miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ojalá...


"del árabe لو شاء لله , law sha'a Allah; «si Dios quisiera»"

Por Mireya Cerrillo.

Ojalá no te quisiera tanto,
ni te anhelara así demasiado.
Y mucho menos te soñara cada noche
para entender mejor este reproche.

Ojalá y no te sintiera como te siento.
Así sin tocarme, así sin besarme
eres un fuerte deseo
del que no quiero alejarme.

Y ojalá que el tiempo te dé la razón,
o que me cure del desamor.
Que existiera un momento de locura,
que te hiciera perder la cordura.

Ojalá vieras el miedo que vive bajo mi piel,
y que he caído más de lo que crees.
No somos tan distintos tú y yo:
mil demonios y un infierno entre los dos.

Ojalá no esté equivocada,
y no de todo por perdido.
Ojalá desaparezca la palabra precisa,
y dejes de ser este distante motivo.

Ojalá y esa sonrisa perfecta
brillara con más inocencia.
Ojalá nos alcance la vida,
y nos tengamos tantita paciencia.

Ojala nos espere el amor,
para despertar de estas ilusiones.
Quiero ser de tus labios el dulzor,
que avive tus pasiones.

Dijo Sabines, “ojalá te encuentre en la calle del sueño”,
y Pessoa, “ojalá fuera yo el polvo del camino”…
Ojalá no te sintiera un efímero ensueño,
ni como algo tan dañino.

Y ojalá esto sea eterno.
Ojalá seas tú más que un bello recuerdo.
Ojalá y esa coincidencia de ser y existir,
sea una futura razón para vivir.

Ojalá...

lunes, 25 de noviembre de 2013

Sin palabras...

"Somos un fenómeno gramatical: mucho verbo sin acción."

Por Mireya Cerrillo.

¿Sobre qué escribir ahora que siento que te lo he dicho todo?
¿Qué decirte que no sepas?
Sin embargo, tengo ganas de escribir y no encuentro palabras.
Ahora la de los silencios soy yo.

No hay adjetivos suficientes que describan lo que siento.
No hay verbo que tú digas que no me incite a la acción.
Y es que somos tantas letras.
Palabras que en mí son ya perpetuas.

Y al final, somos eso: un secreto compartido,
y la complicidad de más de una confesión.
Un fuego ya encendido
que no precisa más definición.

La verdad es que aun así sin palabras
me inspiras a escribir y a querer decir.
Soy víctima de las musas,
soy la expresión de este sentir.

Y fluyen entonces los versos
y me invade la indefinición,
de ser de amor un pensamiento,
una dulce tentación.

Erato, musa de la poesía amorosa
con su lira acompaña este suspirar.
Y yo busco en mi vocabulario la prosa
que te haga tremar, te invite a volar.

Y sé que esto no es amor,
pero tampoco una simple pasión.
Es algo único y encantador,
que me tiene al filo de la desolación.

¿Qué será? No sé.
¿Qué seremos, o qué somos? Tampoco lo sé.
Esto es una sorpresa del ayer,
una promesa del mañana, eso lo sé.

No hay más que decir…
aún queda mucho por escribir.
Esta historia es un misterio,
que me fascina descubrir.


jueves, 14 de noviembre de 2013

El holandés errante...


"Yo soy el mar, capitán y puerto..."
Por Mireya Cerrillo.

Cuenta la leyenda sobre un barco fantasma condenado a vagar por la eternidad por los océanos del mundo. Según la tradición, se trataba de un capitán de un barco holandés que hizo un pacto con el diablo para poder surcar los mares sin problema. En castigo por desafiar los retos que le pusiera Dios, éste lo condena a navegar eternamente sin rumbo y sin tocar tierra.

Famoso en la ópera de Wagner, El holandés errante es perseguido por una maldición, y sólo cada siete años tiene la posibilidad de bajar a tierra en busca de un amor puro que lo salve con la muerte.

Eso cuenta la historia, eso dice el arte... Que ante la maldición, la redención a través del amor y el deseo de muerte son la única certeza interior de salvación.

