viernes, 30 de mayo de 2014

Evocando Europa...

"Atravesó la Europa de feria en feria, y fue a completar su extraña educación de artista y de ilusionista en la fuente misma del arte, entre los gitanos" Gastón Leroux.

Por Mireya Cerrillo.

El año que me despedí de Europa fue un año importante: hubo elecciones presidenciales en mi país, terminé mi maestría y finalicé mi viaje a Ítaca, uno de tantos que sin duda alguna me ha enriquecido.
Fue el encanto parisino, la sobriedad y nórdica, los sabores mediterráneos, el atractivo italiano, la seducción griega o la musicalidad austriaca… Para mí era la libertad y el contexto de la historia del viejo continente que me atrapó y cautivó día a día.
Fueron las horas de café, el degustar los libros, aprender un idioma, o dos o tres. Fue viajar, cultivarme, saborear otras gastronomías, fue descubrir y sobre todo: fue conocerme.
Fue ese año que dije hasta pronto, y los cinco más que acumulé de historias y momentos. Son los amigos que me llevé, y los pedazos de mí que se quedaron del otro lado del Océano.
Es saber que volveré y confiar en el placer de los reencuentros. Esperar recibirlos en mi México para compartir los sabores, colores y la magia de mi tierra.
Hoy parece un efímero y lejano recuerdo que a la distancia sigue resonando en memorias llenas de luz y oscuridad de lo que fue y ya no será. 


jueves, 29 de mayo de 2014

Día lluvioso...

"Se marchó bajo la lluvia. Sin decir una palabra. Sin mirarme. Y me cubrí la cara con las manos. Y lloré." Jacques Prévert.

Afuera hace un clima extraño con intervalos grises y nubosos,
adentro es un amor que se va yendo en un difuminado esbozo. 
Afuera pretende el paisaje de negro colorear,
adentro es una tormenta que no concibo continuar.

En la ventana la lluvia repica y ensordece
los gritos de mi alma que a mi ser enmudecen.
La lluvia que esconde lágrimas de nostalgia,
y en mi levanta una cortina de triste agonía.

Yo no lloro… entonces el cielo berrea por mí.
En la ventana suena una dulce melodía,
que suena y resuena a ti.
Se condensa escondida con olor a húmeda melancolía.

Del cielo caen recuerdos que entran por la ventana:
suspiros y sollozos, quimeras lastimadas.
La lluvia es una leve danza
que baila en sigilo con mi alma desolada.

Disfruto la afonía de la llovizna.
Siento espanto ante la tormenta que se avecina.
Llueve y llueve más de la cuenta,
lluvia que moja, enfría y despeina.

La lluvia nubla y ciega los vitrales
de mis ojos que escurren a caudales.
Lágrimas lentas y desmedidas sobre estas páginas efímeras,
lluvia de verano en esta eterna primavera ruina.

García Lorca decía que la lluvia tiene un vago secreto de ternura.
Disfraza resignada la tempestad de nuestros corazones.
Es la inquietud de gotas muertas que murmuran
diminutas voces llenas de una y mil emociones.

Llueve con furia serena y desmedida,
llueve un pasado a cielo abierto y angustiado.
Mi corazón reclama un tierno añoro.
Lluvia perdida que suena a inevitable huida.

La lluvia que en su libre caída
abre caudales de melancolía,
rocío de una noche fría y despejada,
llovizna de una alma enamorada.

Me gusta la lluvia porque me recuerda a ti…
Tú: suave inclemencia de mis ojos.
Imagino a los dos bajo un mismo paraguas, tan cerca de ti
que todo deja de ser un sueño… yo por ti, me enciendo y me sonrojo.

Lluvia serena: he decidido contemplarte.
Llenarme de ti es todo un arte.
Gracias por este día lluvioso de mayo
que grita en silencio todo lo que callo.


miércoles, 28 de mayo de 2014

“Muchacha de tierra extraña: Hannah y Yo…"

