lunes, 30 de noviembre de 2015

Mi viejo...

"Hija: en lo que sea. Pero la mejor." AJCA.


Dicen que eres ateo por no creer en lo perfecto, que eres tantas cosas que la verdad no creo, más me invitan a dudar, a cuestionarte, apreciarte y reconocerte.
Opinan que en todo ves algo imperfecto, y sé que están equivocados porque si no crees en Dios es porque me tocó ser la portavoz de un ser criado con carencias y que forjó su propia abundancia, una persona con otra cabeza llena de firmeza que hoy titubea y poco a poco nos vamos diciendo adiós en un prolongado y emotivo hasta luego.
En tu escala de valores tú pones primero el trabajo, en entrañable ausencia y perenne presencia, me guías noche a noche y día a día. Y no niego este sosiego.
Fui reacia a tu cada vez más visible vejez, pues no quería ceder a la idea de que algún día te voy a perder, cuando de ti papá aún me queda mucho por aprender.
Empecé a notarlo cuando dejaste de sonreír con entusiasmo y algarabía a tu llegada, y comenzaste a venir cada vez más frágil y cansado. Casi con ganas de no seguir, más como todo en ti, siempre con el empuje de insistir, no desistir y persistir.
Fui sensible a tu ceguera cuando comencé a ganarte en nuestras competencias de lectura, que tú siempre ganabas sin indiscutible querencia. Ves borroso y eso debe ser tedioso. Pero aún me ves a mi en todo lo que soy y puedo ser, y eso es un sentir glorioso que me puede conmover, hacer crecer, y hallarme aún tu niña y gran mujer.
Aprecié tu paso lento el día en que caíste y no te pudiste levantar, y entonces un bastón te llevé a comprar. Entre mi sarcasmo y tu complaciente humor: acordamos cuál era el mejor, el que te diera soporte, apoyo y te devolviera por la vida tu fervor.
Fue aparente tu envejecimiento cuando oí tu lento hablar. Y fue indiscutible tu desgaste cuando ya no podías como antes discernir ideas o escuchar.
Advertí tu innegable consumir cuando te perdiste en tus delirios, los cuales no logras recordar y no puedes hacer nada más que callar y yo tratar tu extravío intentar ensamblar.
Percibí tu sosegado caminar, ese que antes no podía alcanzar, porque a pesar de tus heridas, me hacías correr y jugar, y en los parques me enseñaste a patinar, patear una pelota y en la bicicleta a andar.Así aprendí que sí te caes, te has de volver a levantar, con todo y los raspones que sanarán, y las lágrimas que se secarán y pasarán.
Noté y perdoné tus cada vez más frecuentes olvidos, esos que prevés no tener con leer para no perder tu memoria y tus recuerdos, esos pequeños y temidos descuidos que me percatan de tu realidad que desearía poder postergar.
"Un buen tipo mi viejo" diría la canción...que a pesar de tanto andar no se deja quebrar.
Los años te han llegado en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo llevas mil y un historias. Una en especial que nos falta por vivir y escribir...Ese pacto que hiciste con un ser del cielo o del mismo infierno...No me importa, la tenemos que cumplir sin recelo.
No me toca juzgarte por lo que fuiste como hombre, sólo me queda agradecerte lo que has sido como padre y admirarte en tus virtudes y defectos para simplemente, quedarme con lo mejor de todos ellos. Tú, que me enseñaste a viajar en los libros y la música de tu época, que me quitaste los miedos con tus vivencias, y que me empujas a volar cada vez que desfallezco. No quiero que se nos acabe el tiempo, me resisto a la idea de que te vas haciendo viejo. 
Sin embargo, algo no cambio, eres mío. Ese hombre que además de ser mi papá, se ha vuelto mi confidente, guardián y amigo. Consejero, cómplice y más ferviente "peleonero" de mis sueños, porque sólo tú entiendes mis locuras y no las cuestionas, sólo tú me besas y abrazas con ternura a pesar de tus fracturas, y sigues de tanto en tanto mis letras para insidiar las ambiciones de tu única princesa.
Gracias por llamarme siempre así y hacerme sentir de la realeza, por quererme con mis alegrías y tristezas. Y enseñarme con tu gran fortaleza, la debilidad de tus flaquezas. Pues al aprender de tu dureza, comprendí la nobleza de tu corazón que es tan necio como el mío.
Te he confiado tantas cosas, que hoy sólo me queda la esperanza de saberte y sentirte por otro rato mío en esta tierra, pues si irte ya debieras, no me resta nada por decirte: ni un te quiero, ni un te extraño y mucho menos un misterio, una crítica o reproche. Así te quiero, aceptando la mocedad de tu evidente senectud.
Pues si la niegas, es porque te sientes aún de espíritu joven, mas no lo tomes con simpleza, ¡que la vida aún no te doble!. Por ti, por mi, por los que aún te queremos y necesitamos, ¡cumple tu promesa!.
Con tu pasito retozón, con tu placer por el buen vino y un gran libro.Con tus zapatos bien boleados, con tu camisa, calcetines y corbata combinadas, con tus ideas firmes en mente y una maleta que ha vendido de todo, que ganaste y perdiste, que emprendes y reprendes. Eso y más. Ese eres tú: mi cachito de viejo. ¡Te quiero papá!.