La realidad es otra...el holandés se encuentra fijo, quizás aún sin rumbo claro. La errante sin embargo soy yo, busco navegar otros mares y cruzar otras fronteras. Como en la obra, él se encuentra atormentado, con un lado oscuro y ella es la mujer acogedora, que se enamora y que pide no dude de su lealtad. Quizás los dos lamentan este fortuito destino, y ante los ocasionales fantasmas se retiran atemorizados y reina el silencio entre los dos.

La música que nos acompaña es como en la ópera: impetuosa y llena de vida, va resplandeciendo algo pero con una luz espectral, aún etérea pero ya visible.

Tremenda travesía esta que emprendimos cuando surcamos diferentes mares. Aún sin tocar tierra, condenados a la deriva para aprender, entender y conocer. Quizás sea como la leyenda, y sólo cada determinado tiempo logremos tocar puerto... pero la posibilidad de redención existe.

El cabo de buena esperanza y de la fe y del destino quizás sea el lugar donde se redima esta condena. ¿Regresará el misterioso extranjero que se la llevará consigo al mar?... Drama romántico como en la ópera y como la vida misma.

Es cierto, la vida es un teatro y muchos son los personajes que forman parte de ella. ¡Qué orgulloso es el océano!, que no acorta la distancia y que lo hace todo fantasmal, quimérico, de ensueño y de una vaga y lejana realidad.

¿Invoquemos al destino?. ¡Provoquemos a la mar!... Tanto en la obra de Wagner como en esta leyenda existe una trama interesante, destaca la sinceridad de los personajes e inspira la música que la anima.

Quizás de momento, Wagner sea mejor, Daland y Senda ya son leyenda. Aquí, la cuestión permanece, ¿en cuántos actos se escribirá esta obra?... Dejemos simplemente que transcurra la acción.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Manual de usuario...


Por Mireya Cerrillo.

Querido lector,

Por favor te pido
que al leerme:
No busques significado a este sin sentido.
No me interpretes, ni lo intentes.

Estos son sólo textos y letras.
Es mi prosa y son mis poesías.
Son inventos, son historias
fruto de mis fantasías.

Es lo que me enfada de la vida.
Lo que me inspira el amor.
Lo que me cuestiono día a día.
Lo que a mi pluma da color.

No te ofusques si no entiendes,
leélo con el corazón.
La poesía así se siente,
sin por qué y sin razón.

Si de pronto algo te gusta,
por favor esparce la voz.
El mundo precisa de poesía,
para no volverse atroz.

Pero si lo que te inspira es nostalgia,
entonces vívelo en tu interior.
Es una rima que baila
y danza sin control.

No te preocupes si me lees triste,
los poetas así escribimos mejor.
Es la tinta que mejor tiñe
los colores del alma y el corazón.

Sin embargo, tómame en serio,
pues escribo con sentimiento.
En la noche y con las estrellas
busco inspiración y todo centella.
  
 Disfruta perderte.
Intenta encontrarte.
Este es mi arte,
que te invita a reconocerte.

Gracias por leerme.
Esto es lo que soy.
La que nunca duerme
y soñando voy.

Recuerda que soy sólo poetiza,
y escribo como terapia.
Pues soy del amor enfermiza,
por costumbre y osadía.

Yo tampoco me entiendo,
y por eso escribo y me leo.
Para jugar con las palabras,
y expresar lo que mi alma calla.



domingo, 10 de noviembre de 2013

Amor ciego...

"Pintar el amor ciego es una sinrazón de los poetas;
es preciso quitarle la venda y devolverle
para siempre la alegría de sus ojos" Blaise Pascal.


Por Mireya Cerrillo.

Me quito la venda
que cega este amor.
Para verte sin tregua,
para usar la razón.

Pierdo la ilusión y las ganas.
Ya no más.
¡Qué desgracia y que torpeza!
Añorar una lejana ausencia.

Ya no quiero imaginar,
ni crear mundos en mi cabeza.
Si todo es virtual…
mejor dejarlo así en la incerteza.

Y es que yo ya lo sabía,
y quizás hasta lo esperaba.
Quererte así en teoría,
era algo que me gustaba.