"Así, si usted me pregunta dónde me sitúo, no estoy en ninguna parte. Realmente no me sitúo en la corriente mayoritaria actual del pensamiento político ni en cualquier otra. Y no porque quiera ser muy original; ocurre que en cierto modo no encajo." Hannah Arendt.
Por Mireya Cerrillo.
“Muchacha de tierra extraña”, se llamaba Hannah Arendt a sí misma, extraña de tierra extraña, entre el lejos y el cerca, así me siento yo a veces. “…albor de una llegada, que inicia un mundo, inicio es sacrifico…resplandor del silencio. Extraña de tierra extraña, tú habita en el inicio…”
Yo resido entre el silencio y el bullicio de mis propias palabras, en el comienzo de una huida que no acaba de llegar, en la dedicación y el desgano del fulgor y la oscuridad de tus mutismos y arrebatos. Expatriada en una tierra extraña, así vivo yo.
Me ocurre como a ella que no termino de conectar, y estoy totalmente de acuerdo con ella en que: “todo lo que constituye la grandeza es la nobleza, la dignidad, la constancia y cierto risueño coraje.”
Extraña de tierra extraña vivo en el inicio…tal vez en un final. Decía la filósofa: “Lo hermoso se aisla de todo”, quizás por eso me alejo yo: para contemplar la belleza a pesar de la crudeza de mi a veces realidad.
Oh Querida Hannah, tan lejanas y sin embargo tan cercanas, amamos sólo a los amigos, creemos en narrar lo sucedido para superarlo, en la peligrosidad del pensamiento, en que se nace para innovar y entre otras cosas, en que la cultura es un fenómeno del mundo.
No sé aún si te enamoraste del amor o de su forma de pensar, o a lo mejor porque te enseñó a pensar de manera libre, te sentiste amada en libertad. A mí me pasó igual, pues no hay nada mejor que amar en el libre albedrío del pensar, de ser, de estar y de actuar.
Extraña de tierra extraña, Hannah quería hacerse “visible” y manifestó que para ello no sólo se requiere profundidad de pensamiento, sino sobre todo “el coraje de renunciar a su peculiaridad, de poder darle la mano a otros, de aprender a ser «persona entre personas»”, lo que significa, descubrir algo sobre uno mismo al mismo tiempo que se dialoga con los demás para así poder conformar, juntos, el mundo.” 
Yo me hago evidente en lo inapreciable de mi sensibilidad, en la depresión de mis sentimientos y profundas reflexiones, es en mis diálogos más íntimos donde soy yo sin poder ser con los demás. Conformo mi propio mundo al permitirme ser tal cual soy con los que me rodean, cosa que muy pocas veces sucede.
Extraña de tierra extraña, en mi propia tierra expulsada, añorando tierras lejanas, fastidiada de mi mundo, ¡qué extraño es extrañar!.
Si me lo preguntas, extraño tu pensar. Me sitúo en todas partes y en ninguna. Y abrazando mi peculiaridad, ocurre simplemente que no acabo de encajar.


lunes, 26 de mayo de 2014

Sensatez y locura...

"Prefiero la locura de las pasiones a la sensatez de la indiferencia"

Por Mireya Cerrillo.

¡Qué necia es mi cabeza que constantemente se pierde en la incerteza de la tristeza!
¡Qué extravío tan ecuánime caer ante la inquietud de mis caprichos y arrebatos!
¡Qué molestia…esta desazón y manía en la que voy ganando destreza!
¡Un fastidio a veces grato, y otras no tanto!

Es perder la cordura de pronto.
Es no tener precaución ni prudencia.
Es la indiscreción de cada perturbación.
Es la sabiduría detrás de cada situación.

¡Qué insensato este ímpetu que de tí me aleja!
¡Qué locura creerte aún y quedar así: perpleja!
Es una contrariedad llena de angustia y pena.
Qué gran regalo esta chifladura.

Si pudiera elegir entre la sensatez y la locura,
sin duda alguna elegiría la segunda.
Pues la primera me perturba,
y la otra es una agradable desventura.

¡Qué absurdo desvarío!
Ser y tener tantos delirios.
Cuanta paz en tus silencios:
mutismos llenos de martirios.

Jane Austen decía que los sentimientos son absurdos.
Insensato es la sensibilidad sin sentido.
Mis sentimientos no pueden contenerse,
mis pensamientos son producto de la ficción que me estremece.

¡Cuán conveniente es ser todo lo que se siente!
¡Qué impropio contener aquello que hace que mi alma tiemble!
Tremo. Siento. Soy. Vivo… Y me abstengo de mis más íntimas y cruentas reflexiones.
Escribo y fluyo en mis más profundas pretensiones llenas de alucinaciones.

