domingo, 28 de diciembre de 2014

Anhedonia...

“No puedo aguantar mucho tiempo en un cine… apenas puedo leer un periódico… no puedo comprender qué placer o alegría buscan los hombres en  las cafeterías, en los deportes,  escuchando música, viajando..." “Si ,el mundo tiene razón..Soy el lobo estepario en un mundo que le es extraño”
Herman Hesse "El lobo Estepario"

Por Mireya Cerrillo.

Pequeña palabreja ingrata que mata el placer en todo.
Es síntoma, causa y efecto.
Adjetivo, sustantivo, verbo...Sujeto, preso, esclavo.
Maldita tendencia a perder la capacidad de asombro, el interés, la motivación, de sentir placer. 
Sólo ocupa y preocupa el sufrimiento hedonista, ese que gratifica pero en realidad engaña.
Abandono, alejamiento, soledad, aislamiento.
Indicador de trastornos y demencias.
Apatía, insensibiliad, vacío.
Bloqueo anímico.
Desconexión del mundo.
Falta de disfrute. 
Pérdida del entusiasmo. Recompensas devaluadas. Pasiones ausentes.
Sueños soñados, efímeros, irreales.
Agónica quimera.
Abulia, desidia, pereza, inercia.
Vértigo a la velocidad inmóvil.
Entusiasmos prófugos y náufragos.
Anestesia emocional.
Ausencia de alegría, de palabras y letras.
Triste ejercicio automático de ser y estar como un simple cuerpo presente.
Enorme esfuerzo por sobrevivir.
...Cada quien experimenta el placer a su manera. Para mí es un terrible mal, una batalla constante...
Me siento incapaz de valorar una puesta de sol, la luna o las estrellas, una canción o un poema, una caricia, una mirada, una sensación, un momento cualquiera...
Soy una persona que siempre quiere más para remediar este desasosiego...y sin embargo no hay nada que me devuelva a la vida.
Sólo tú. Y tú no estás aunque quisiera.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Carencias...

"Morir es acordarnos de que olvidamos algo" Fernando Pessoa.

Por Mireya Cerrillo.

El gran Benedetti decía con gran claridad: "Somos tristeza, por eso la alegría es una hazaña.".
A la gran proeza que es la felicidad, habría que añadir que la vida es un continuum de carencias, por eso obedezco a la nostalgia que es casi una costumbre, pues ahora sé que la felicidad se mide en miligramos y la tristeza en insomnios.
Quizás sean: la nostalgia, la noche, el pensarte, este ahogo, la soledad, la distancia...que me hacen presa de una cárcel que me invita a cuestionarme, pues ante nuevas emociones surge la necesidad de expresar nuevas letras, en este caso a dictar mis carencias:
Carezco de ti, de tu sexo que sucumbió ante el deseo.
Carezo de tus huidas que son llegadas.
Carezco de tu fragilidad que me conmueve y de todo aquello que callas, pues en tus silencios evidencias lo único que en verdad deseas.
Carezco de tus charlas de madrugada, de tu mal humor y risas entrecortadas.
Y aunque parezca que esta horca carece de un suicida, tú y yo sabemos que no escasean candidatos.
Por ahora, carezco del infortunio embriagante que me lleve a elevarme y trascender...a ti, sin ti, contigo...presa de un hilo.

Todo menos la fuerza...

"Cada suicida sabe donde le aprieta la incertidumbre" Mario Benedetti.
 
Por Mireya Cerrillo.

A mi me gustaría ser valiente (aquel que es fuerte y eficaz en su línea)... O carecer de este miedo a la vida y trascender hacia la muerte. Pues es que en este estado de "inducida felicidad" no me siento yo misma. Nostalgio la nostalgia. Y echo de menos la melancolía.
Bien lo decía Bendetti: "Hay cierta alegría en saber que podemos estar tristes"...pero si te quitan la evidencia de saber que la tristeza es tu única certeza, ¿entonces al suicida, qué le queda?
Le queda una alegría provocada, influida, agotada. Y una tristeza frustrada, desaprovechada, desgraciada.
Pues citando una vez más a Mario: "¿Usted ha pensado alguna vez en el suicidio? Yo si. Pero nunca podré. Y eso también es una carencia. Porque yo tengo todo el cuadro mental y moral del suicida, menos la fuerza que se precisa para meterse un tiro en la sien."
Y a mí justo eso me pasa... 

jueves, 11 de diciembre de 2014

Y yo me pregunto...