domingo, 29 de noviembre de 2015

Poción de amor...

"Our love will make at this very hour and never break through the darkest hour...our love will last eternaly and become our life's destiny."

Por Mireya Cerrillo.

No sé realmente si existe una pócima para hacer que alguien nos quiera. No entiendo aún si es un sentimiento que nace de repente y poco a poco como una bella planta, va creciendo y dando sus agridulces frutos. No concibo la idea de que este sentimiento de entrega, encuentro y unión de verdad nos complete, alegre y de energía para convivir, comunicar y crear. No logro discernir entre la idea de ser sujeto de afecto y cariño de alguien, entre ser objeto de deseo, caricias y requiebros, pues simplemente no comprendo aún el significado de la reciprocidad ya que en el dar, no se espera recibir, más algún equilibrio debe existir.

No sé si se trate de un brebaje que te ciegue y embriague de tal forma, que tu mente ya no interprete otra realidad más que aquella que tontamente anhelas y deseas.
No conozco la mixtura perfecta para distinguir entre lo que el corazón sienta y lo que tu mente te dicta.

Pero en el amor no se trata de razonar (dicen) sino de experimentar y vivir. (recomiendan).
Mas de algo estoy segura, con todas las letras que me llenan sé que no podría definir el amor, pues si se trata de apreciar...para mi es complicado dejarme llevar hacia lo desconocido, lo inexplorado e incluso a veces disfrazado o torcido, distorsionado y forzado.

Dudo incluso a veces de que exista, pues en tantas otras vidas al parecer, no he perecido ante él, al contrario lo he desestimado de mi ser, y quizás sea esa la lección a aprender: el bendito arte de querer.

Sé que cuento con el amor incondicional de mi papá, para quien tiernamente seré eternamente su única princesa.
Siento el afecto de mis hermanos, para quienes seré siempre la nena, la protegida y la más pequeña.

Sin embargo, y pese a mis propias dubitaciones, comienzo a entender esta nueva forma de acceder a este maravilloso ser que un ángel puso en mi camino. Más no intuyo en qué le influyo para que me quiera o deje de querer tan de repente.. O ¿por qué incluso duda de esto que sin presagiar ni pedir, llegó a mi vida y sé que siento?...Por eso ¿qué es el amor?, ¿es un capricho?, ¿es un deseo de llenar un vacío pedido por siglos? ...

Algo sí sé, si amar es sentir, por eso duele. Si amar es creer, por eso la duda. Si amar es añorar, por eso se aspire en ocasiones al olvido. Si amar es comprender lo incomprensible, por eso quizás se desee ignorar. Si amar es encuentro, de ahí la lucha constante. Si amar es crear, de ahí la autodestrucción. Si amar es entrega, de ahí el desafecto. Si el amor es unión, ¿por qué a veces la petición de alejamiento? Si amar es no juzgar, ¿por qué entonces descalificamos y opinamos sobre lo ajeno? Y si amar es vivir, entiendo perfectamente que surja el ansia de morir. Mas no de amor, simplemente porque sí.