Sensatez y locura: ¡tremenda burla!
No hay las dos, pues no hay ninguna.
A veces pura amargura.
Otras dulce y taciturna.

Siempre yo y la luna…
Ella que de noche me murmura.
Me vigila, inspira y acuna.
Me embriaga, me irradia con su luz, y alumbra.


jueves, 22 de mayo de 2014

Dos mitades...

"Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro el mundo" Pablo Neruda.

Por Mireya Cerrillo.

Sucedió un día cualquiera, uno de tantos pareciera. Pero al final del día estarían llenos de alegría como de melancolía.
Hace tiempo ya que la casualidad los reencontraba y maldecía. Un juego peligroso del destino, un ir y venir preparándoles su suerte y su camino.
Me gustan los versos en medio de la prosa, pues no hay cosa más hermosa que los besos escondidos detrás de las palabras de una diosa.
Los acercaba y alejaba como un yoyo que estira y afloja. Su andar sin principio ni final, era sólo continuación de dos soledades que hace tiempo se juntaban y cosas catastróficas a su alrededor pasaban. Cosas indescriptibles como una tremenda agitación, como si ya de antes sus almas se reconocieran. ¡Qué raro es reconocerte en un desconocido!. Mira si no lo sé yo bien.
Son dos miradas que se encuentran, sus pasos que se tropiezan, se cruzan y parecen dar la vuelta.
Toman la decisión de acercarse, de decir: eres tú. Entre sorbo y sorbo del café de su mirada y el rojo fresa de los labios de ella, la tristeza de su alma se apaga y se enciende el fuego ante la retirada.
Sus ánimos tiemblan y ante la incerteza, ella decide dejar sus datos en una servilleta. Él aún no ha decidido buscarla. Teme el rechazo, teme la verdad de un amor lejano. Se contiene la risa, y surgen entonces las lágrimas.
Todo es una media verdad. Trocitos de lo que queda de mí, migajas del amor que te di. Mitades que suman ausencia, mitades que restan distancia, mitades de un total, de dos tal para cual.
El libro de su historia sigue así: a la mitad de un beso no dado, a la mitad de un sueño en el medio del Atlántico… no es su media naranja, ni siquiera su medio limón. Es la mitad de dos mitades que no se acaban de juntar ni en un verso de su canción. 


lunes, 19 de mayo de 2014

No imagino...

"No imagino la poesía sin los seres que nos acompañan en la vida: 
los animales, las plantas, e incluso las piedras."
Wislawa Szymborska (poeta polaca premio Nóbel de Literatura.

Por Mireya Cerrillo.

No imagino escribiendo estas cosas sin ti.
Corazones que van despacio
y el mío que late rápido.
Un boom-boom y todo se pierde en mí.

Va buscando su espacio
entre las cosas que no dices.
Está la luz de tus ojos que me encienden
y los mil silencios que te contienen.

Mis labios que mueren por besarte,
Mis ganas que piden tenerte.
Y tú tan lleno de misterios
que me invitan a amarte en cautiverio.

Cada cual late sus pasiones.
Pierdo el control de mis emociones.
Boom-boom mi corazón
ya no entiende de razón.

Y ante el pavor de perderte
me refugio en la fantasía,
de escribirte ésta poesía
que expresa lo que mi ser siente.

Lo intento pero no lo imagino.
La poesía sin amor sería fuego hecho cenizas.
Un poema sin pasión destinado a ser ruino,
sólo palabras echas trizas.

Esta historia se hizo breve.
Un viaje sin censura,
aventuras que recordaré por siempre.
Y un alma que por ti aún suspira.

Estás entre mis pupilas
y en cada sueño siempre tú,
Yo estoy para ti sin condición y sin medida:
de amor una dulce herida.

 Así sin horario en el calendario:
te pienso y extraño a diario.
Sin imaginarlo, llenaste de fe mi corazón,
y lo rompiste al acabar esta ilusión.

Una pluma sin tinta no tiene razón de ser,
y yo sin esto que tu iluminas no tengo motivos para escribir.
Perezco sin motivo y sin consuelo por tu latir,
tú me haces explotar, me invitas a perecer.

Eres una trampa mortal,
es difícil de tus encantos escapar.
Te regalo un poema imaginado en las olas del mar,
te obsequio mi corazón de cristal.