"¿Por qué si decido morir nadie me cree?" Mario Benedetti.
 
 
Por Mireya Cerrillo.
 
¿Cuál es el propósito de que tu recuerdo sea inolvidable?
¿Por qué la fe se confunde con la creencia de un dios o con un dogma que el hombre creó?
¿Cómo se supera el primer y eterno amor?
¿Dónde pongo mi cariño que a ti se aferró?
¿Cuándo decidiste sobre tu futuro que es el mío?
¿Qué hago con estas voces que en mí dan tantas vueltas?
¿Quién sabe quién es dios?
¿Por qué si me siento suicida…me creen egoísta?
¿Por qué estoy acostumbrada a ti si apenas te conozco?
¿Por qué no siempre brilla la luna como esta noche?
¿Por qué los volcanes se amarán hasta después de haber hecho erupción?
¿Por qué fatigan estas manías?
¿Por qué tu felicidad es la mía y tú…tú ni te inmutas?
¿Para qué sirve la melancolía?
¿Para qué sirve el desamor?
¿Para qué me pregunto…si no hay respuestas a este corazón?

lunes, 8 de diciembre de 2014

Destino...

"Pero te quise y te quiero aunque estemos destinados a no ser." Julio Cortázar.
 
Por Mireya Cerrillo.
 
 
Otro mes ha iniciado, otro año se va acabando y el destino ¿es esto?.
Escribir a deshoras.
Soñar despierta.
Mil viajes sin regreso y encallar en uno que otro puerto.
El sonido constante de estas voces que no entiendo…el intento fallido de acallar su estruendo.
Y este atardecer rojo, este maravilloso cielo.
Mis favoritas: las estrellas. A quienes les cuento todo.
Destino es: una serie supuesta de sucesos.
Hablarte. No hablarte. Escucharte siempre. Amarte hasta el desgaste. Reencontrarte.
El tiempo para mis tristezas.
El destiempo para que me ames.
Las risas agotadas.
Los libros de media noche.
La nostalgia de tu mirada.
La melancolía de mis poesías.
La tranquilidad de la luna.
El sol que desanima.
Y la efímera luz de nuestra apagada sonrisa.
Un día cualquiera a la hora exacta…así se acabará todo.
O empezará en el momento preciso con este loco delirio, lo más inesperado del tan anhelado destino.
Tú.

 
 

domingo, 7 de diciembre de 2014

Morir...

Por Mireya Cerrillo.


Hace cinco minutos rondaba en mi cabeza el verso más puro y perfecto sobre la tristeza, pero una efímera alegría lo borró con toda certeza.
¿Por qué el poeta se acostumbra a vivir en constante melancolía? No lo sé, tal vez porque de ahí surgen sus más profundas rimas.
Y es que el insomnio me acompaña de nuevo llenando con desvelo los vacíos de la noche, de mi soledad y mi existencia.
¡Qué irónico! Mientras tú te aferras a la vida y luchas por sobrevivir, yo quisiera sujetarme a la muerte y dejarme ir. Y es que nadie entiende pues ninguno sabe exactamente todo esto que pasa en mí. Soy un torbellino de emociones y un terremoto de agitaciones.
Defiendo mi vida con la misma tenacidad que lucho por mi muerte. Tan esencial, entrañable, vacua, profunda y superficial. Todo y nada.
En un intento de saber qué se siente la muerte, mezclo la píldora de la felicidad con la bebida que ahoga las desolaciones, pues detrás de este combo mortal se encuentra toda mi esencia: desasosiego. Sin embargo, no es letal, es simplemente el sabor del abismo, de la caída a un precipicio del que no sabes si volarás o qué habrá al final del mismo, morir así se siente a la incertidumbre de una pelea constante contigo mismo.
Nada pasa, aún respiro. Aquí sigo, tremando de frío y pensando de la muerte lo más sencillo.
Pues ya lo decía Benedetti:

“Morir es la palabra, morir es el derrumbe de la vida, morir viene de adentro, trae la verdadera respiración del dolor, morir es la desesperación, la nada frígida y total, el abismo sencillo, el abismo.”

Aprendo de los intentos, ya van dos… quizás el tercero resulte, quizás no. Mientras, me quedo en la depresión de la nada a punto de darlo todo por ganar esta batalla. Pues me niego a creer que la vida es sólo esto y que la felicidad es tan momentánea que se siente a una tregua con el alba.
Agonizante, así vivo. Y no hay remedio para la desesperanza que oscurece mi fatal destino.