Suponiendo que existiera ese potingue para el amor...¿lo beberías para sentir y vivir? o ¿desestimarías el cocimiento lento de un amor que, empero se percibe a veces gradual, la verdad es que ha sido tan diligente que por eso mi necio corazón de rojo no lo pinte y negro digan que mi alma lo tiñe?. . . Habrá que descubrir si es un arrebato, o la certeza de que es algo sensato. 


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Distancia con ese de Separación...



"Te miraré de costado y no dirás nada. La palabra es fuente de malos entendidos. Pero cada día, te sentarás más cerca." El Principito.

Espacio 
Diferencia
Alejamiento
Desvío
Desafecto
Exclusión
Distancia
Separación

Ya no sé qué demonios pasa conmigo...si es este maldito infortunio del destino y su falta de serotonina, o este buen tino que tuvo Cupido en este estúpido y frágil tiempo de inquietante sufrimiento.
Ojalá tuviera la capacidad de aceptar las cosas tal y como son. Así, sin querer cambiarlas, sin desear escapar, sin añorar tanto una presencia, sin evocar así la ausencia, sin alejar ni hostigar a las personas que "siento".
Más hay una frase que sabiamente dice: "No toda distancia es ausencia, ni todo silencio es olvido". Sin embargo, lo vivido a veces se siente a indiferencia, y el ruido sabe a un sano desasosiego.
Hoy, ayer, la semana, e incluso quizás también mañana... son un cúmulo de esos días en que mis catastróficos pensamientos son más fuertes que mis ínfimos deseos de atisbar el próximo alba.
Ya no temo a estos paréntesis que ponen continuamente en pausa, la vida que ya no siento ni pretenso.
Este continuo sonreír y no ser plenamente feliz. Llorar hasta agotar mis lágrimas. Y morir...más seguir respirando. Así me siento.
Estas constantes ganas de llorar que dan de repente por todo y por nada, de querer estar solo y precisar de la compañía. De no querer estar con nadie, y sin embargo, necesitar de un abrazo que contenga y sujete mis débiles pies a este suelo del que poco a poco despego...y vuelo. Salta mi mente a otro tiempo, a otro mundo, a otro sitio. A mi lugar imaginario donde nada duele ni sucede, todo se puede, y encuentro todo lo que mi mente anhele.
Dicen que la palabra suicidio se escribe con "ese" de sangre, de silencio y de siempre. Yo le añadiría, que se escribe con "ese" de sal, de soga, de sola, de salida, de suave, de sentir, de seguro, de seguir, de sonata y de siesta. Y sobretodo, de ese súbito y sublime suceso de dejar a la sutil suerte, la soeza de soltar simplemente el sagaz sollozo de una última sonrisa, que sin súplica supuesta, supure al suicida y lo lleve a su último suspiro de soñar por siempre, para sosegar el secreto que se siente y para sepultar el pensamiento más siniestro. Y si acaso, sobornar al supremo con una serenata y un servicial susurro, que evite la seducción de la serenidad sepulcral que serenamente pongo en suspicaz suspenso...
¿Por cuánto tiempo? Dejémoslo a mi supuesta capacidad de supervivencia, y la inhabilidad de mi subconsciente.¿Ganará lo sensible y sencillo, o la falta de sensatez simpáticamente?...


viernes, 30 de octubre de 2015

Luz de Liz...

"La flor de lis representa la filosofía de la paz consciente donde tú estás en paz sin importar lo que esté pasando a tu alrededor." Scouts


Por Mireya Cerrillo.
With love to my dearest and beloved Mother Queen.

