domingo, 30 de marzo de 2014

Van Gogh y Yo…

"El sufrimiento es lo que lleva a los artistas a expresarse con mayor energía. Parece que hubiera en él dos personas: una maravillosamente dotada, delicada y tierna, y la otra egocéntrica y despiadada"
Cartas de Vincent a Theo.

Por Mireya Cerrillo.

Desde que descubrí el arte de Vincent Van Gogh se convirtió en mi pintor favorito. Al ver en vivo sus obras tanto en París como en Ámsterdam sentí la grandeza de su ser, pues siempre he pensado que fue una persona capaz de plasmar en un lienzo todo su sufrir y a la vez su alegría y desesperación por vivir. De su noche estrellada reconocí el insomnio y la nostalgia, de sus amarillos girasoles aprecié su ímpeto y energía. De sus paisajes sutiles y cambiantes lo habitual del día a día. De sus autorretratos su más íntima esencia: su recámara y sus zapatos se perciben marcados por la desolación de un artista incomprendido. Y de la cotidianidad de su época sus más grandes impresiones, emociones y alteraciones.
Hoy 30 de marzo se cumplen 161 años de su nacimiento y gracias a las cartas póstumas de familiares, médicos y amigos se sabe que el gran artista padecía bipolaridad, y por esta razón es que hoy se conmemora el primer “Día Mundial del Trastorno Bipolar”. 
Así, sintiéndome más identificada con sus sentimientos pues él decía: “Hay cosas en el color que surgen en mí mientras pinto, cosas grandes e intensas.” A mí me sucede eso al escribir, siento ese impulso y luminosidad, y otras veces al contrario creo perder toda la sensatez en mi cabeza.
Entiendo mejor el impresionismo: ese trasladar a la pintura el impacto de sus sentidos mediante la observación de la naturaleza.  La luz, el color, la fuerza que se filtra en el interior del artista. Van Gogh es así, el más claro ejemplo de que gracias al arte se pueden expresar todas las conmociones humanas. Su inestabilidad, su soledad, desánimo y angustia las reflejaba en el escape de sus obras en las que transmitió un estilo único, una persona expresando su mundo interior: lo que le abrumaba y lo que le llenaba de vida. Su voluntad creativa y excelsa en un genio como él.
Mi viaje corto y personal con la ciclotimia (bipolaridad leve) me ha llevado al conocimiento de algo tan mío y tan suyo como ajeno. Y por supuesto, a intentar generar conciencia sobre la ignorancia y el estigma que existe referente a las enfermedades mentales.
Un hombre brillante y artista plástico humilde pues se hizo famoso hasta después de su trágica muerte, un ser que vio y retrató la belleza de este mundo a pesar de la oscuridad del suyo propio. Cada pieza es hipnotizante, vibrante y llena de desespero. No pintaba el sufrir de su mente, mas plasmaba su agonía y recelo por vivir en cada inimitable pincelada. Encontró su liberación a través de la pasión al poner su pincel sobre sus cuadros, como yo lo pretendo hacer con mi pluma en una hoja en blanco.
Van Gogh y Yo: una contradicción en conflicto: Serena e intensa. Frenesí y sosiego. Nostalgia y alegría. La misma batalla y creatividad dentro de nuestras mentes. La guerra constante contra uno mismo. El sufrimiento en silencio. Y el gozo en estruendo.
Una persona que tiene cualquier enfermedad mental de una manera tan entrañable como él, muestra que quizás estamos haciendo progresos en la sensibilización al respecto para ir poco a poco acabando con el estigma hacia los trastornos mentales por desconocimiento. Así como hoy celebramos el cumpleaños de Van Gogh y su gran legado artístico, no nos centremos en su funesto final o en el sufrir de sus majestuosas obras, pero sí en qué tipo de artista y ser humano era.
Gracias a él aprendo constantemente que podemos tomar nuestro dolor y trascender en el arte de lo sublime, tenía una forma de crear y manifestar sus emociones en la pintura, tal y como yo busco encontrar las palabras adecuadas para expresar mis pasiones. Es inútil esconderse detrás del dolor, es mejor hacer arte y ser parte del cambio concientizando al respecto. Mi “mente” no me define ni me domina, al contrario, me da imaginación, una nueva percepción y sobre todo, un único desfogue a mis sentimientos y emociones. ¡Gracias Vincent!