Lo que nos falta es la práctica,
y para eso no hay escuela ni ciencia.
Esta es empírica,
y no tiene ninguna clemencia.
                                                          
Ya no quiero ni escribir.
Ya no sé cómo vivir.
¿Cómo renacer?
¿Cómo entender?

Lo mejor es dejarte ir.
Dejarte ser.
Para que yo vuelva a latir,
y me pueda reconocer.

Quizás me lo invento.
Mas contigo, todo es traducción de silencios.
Duele el peso de la distancia.
Crece la desconfianza.

Esto es Cupido y su mal tino.
Es mi culpa por creer en cuentos,
y tuya por escribirlos eternos.
No hay suerte ni destino.

Quizás llore dos días o tres.
¿nos volveremos a ver?
No lo sé, ya no quiero saber.
Pues hoy, sólo quiero desaparecer.

Tal vez exagero, ¡qué  importa!
Esto es sólo un juego.
El amor es mitología e historia,
es para los ciegos.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Noviembre sin tí...

Por Mireya Cerrillo.

De pronto todo a mí alrededor es una nueva poesía.
Es Noviembre de soñadas coincidencias, promesas y pasiones que brotan.
De otoño, de lluvias y tristes melodías,
de colores naranjas y mis labios que te añoran.

Un mes más de pretender y desearte,
de conocerte y vivir tus cambios de ánimo.
De saberte aquí dentro aunque estés distante,
de querer ser ave para susurrarte en silencio.

La estación que antecede al invierno
con este frío que quema.
Dos cuerpos que se anhelan,
y que se quieren en un beso tierno, casi eterno.

Paciencia nos pide el tiempo
pues esta distancia será nada,
cuando decidamos ser y darnos todo,
cuando nos delate el amor en una mirada.

Ilusión que crece y escuece,
resistencia a esta sentida ausencia.
Otra vez aquí sin ti amanece,
y en tu noche me muestras insistencia.

Noviembre sin ti, de querer ser contigo.
Somos un montón de sentimientos.
Ni tenerte ni olvidarte consigo,
es un miedo que altera y no consiento.

Una duda y una deuda:
nos debemos la posibilidad de ser.
Mi cabeza testaruda que se adueña,
y que se aferra a arder, a no perecer.

Un amor viajero y errante,
pronto será ese ansiado reencuentro:
flamante y vibrante,
¡Mejor no pienso! que me desconcentro.

Será quizás enero, habrá nieve aún en el suelo.
La estación que me invite a cobijarte,
a juntos alcanzar el cielo,
para tremar y hacer del amor un instante.


viernes, 1 de noviembre de 2013

A mi abuelito...

Por Mireya Cerrillo.

Estos días celebramos las ausencias,
aquéllos que ya no están pero cuyo recuerdo permanece.
Sin embargo, tu amor no tiene vigencia,
es lo que hace que todo comience.

Acudí a tu aposento en busca de desahogo.
Tu memoria es el bálsamo que a mi alma alivia.
Eres y serás mi mejor diálogo,
motivo de nostalgia y alegría.

Cada día te pienso, te siento y te llevo conmigo.
“Quiero ser como tú”, me digo.
Entonces me doy cuenta de que es imposible,
y por un momento, mi ser se siente terrible.

No tengo muchas cosas de ti.
No obstante, vivo todas tus lecciones.
Te llevo muy dentro de mí,
y trato de imitar tus acciones.

Abuelito: gracias por ser mi luz y guía.
Por tus consejos y calmar mis desconsuelos.
Por estar conmigo noche y día,
pues sé que me cuidas desde el cielo.

Sigue iluminando mi camino,
sigue guiando mis pasos.
Sé la paz de mi destino
en el éxito y el fracaso.

¡Eres mi gran lección de vida!
Mi inspiración y raíz.
Gracias por tu amor sin medida.
Cada momento compartido es hoy un recuerdo feliz.

Nos vemos en otro tiempo,
cuando sea merecedora de la eterna gloria.
Hoy todo pasa lento,
y revivo cada instante de nuestra historia.

¡Te Quiero Siempre!