De pronto no importa la distancia, porque sé que esto es fuerte.
En mis poesías brotas y en mi corazón estallas.
Gracias por enseñarme en tus ojos un mundo diferente.

Siento una tremenda paz,
soy feliz así sin más.
Atraviesas mi corazón y cada centímetro de mi piel.
Esta pasión interior se siente bien, sabe a miel.

Ten fe en mí.
Confío en ti.
Soy la que fui.
Quiero ser sólo de ti.

Así poquito a poco,
así a cuentagotas.
Nos acercamos en un evoco,
me llenas de luz y de vida me dotas.

Eres una vaga ilusión,
que va y viene y a veces se desaparece.
Una fuerte atracción,
no quisiera volver a perderte.

Somos una vaga realidad:
un reencuentro de un para siempre.
Un dulce tormento sin piedad,
un deseo que al alma escuece.

De momento, disfrutemos esta calma.
Vivamos esta aventura día a día.
Así sin echarnos en falta,
dejemos que el amor sea nuestro guía.

Así como en un libro,
nos escribimos de a suspiro a suspiro.
Nadie nos quitará lo vivido,
ni siquiera si pretendes tirarme al olvido.


domingo, 15 de septiembre de 2013

Me dueles México...

“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”. Artículo 87 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Por Mireya Cerrillo.

Hoy voy a dar el grito
con ganas de hacerme escuchar.
Un alarido en silencio por este México rojo
que se niega a despertar.

Le falta recordar pintarse de blanco:
color de paz y armonía.
Recordar el verde franco
de esperanza y trabajo en sintonía.

¡Me dueles México!
Pero más me duelen los mexicanos
que viven en constante incierto,
que son de nadie, que son ufanos.

Ser mexicano es…
Para mí un orgullo
y un constante compromiso.
De hacer en mi tierra tremendo barullo,
y dejar de ser un simple pesquiso.

Busco ser protagonista de esta mi patria,
quiero generar cambios y el despertar de la conciencia.
Para hacer del amor a México mi mantra,
y contribuir a su excelencia.

Desde mi trinchera contribuyo a su riqueza.
Alabo su gastronomía y revivo su cultura.
Sus playas de sinigual belleza,
son el puerto que a mi alma cura.

Hoy más que nunca vivo México.
Hoy y siempre, ¡Viva México!
Recuerdo con cariño mil momentos
que me ha dado este suelo,
mil palabras que enriquecen su único léxico.

Esta tierra es inyección de vida,
es país de las cien culturas.
Es mi motivo para tener un alma aguerrida,
para hacer poesía con amor y sin premura.

Quiero un México de altura,
de historias y leyendas.
De mexicanos de sonrisa pura,
que hagan paz, y que den contienda.

Siento a México en este corazón,
llevo a México con honor y con valor.
Me duele el México en tensión,
me impulsa el México sin temor.

“¡Mexicanos al grito de guerra!,
un soldado en cada hijo te dio”.
No olvidemos ofrendar esta tierra.
Recordemos alimentarla con amor.


sábado, 14 de septiembre de 2013

Amor indeleble...

“Una carta de amor no es el amor, sino un informe de la ausencia”. Mario Benedetti
Por Mireya Cerrillo.

El amor es una reproducción de aquello que al corazón invade.
En mi caso se traduce en estas letras que ves impresas.
Deseo en ellas veas todo lo que hoy evades,
y el dolor del que soy presa.

Impregnaste tu estela en mi corazón endeble
entre cartas y notas musicales,
teñiste mi alma con tinta indeleble.
Y muy dentro aquí: tú permaneces.

Esta historia que dejaste inconclusa,
me hace acudir al efímero tintero:
Para escribir en versos cuánto te quiero.
Para decirte que tu silencio me tiene viviendo ilusa.

Te llevo como a un tatuaje,
el constante recuerdo de una suave herida.
Eres la tinta que de mi alma extrae
letras y colores: luz de mi vida.

Las noches pasan en profundo misterio.
Añoro la hora de coincidir en tu camino,
pues tienes a mi amor en cautiverio,
siendo en mi corazón el único inquilino.

Este desalmado destino,
osó de mí arrebatarte.
En un total sin sentido,
es exhaustivo tanto anhelarte.

Marcaste en mí un amor indeleble.
No pretendo borrar de mí tus huellas.
Tu esencia aquí está permanente,
con toda la luz que en mí destellas.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Lloro...


Por Mireya Cerrillo.

En esos breves ratos en que intento no pensarte,
en esos momentos en que todo me agobia.
Es ahí cuando mi alma inicia un deslave
que se traduce en llorar con tremenda fobia.

Lloro para limpiar mi alma,
y sanar mi pecho.
Llorar con fuerza y en calma,
hasta quedar en paz y satisfecho.

¡Shh! Escucha este triste sollozo,
Es un te quiero que se pierde en el viento.
Son lágrimas que se quedan en el mar,
y prometen llegarte para tus heridas sanar.

Después postrada en mi lecho,
echo de menos la intensidad de tus miradas:
luces que en mi corazón con fervor estrecho,
que no son mías y que pretendo robarlas.

Conjuguemos un verbo:
Me sufro, te sufro: nos sufro.
En este profundo desespero,
¡cuánto nos lamento!.

Algo hay en este llanto,
que me hace evocarte tanto.
Una pena afligida,
que dice te quiero más que a mi vida.

Llorando esperanzada,
confío aún en el destino.
Que acorte esta distancia
para saberte finalmente mío.

En éste último suspiro
te pido: ¡siénteme tuya!.
Abriga en silencio mi respiro
y deja que mi amor te fluya.


Amargo añoro...

Por Mireya Cerrillo.