Disfruten el siguiente video "Vincent, Starry, Starry Nihgt":
"How you suffered for your sanity... And when no hope was left insight on that starry, starry night, you took your life as lovers often do, but I could have told you Vincent this world was never meant for one as beautiful as you..."
Don McLean

viernes, 28 de marzo de 2014

Insomnio...


"No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme"
En Horas de Insomnio - Miguel de Unamuno

Por Mireya Cerrillo.

Otra vez es de noche
y yo no puedo conseguir dormir.
Me reencuentro con mi gran confidente
que custodia y vigila mi sufrir.

Es el oscuro manto de la luna
que intenta inútilmente apagar tu recuerdo.
En vigilia de mis pensamientos vanos,
despiadado insomnio por tu ausencia.

Así son mis tinieblas.
Este insufrible añorarte.
Imposible dormir sin pensarte.
Así es mi corazón en vela.

Mas tengo tregua con las estrellas.
Saber si en la lejanía tú me anhelas.
Tú y el desvelo son mi condena.
Las sombras que aparecen entre la niebla.

No hay luz que alumbre mi alma en luna llena.
No hay calma en mi taciturno suspiro.
No hay cura para esta pena.
No hay siesta a mi desvarío.

No existe paz que apacigüe mi alma.
Quisiera no más oír las voces de mi cabeza.
Está en mí ser y mis entrañas:
lo dulce y amargo de tu crueza.

Son insufribles mis demonios nocturnos.
Trasnocho e intento de mañana volver a despertar.
Es un engaño que se toma sus turnos,
para olvidarme de un buen pernoctar.

De mí, todo retumba en un eco.
De ti, todo resuena en mi pecho.
Quisiera hundirme en mi almohada.
Quisiera no fueras más un fantasma.

Mi suplicio es un fallido olvido lleno de recuerdos.
Me esclaviza Morfeo a quien de noche no encuentro.
Mas descanso si me sé guardiana de tus sueños,
pues es ahí donde siempre te encuentro.


Mi necio corazón...

"¿Por qué se me ocurrió quererte si sé que no puedo tenerte?
Es tu amor mi padecer y es mi necio corazón que se aferra a ti y tú lo evades."

Por Mireya Cerrillo.

Tengo un temor en el pecho
y un tremar en el cuerpo.
Grandes incertidumbres
de los pequeños secretos.

Eso hacen nuestros miedos,
traer pesadumbre y desasosiego.
Pero en mí no hay titubeo
para decir cuánto te anhelo.

Esa angustia y duda
es culpa tuya y del destiempo.
De la irresolución de tus sentimientos,
de tu constante silencio y huida.

Quisiera acabaras con esta interminable dubitación.
Que te permitieras apreciar la agitación de este loco corazón.
Que pudieras ver en mis ojos el amor.
Y que con una mirada tuya mitigaras mi dolor.

Pero es imposible lo que en estas líneas te expreso.
Mas es factible que un día aceptes tu verdadero sentir.
No habrá determinación ni osadía
hasta que reconozcas el desconcierto que causa en mi todo de ti.

Así es este amor vacilante y menguante.
A veces lleno de convicción y esperanza,
de paciencia para serte y pertencerte.
Pues cuando se ama sólo se necesita templanza.

Mi certeza es saber que lo que por ti siento es fuerte.
Mas me inquieta saber si tú sientes lo mismo que yo.
Quizás sólo fue la ilusión de amarte y el capricho de tenerte,
y esta alma mía que en la quimera de tus ojos se perdió.

Pero lo que trae paz a mi inquietud
es saber que por un momento de verosimilitud:
Tu corazón durmió en el mismo sueño que yo,
y por un instante en el amor también creyó.

Ya no interrogaré a este cariño que poco a poco se desvanece.
No dejo de cuestionarme si quizás doy mi amor a quien poco se lo merece.
En mí hay impulsos y en ti sólo hay reclamos.
Pero es necio este corazón que se aferra al recuerdo de hacernos daño.


lunes, 24 de marzo de 2014

Mi máquina de sentir...

"Nombrar llamas de Amor es desvarío:
su fuego es el ardiente y vivo intento,
sus alas son mi altivo pensamiento
y la esperanza vana en que me fío"
Gaspar Gil Polo.

Por Mireya Cerrillo.

No poseo como en antaño
una máquina de escribir.
Pero puedo plasmar de mi corazón el empaño
en este dispositivo que me permite decir.

