martes, 29 de julio de 2014

En un abrazo...

"No sé por qué temo a la muerte si ella me está abrazando" Ander Tabarez.
Por Mireya Cerrillo.

En un abrazo te diría todo lo que he callado… pero es el silencio de tus brazos lo que quema las ganas de mis labios.
No me beses, no me toques, no me mires…siente la frialdad de la distancia de tenerme a unos pasos y no poder pertenecerte.
Me miras, me aniquilas, poco a poco me matas. Me niegas tu esencia, me llenas con el vacío de tu presencia.
Así tan cerca que puedo mirar detrás de tus miedos, detrás de tu íntima crudeza. Así tan cerca que en tu mirada veo el reflejo de tus más oscuros deseos. Todo lo que me llama y tú que siempre me alejas.
En una caricia te confesaría mis sentimientos…sin embargo, soy sólo miedo. Somos sólo esta eterna distancia y silencio.
No somos. No fuimos. No seremos. Estamos aquí deseándonos…arruinándolo todo.
La cama está fría, está vacía…sólo está llena de efímeros deseos, sueños eternos.
Me fundo en un abrazo a contarle todo a mi almohada. Le digo que te quiero. Niego cuánto daño me haces. Pero comienzo a ser consciente de ello, y sigo sonriendo a tus banalidades.
Lloro en la soledad de la noche. Añoro la compañía del día. Soy este destierro incomprendido. Este dolor que me invade desde dentro.
Me hundo en la depresión de mi cama… me quedo ahí paralizada.
No sé hacia dónde moverme. Desconozco la ciudad que me atrapa y me invita a huir de nuevo. 
No puedo continuar corriendo, debo encontrar mi lugar en este único momento.
Lo entiendo… no es un abrazo tuyo lo que más deseo. Es el abrazo de la vida lo que anhelo, alejarme del susurro de la muerte que me invita a escucharla, abrazarla, pertenecerle… Esto es lo que me sucede, me persigue el abrazo de la muerte.


jueves, 3 de julio de 2014

Tulipanes...


Por Mireya Cerrillo.

Como el botón de una bella flor que se encuentra cerrada,
con los colores vibrantes que despiertan el alma.
Así me siento: totalmente atrapada.
Así, con una esencia desesperada.

De colores pintan balcones y jardines,
flores delicadas que esconden mis secretos.
Tímidas guardan mil y un momentos.
Son retoños que aguardan sigilosos por todos los confines.

Me irradian con su naturaleza, me invitan a los besos.
En sus pétalos coleccionan mis pensamientos y sueños.
Escritos están en sus hojas mis suaves e íntimos deseos.
De otoño un latido, de mis ganas son los dueños.

Brotan tímidos como un llanto discreto.
Tulipanes coloridos que cuentan cosas al viento.
Tulipanes vigilantes que gritan esperanza,
les cuento todo pues me inspiran confianza.

Suaves flores que tomo entre mis dedos,
delicados y gentiles son sus únicos pétalos.
Van decorando de mi ser los rincones:
Tulipanes que parecen hechos de listones.

Son de bulbos tardíos en florecer.
Hay que ser pacientes para verlos ser.
Son como mi corazón: que abre y se cierra.
Que esconden amor por una extraña y lejana tierra.

Atrevidos musitan un murmullo matutino.
Así te envío un breve suspiro.
Escucha el sentir de mis latidos.
Tulipanes que en su nicho aguardan todo aquello que aún no hemos vivido.