Tienes que entender que como a ti a nadie volveré a querer.
Y que como yo a ti no te van a comprender, ni a tu ser satisfacer.
Es como no poder respirar, este constante intentar. Difícil imaginar.
Es un fuego a punto de estallar. Es un continuo lamentar.

Intenté escribir un poema para ti, sin ti, sin tu imagen.
Surgieron solo voces vacías, sin imaginación, al margen del renglón.
No puedo. Mi pensamiento rehúsa no pensarte.
Tú le das las frases a este guion de dos.

No imagino escribir estas cosas sin ti.
Tú las creas y las inspiras:
surgen de dos corazones que en la distancia conspiran.
Son lo más profundo de mi existir.



domingo, 18 de mayo de 2014

El baúl de mis recuerdos...

¿Cuántas cosas esconde en su baúl la princesa que no a todos enseña?

Por Mireya Cerrillo.

Era una tarde de Septiembre
días antes de mi cumpleaños,
comencé a recordar, no como siempre,
mis momentos vividos, mis peores y mejores años.

Abrí mi corazón y mi mente,
desempolvé el baúl de mis recuerdos,
y dije: a ver qué se siente,
recordar mis logros, mis fracasos.

Las alegrías y tristezas llegaron,
carcajadas y llantos sonaron.
Mis padres y hermanos me acompañaron
y juntos recordamos mis primeros años.

Todos, anécdotas me contaron
recordándome siempre como una niña sonriente, inquieta y feliz,
de mis primeros pasos y días de escuela me platicaron,
pero al notar que el tiempo había pasado, más ya no pudieron seguir.

De mi: mis memorias eran otras.
Una niña con sus primeras nostalgias,
con una tristeza que no endendía
y que hoy son poesía y estrofas.

De la carreola: al triciclo y bicicleta,
de los crayones: a los colores y la tinta,
esta niña no se puede estar quieta
porque ella sola con colores que le den vida se pinta.

Crecí, viajé, huí, me perdí y me reencontré.
Dentro y fuera de mi país continuamente me busqué.
Si me gustó lo que hallé, no lo sé.
Existir y descubrir es un viaje constante para ser.

Ahora sé quién soy, quizás, tal vez a eso regresé.
Pero es en la ausencia y en la distancia, que todo tiene una mejor fragancia.
Aquí estoy. Queriendo volar otra vez. 
Recordando con añoranza mis viejas andanzas.

El baúl rescaté.
De la memoria avivé:
el sutil suspiro de un adiós,
el inútil intento de ser dos.

Cartas de amor: mi mayor ilusión.
Cartas de amistad: qué gran sabor.
Cartas de los que ya no están: qué dolor.
Todas son cartas que surgen del corazón.

Encontré palabras de un pasado ilusionado
guardadas en sobres de color.
Todo lo dicho y lo jamás nombrado
permaneció escondido con temor.

Confió en que tendré tiempo de decírtelo.
Pero ya lo sabes amor mío:
somos una broma del destino,
un breve trino lleno de brío.

Me dedico a escribir aunque quizás no todos me lean.
Me dedico a pensar sabiendo que esto que siento y soy, pocos lo entiendan.
Continúo extrañando las cosas de fuera,
Y echo de menos lo que ya no es y quizás sea..

Así es la vida, así es el amor.
Un juego en el que hay un perdedor.
Así es la tristeza, llena de dolor.
Así la alegría, algo que expreso como buen actor.

Cuántas memorias de un pasado hecho añicos.
Cuántas evocaciones de un presente en pedacitos.
Cuánto pegamento escondido en los recovecos
en las heridas de un futuro que aún no comprendo.
Por eso hay tanto que guardo en mi baúl del tiempo.

 El baúl sigue acumulando mil cosas preciadas.
Se vacía con cada historia que siento perdida.
Brilla cuando se abre para enseñar sus secretos.
Se empolva cuando se cierra guardando lamentos.

Es un cofre con mis tesoros:
cartas, rosas y fotos.
Es de madera, papel y polvo.
Su llave de mi corazón es el cerrojo.
  
Y así, a la luz de una gran estrella,
 cerré el baúl de mis recuerdos,
dejando en todos aquellos
la brillante estela de todo lo que es y pretende ser ella.