Todo mi ingenio y creatividad,
y estas ganas de amar y de expresar.
Todo este querer y este fuerte sentir:
existen en mi herramienta para crear.

Tu amor que tanto he de padecer y de vivir.
¿Cuántas lágrimas más por un rato de placer?.
Si vale mil tormentos, si más me has de herir…
Los viviré si así has de darme finalmente tu querer.

Si en acordarme de amarte, de odiarte me olvidara.
Si así con todo mi ser pagarte no me alcanza,
aguardaré con paciencia y con tristeza.
¡Pues tú me importas tanto!
Que no me importan estas lágrimas ni el llanto.

Hoy sé que el amor es una farsa de los poetas.
Es un cuento para unos cuantos.
El desvelo de locos e inspiración de almas inquietas.
Tan dulce como agrío. Enfermizo y sano. Servicial y ufano.

Escribir se ha vuelto algo mecánico en mí,
referirme siempre al amor y al desamor.
Aquello tan delicado y tan vil
que ha perdido su fresco aroma y su candor.

Mas con el alma atormentada
siento aún tus flamas que me abrasan.
Poco a poco me consumen y me afliges.
Así me amas. Así a mi corazón infringes.

Presumo de estar viva con todo este quebranto.
Condenada a tu silencio y la distancia.
No importa el lamento, también de alegría y aflicción canto.
No importa tu destierro, aún siento tu fragancia.

Así te imploro vida mía:
que leas estas rimas.
Que recuerdes nuestras misivas.
Que nos ahorres la inquietud y la agonía.

Sólo hay libertad entre nosotros,
un corazón cautivo y la belleza de tu rostro.
Sólo hay palabras y letras,
tu recuerdo que mi alma perpetra.

Injurio con mi literatura
tus cadenas y esta pasión que por ti siento.
No puedo con tus llamas y friura,
Me consumes. No mereces más mi lamento.



miércoles, 19 de marzo de 2014

Sentir...


            “Mientras se sienta que se ríe el alma, sin que los labios rían; mientras se llore, sin que el llanto acuda a nublar la pupila; mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan, mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía!”
Rima IV - Gustavo Adolfo Bécquer.

Por Mireya Cerrillo.

Sentir se vuelve tan esencial e inherente
cuando vives las sensaciones al máximo.
Llorar es más que un simple lagrimear decente.
Y reír se percibe en lo más profundo de mi único mundo.

El más feliz: el rey de los actores.
El más triste: soberano del sufrir.
Víctimas del extremo clamar y padecer de las emociones.
Mártires de experimentar la vitalidad de cada carcajada al reír.

Sentir, percibir… ¡cuánto damos por sentado!.
Lamentar un corazón quebrantado
cuando penetrante es la tristeza.
¡Cuán intensa la alegría del amor de una sola pieza!.

Ahora se trata de re aprender a distinguir el dolor del placer.
Se me ha olvidado apreciar cada parte de mi ser.
A mi suerte he quedado en éste viaje de continuo descubrir.
¡Y porque soy capaz de sentir. Aún puedo decir y escribir!.

Qué tormentoso y sutil es reconocerse de manera diferente.
Es abrirse y corromperse para sobrevivir.
Tan absurdo se vuelve lo ausente.
Como efímero es llorar o reír: incesante fingir.

Finalmente, el suspiro de una risa es sólo viento.
Y las lágrimas de mi quejar son sólo agua. 
Todo eso es lo que me hace decir: ¡siento!.
Ser habitante del mar con mi alma que naufraga.

Estas pasiones me devoran.
No hay remedio a este tedio.
Soy la fusión de dos esencias aguerridas.
Tan llenas de sombras como plenas de vida.

Soy presa de mis arrebatos.
Trozos de una soledad y mil sueños rotos.
Pero mientras pueda sentir tu mirada,
serás mi refugio, mi descanso, mi barricada.

Ya lo dijo Bécquer: “mientras sentirse puedan en un beso…”
Mientras hayan ilusiones y agonías. 
Mientras pueda sentir fluir la lira en mi poesía.
Sabré que vivo, que soy yo, que siento y no fallezco.





miércoles, 12 de marzo de 2014

La luna y mi serenata...

"El amor y la luna se parecen: menguan cuando no crecen."
Anónimo.
Por Mireya Cerrillo.

Escucho la serenata de Schubert
y siento de nuevo la tristeza en mi ser.
Aprecio la nostalgia que me inspira.
Agradezco la musa de esta melancólica lira.