Mi idioma son las letras,
y el tuyo es la música.
Hagamos poesía,
Seamos una bella sinfonía.

Profunda tristeza
es lo que mueve a nuestras almas.
Separadas por la incerteza
de saberse reconocidas,
de saberse aún lejanas.

En las sombras de esta soledad,
me duele no poderte acompañar.
Quisiera tu angustia poder calmar.
Y con suerte en el intento a mi pecho dieras paz.

La profundidad de tu ser,
la intensidad de este querer.
Al son de tu guitarra siento todo estremecer,
y lamento no lograrte tener.

Dos almas atormentadas.
Dos cuerpos que buscan ser.
Unidos en la nostalgia
de no poder tremer.

¡No te sientas solo!
Somos un amargo añoro.
Y aunque estoy lejos de ti
tú estás muy dentro de mi corazón,
y será difícil sacarte de ahí.

Ojalá te pudiera decir,
Ojalá quisieras escuchar
a mi corazón latir por ti,
y te dieras la oportunidad de amar.

Reconozco el dolor detrás de tu sonrisa,
soy víctima también de esta pesadumbre.
Permite a mi pluma neófita y poetisa
escribirte luz que tu oscuridad alumbre.

El tiempo apremia:
Ser juntos y no ser más este destierro.
Ser música o ser letra.
Simple: seamos un triste aferro.
Vivamos este dulce añoro.


jueves, 12 de septiembre de 2013

No sentir...

“No hay peor batalla que la que se lucha contra uno mismo.”
Por Mireya Cerrillo.

Mil maneras hay de morir y una sola fórmula para vivir.
Morir es llegar al término. Y yo a veces quisiera sucumbir.
Vivir es durar, estar, permanecer. Sentir: eso es lo que hago.
¿Sobrevivir? Es el ahogo en un mar de emociones que pelea con las voces dentro de mí.
Para llegar a un bien morir, hay que aprender a bien vivir.
Eso me lo enseñó mi abuelo: darse en vida a los demás para recibir una buena muerte.
¡Qué gran lección de vida enseñarme a morir!
Pero lo que me tiene al borde de la agonía es este incesable morir por ti.
Ya no hay más nada que pueda hacer o decir para que regreses a mí.
Debo expirar mis letras aunque en mi alma tú permanezcas.
Mi temor no es perecer. Mi miedo es nunca dejarte de querer.
Quiero volver a nacer. ¡Ya no quiero sentir tan intensamente todo lo que dentro de mí siento!
A mi alma confundiste con tu forma de ser cuando te rehusaste a dejarme amarte.
La vida es recuerdo y olvido.
Es el nocturno suspiro que me evoca a ti.
Es el susurro que me cuenta de ti y me recuerda este ruin infortunio:
de la distancia, del tiempo y el destiempo y este interminable silencio.
Existo cuando me miras.
Fallezco si tú me olvidas.
Concretemos un adiós.
Un recuerdo más que sea de los dos.
Morir para no sentir.
Sentirte para poder vivir.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El arte del disimulo...


           “Tus palabras hacen eco en lo más profundo de mi corazón 
en estos momentos de angustia e indescriptible desolación”.

Por Mireya Cerrillo.

Arte:
1. amb. Virtud, disposición y habilidad para hacer algo.
2. amb. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
Disimulo:
1. m. Arte con que se oculta lo que se siente, se sospecha, se sabe o se hace.
2. m.  Encubrir con astucia la intención.
Definiciones de la RAE.

La locura de un amor me obliga a practicar un arte que ya voy perfeccionando:
Disimular, ocultar, encubrir, disfrazar, ignorar lo que siento en este preciso momento.
Quizás tú puedas enseñarme pues en eso tú eres maestro.
Yo ya no puedo con la profundidad de éste sentimiento.

Sonreír a todos con ojos brillantes.
Evadirte como tema que me obligue a revelarme.
Estar para los demás dispuesta a escucharles.
Silenciar mis pensamientos y la huella de esta emoción desconcertante.

De mis entrañas nace.
En mi soledad se pierde.
Está triste mi mirada.
Está perdida mi alma de tanto extrañarte.

“Esto también pasará”
Escribo y me repito.
El tormento acabará,
y disimuladamente ahogo otro grito.

A veces quisiera no existir.
Quizás así deje de sentir.
No ser para reencontrarme.
Dejar de latir para desahogarme.

Sin embargo estoy y siento.
Busco minimizar los daños
de este desafecto que llevo en el pecho.
Gracias al bendito arte del engaño.

martes, 10 de septiembre de 2013

Resolución: Dulce Septiembre...


Por Mireya Cerrillo.

¡Ya no voy a escribirte!
¡Ya no quiero pensarte!
¡No puedo saberte distante!
¡No quiero tanto anhelarte!

No sé qué me carcome más la mente:
Saberte lejano y ausente
o que te muestres indiferente.

Septiembre de nostalgias
y de continua quimera.
Hasta aquí llega la angustia.
¡Hasta aquí mi entrega!

Este dulce septiembre
¡Cuánto te extraño y cómo lo disimulo!
¡Ya no serás el centro de mi mundo!
Eso se acaba en este segundo.

Me perderé en mis tristezas,
Y le pediré al mar una promesa.
Que si un día tú regresas,
no olvides tu sutil belleza.

Este olvido es tan inmenso
como increíble es la espera y el suspenso.
Se entristece mi corazón,
¡Se enloquece mi intuición!.

No te veré con rencor,
ni te recordaré con dolor.
Serás luz que a mi alma treme
Y el sabor amargo de este dulce septiembre.

De mi estrella para ti el relente,
De mi alma para ti una flama.
Un nuevo inicio en septiembre.
Y mi corazón que aún te clama.