Pues hay cosas que sólo para mí guardo.
Otras que sólo con unos cuantos comparto.
Algunas siguen siendo un misterio.
Algo íntimo y profundo: algo que no a todos muestro.





sábado, 17 de mayo de 2014

Pedalea…

"La vida es como andar en bicicleta, si quieres mantener el equilibrio debes seguir avanzando"
Albert Einstein
Por Mireya Cerrillo.
Ahí va Mireya en su bicicleta
con su cabellera rizada y alborotada,
Sin rumbo va pedalea y pedalea,
con ganas sin importar a dónde vaya.

Cada vuelta es un ciclo, y cada lapso es una historia.
Va girando a mil revoluciones:
de cuentos de cantimplora
y al ritmo de cien canciones.

Lee de las calles las memorias.
Los recuerdos que se han quedado por las vías.
No importa si son anchas o estrechas,
la bicicleta entra, gira y da de vueltas.

Son dos aros que ruedan e impulsan.
Con el aire va constantemente hacia adelante.
La caída parece segura,
sin embargo la princesa tiene aguante.

Es como en la vida, gira que gira.
Todo da vueltas en su cabeza.
Si se detiene un segundo, pierde brío, no hay equilibrio,
pero ella sigue con ahínco, fulgor y fuerza.

Con el viento en la cara
va estabilizando su vida sin máscaras.
¡Cuidado! ¡No pierdas tu tiara!
Eres una princesa aunque ya vayas casi despeinada.

Los neumáticos se llenan de aire al igual que sus pulmones.
Inhala, exhala. Es divertido, es ejercitante.
Va dejando respiros por los alrededores.
Ruedas y vueltas con plumones de varios colores.

Sin miedos ni pretensiones,
todo está en su centro por un momento.
Es un instante lleno de concentraciones,
que la liberan de todo lo funesto.

Pedalear es un juego de la infancia.
Libertad es un sueño de los grandes.
No hay límites para la distancia.
No hay nada que detenga los engranes.

¡Pedalea y pedalea! Otro kilómetro, otra historia.
¡Eres lo que tú creas! ¡Ve a donde tú deseas!
No pares, vive tu dicha y gloria,
solloza también sin barreras.

¡Vamos Mireya! ¡No te detengas!
¡Ya casi llegas!
¿A dónde? A donde tú quieras.
Tú pedalea y después ya berreas.

Uno, el movimiento siempre adelante.
Dos, sigue y se constante.
Tres, por favor no pares.
Cuatro, recuerda tú tienes aguante.

Esa sensación de cansancio y fatiga
significa que lo has logrado.
No hay regreso ni salida.
Es el suspiro de lo andado,
lo que queda de la partida.

¡Pedalea! tienes la bicicleta deseada.
No pierdas el equilibrio ni la perseverancia.
La bicicleta es verde color esperanza,
es turquesa color de tranquilidad y paciencia.

Mira de dónde vienes.
Ve en donde estás.
Ve a dónde quieres.
Que aquí ya no estás más.

La bicicleta es un vehículo de propulsión humana.
Pedalea y pedalea es lo único que te demanda.
Su cadena no te detiene al pavimento,
al contrario, te libera hacia el firmamento.




viernes, 16 de mayo de 2014

Contra el viento...

"La cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor"
Winston Churchill.

Por Mireya Cerrillo.

Pareciera que todo estuviera en contra:
el viento, la dirección y la marea.
Miedo y vacío a pesar de la pelea,
enfrentando sueños y pesadillas en pena.

Siempre, nunca y jamás:
son las cosas que no se han de mencionar.
Pero parecen clavadas en tu breve musitar.
Palabras náufragas entre tu piel y nuestro continuo desvelar.

Una ráfaga de viento me eleva,
un céfiro me dice espera.
Interrumpe mi viaje
y contra viento no puedo con todo éste desear.

Mas ir contra la corriente
va dejando marcas del combate.
Y es que tú no lo sabes,
pero pensarte así, me abate.

De mi brújula eres el norte.
Las olas del mar me llevarán a tu puerto.
Viajando siempre contra el viento.
Ahí donde estás tú, está mi conforte.

El viento me llevará a otra costa.
Una nueva o quizás ya puerto viejo.
La idea es estar lejos.
Navegar nuevamente, esta vez a posta.