Es una pieza nocturna que llora,
que sufre e implora.
La noche tranquila interrumpe
y en un sollozo el silencio irrumpe.

Murmura a la luna,
le confiesa el malestar de su pecho.
¡No hay duda alguna!
Es dolor de amor, es un corazón deshecho.

No es la orquesta, el piano o el violín.
Es la pena que a mi sufrir es afín.
Un lamento que intercede por mí.
Gracia melódica de principio a fin.

Dulce, taciturna y romántica.
Así suena mi alma, así mi queja que te añora.
Pide conmoverte. Reencontrarte. Ser para tenerte.
Te implora sutil y fuertemente: sólo verte.

Suena a la íntima despedida de Goethe.
A una caricia delicada de algo que no fue.
Así solloza mi amor. Así la compuso un músico.
Así la letra de un poeta prúsico.

“La luna, símbolo de amor y de tristeza.”
Que en su serenata más bella,
describe al desamor como una soeza.
Así soy yo en profundo llanto. Así es ella en quimera.

Son las notas que suspiran, se alejan, lamentan.
Es un amor que naufraga y que duele tiernamente.
Inmensa dicha de un ayer. La tristeza de un hoy sin mañana.
He aquí estos versos otra vez. La oscuridad, y yo a su suerte.

Surge del olvido y de la ilusión que pereció.
¡Cuántas pasiones marchitas de los dos!
La sed de amar de un soñador.
El sabor del deseo y una simple traición.

Una perfección que adormece y acompaña la efímera muerte.
Pura harmonía que no se defiende, ¡nada teme!.
Es Chopin y sus nocturnos aferrándose a la agonía.
El alegre y triste beso que en nosotros tremía.

Liszt diría que fue un apacible sueño de amor.
Breve y lento adagio fue el final sin principio.
Arrullante y sereno movimiento que corteja lo imposible.
El dolor punible que infringiste en mí, con la afonía de lo audible.

Fue el temporal desvelo que no volverá.
La fantasía apagada de un amor errante.
Es Schubert con su afligida serenata.
Soy yo con este amor que no pudo pertenecerte.


sábado, 1 de marzo de 2014

Yo con mis locuras...

"El único sentido íntimo de las cosas es que no tienen ningún sentido íntimo." 
Fernando Pessoa: un ensoñador chiflado, un diletante silencioso.

Por Mireya Cerrillo.


Añoro la nostalgia de la melancolía.
¡Qué dulce y amarga ironía!
¡Qué pena es extrañar el sufrir!
Pero es que de ahí surge mi poesía:
del lamento y la alegría de vivir.

Pocos conocen éste raro sentimiento:
de llorar el contento del regocijo,
de deleitarse en un triste sollozo.
De ser y no ser: en compañía y en solitario.

Pocos saben qué es ser uno y sentirse dos.
Peor saberse dos y no reconocer ninguno.
Locura incomprendida. Soledad perturbada.
La belleza de escribir para borrar el estigma,
para concebir este sentirse cuestionada.

Pocos entienden la paz y la inquietud del sueño y el desvelo.
Enloquecer con mis incomprensibles manías y pensamientos.
Apaciguar el ímpetu de mis sentimientos y añoranzas.
Las palabras en mi cabeza: voz de mi alma.

Es difícil entender que a quien más admiro no me crea.
Que juzgue que esto es un invento en mi tozuda testa.
Una debilidad de mi inconciencia.
Una fantasía de mis incertezas.

Sin importar si es un trastorno: un bien o un mal.
Es algo que profundamente siento y que sólo busco entender.
No quiero empatía ni pretendo ser víctima.
No estoy perdida. No me rindo.
Estoy como Viktor Frankl: en busca de MI sentido.

Sé que aterra reconocer esta faceta.
Que desconcierta saber tan inexplorado nombre.
No es un paradigma sin importancia.
Es en mi íntima esencia donde existe, me aviva y me mata.

En fin, no pretendo dar alguna explicación.
Me fascina reconocerme en otros poetas y creadores.
Es vivir el extremo de mis emociones.
Tener el control de lo que albergo en mi pluma y mi pecho.

Llámenlo como quieran: invención, demencia o chifladura.
Soy yo con la desnudez de mis máscaras.
Sin aflicción, etiquetas, ni ataduras.
Un algo más que me hace única y distinta.
El diagnóstico es el mismo: yo con mis locuras.