A tu lado viajando contra el viento,
quiero vivir mis sueños despiertos.
A ojos cerrados así te siento.
A ojos abiertos te vuelves un recuerdo.

Sumergida en mis propios pensamientos
vivo en otro mundo al borde del abismo.
Es una broma de la distancia y el destino,
una infamia esto que sentimos.

¡Shh!… siente como murmura.
Oye cómo pasa entre los árboles,
viaja por el mar y sube al cielo: escucha,
siente el calor de otros soles.

Se dice que el aire apaga las velas
pero también aviva las hogueras.
La ausencia disminuye pasiones,
y la distancia enciende corazones.

Nada impide el viento,
para eso se construyen molinos.
Y yo sigo aquí con esto que siento:
no es secreto, a las palabras se las lleva el viento.

Y si para luchar contra molinos de viento
he de volverme Don Quijote:
Lucharé contra el tiempo y el destiempo,
navegando por ti en barca, velero o bote.

El silencio es como el viento:
debes poner atención para interpretarlo.
A veces puede sonar a olvido,
y otras a un extraño te quiero.


jueves, 15 de mayo de 2014

Si fuera música...

“Non andar via perché nel sogno si ripete la magia. E se il cielo sarà senza stelle, brillerai per me solo tu.” ...“¡No te vayas porque en el sueño se repite la magia. Y si el cielo quedar sin estrellas sólo tú brillarás para mí!”. Andrea Boccelli
Por Mireya Cerrillo.
Si fuera música sin duda alguna me llenaría de los oscuros y dramáticos nocturnos de Chopin. Pediría morir mientras suena el “Claire de lune” de Debussy, preludio al descanso eterno, de textura triste que refleja las impresiones de la luz de la luna que calma y mitiga. Que pasa de lo festivo a lo depresivo, que busca contar algún secreto taciturno y nocturno. Que queda sin decir nada, tan lleno de sentimiento y falto de palabras. Es sólo lágrimas.
O quizás buscaría ser la “Toccata y Fuga” de Bach, con su profundidad, virtuosismo y perfección. Con su belleza artística quedaría también inconclusa y entonces cada quien interpretaría una versión de mí: de lo que soy y pretendo ser, de mis vanidades y banalidaes, de mi falta de técnica, de mi sin duda intensidad y destreza pura en las letras. Del arte de la huida sin duda hablarían.
Si la música finalmente es una alteración de las notas que se vuelven sensibles, entonces tal vez buscaría ser un “Scherzo” de Beethoven, un largo jugueteo, de movimientos humorísticos y entonces sonaría temeraria, rápida, alegre. Estirando los límites de la forma y con un fondo que no a todos muestro. Un scherzo es una broma, un meneo libre. Así es como me siento: como un sarcasmo, y así es como quisiera ser: independiente.
Oh…Si fuera música entonces pediría ser de Paganini un Capricho: veloz, difícil, un solo. Con sus variaciones y escalas, cambios y pizzicatos: pellizcos que vibran, enloquecen y al sentirlos enmudecen.
Tal vez entonces sonaría tan nostálgica como “El trino del Diablo”, tan única y fuera de lo normal que posiblemente me considerarían poseída en una trágica sonata que en un segundo cambia a lo allegro, affettuoso y moderato. Para terminar en el éxtasis de un profundo y sereno adagio como mis más íntimos pensamientos.
Indudablemente sonaría a Schubert y su serenata. Entristecida y a momentos llena de ira. ¡Oh, si fuera música! Sin duda alguna me entregaría a la luna.
Si fuera un vals sería Strauss y su Danubio azul: que poco a poco se enciende, que va llenando el alma y aunque pudiera sonar afligida y desconsolada… hay alegría, hay vida, hay permiso para ser, para bailar a un ritmo repetitivo pero distintivo.
Pero definitivamente si fuera música, sería una aria. Azul como la luna y el río, azul como la melancolía. Azul como Puccini y su plegaria que “Nessun dorma” reclama, que nadie duerma pues busca a una princesa que es dueña de su sueño, su delirio y mayor desvelo.
¡Mira a las estrellas le ruega! Llenas de amor y esperanza, todo un misterio que se desvanece de noche para salir al alba triunfante de amor a gritarle al mundo….
Hay polvo de estrellas, ha salido el sol. No hay más pena.