Tengo un ángel, una guía, una bruja y hechicera.
Tengo a alguien en mi vida que brilla con un fulgor que a algunos ciega y a otros  confunde y orienta.
Es la luz de Liz: única en su especie. Es un bálsamo cuando abraza y cuya esencia permanece en el alma.
Es sensible y delicada como el pétalo de su flor preferida, que poco a poco se abre de un botón que cubierta de hojas unidas la defienden, y al descubrirse es una noble y hermosa flor, que con cuidados y ternura sobrevive tempestades, y aunque pierda pétalos, no extravía su pose de reina.
No sé qué hago yo con mi letras que surgen de tan preciosa y sublime musa.
No pretendo nada con ellas, mas que agradecer el poder de su singular presencia.
Liz abraza con alas de ángel y encanta con su mirada franca y traviesa, tan llena de conjuros y magia.
¡Es una bruja! Conserva la memoria de otro tiempo y un corazón osado, tan pleno de pasado e inquieto por el futuro. Hoy, simplemente puro. Quizás vuele en escoba, pero seguro es que no usa sombrero, al contrario porta una gran corona. ¡Qué gran y única mezcla: ser ángel, bruja y reina!.
Y para mi: un lazo indescriptible, imborrable e invaluable.
¿Habrá sido mi madre pasada? ¿Lo será en otra vida?...quizás en otro tiempo, en otro espacio...algún día.
Mientras busco significado a lo incomprensible; ya es amiga, consejera, mentora y maestra.
Es luz de Liz que resplandece con un suave desliz.
Luz de ti para mi: para hacerme ver lo que me niego a creer.
Luz que tiene inicio y no posee fin.
Luz que alumbra porque sí. Porque si no...simplemente no se podría hablar de Liz.

martes, 27 de octubre de 2015

Otoño...


"Qué pequeño recipiente de tristeza somos, navegando en este apagado silencio a través de la oscuridad del otoño." Jhon Banville.

Por Mireya Cerrillo.


Otoño es por muchas razones mi estación favorita...tan como yo que me devuelve a la vida en cada tarde llovida.
Quizás sea eso: sus días de chubascos o la baja niebla. O el frío que anuncia el preámbulo del invierno, pero que ya se siente en el viento con cada soplido y en cada suspiro de los céfiros.
Los "venti", dioses del viento que en México dejan de ser mitología pues traen consigo la magia de otras travesías. De seres de otros mundos, pues se cree que se abren portales que dan llegada a las brujas y sus hechicerías y a los difuntos y sus misterios.
Lo que más me gusta de esta estación son las hojas que crujen al pisarlas y recuerdan que "los sollozos  más hondos del violín del Otoño son igual que una herida en el alma de congojas extrañas sin final." (Paul Verlaine).
Otoño gris y naranja. "¡Cuánta belleza suelta!", escribiera Octavio Paz.
Lo que en mí muere, el otoño lo despierta, lo que en mí era negro, el otoño lo cambia de color e incluso a veces entre nostalgia y nostalgia, me alegro y reintegro.
Este frío que arde se lleva al infinito mi pensamiento que estremecido por el viento, es encantamiento al corazón que no conoce de razón.
Está la tierra húmeda y mojada y tiembla la melancolía plena de saudades con nombre... Ahí está su tumba junto al gran sauce que se inclina y cuenta su historia que no es poesía, que es pura calma y frágil ternura. Descansa en paz Abuelito.
No es lo que veo, es lo que siento: que tú vendrás a visitarme y con suerte en la frente me darás un cálido beso y un deseado consejo.
No es lo que siento, es lo que percibo: que la vida es un fugaz momento, y que la muerte es el otoño de la misma que poco a poco pierde su aliento.
¡Escucha lo que el viento te dice!. Distingue de su escalofriante voz su belleza, pues nada es tan precoz como los recuerdos en el suelo, y nada tan esperado como ver el reflejo de tu angelical memoria en el cielo. Tuviste que irte en otoño, y agotados de llorar tu memoria, algo hay en el ambiente que trae caricias de antaño, que me llevan a otro plano a sentir de ti otro cálido abrazo.
Las brujas divagan entre los muertos, cada quien con sus encantos y secretos. Con sus calderos o con sus esqueletos. Volando en escobas o flotando en congoja, es el otoño para los vivos y los muertos un árbol de vida  que se deshoja.
Y yo me quedo embelesada con los atardeceres que el otoño me regala, con su frío y días grises que me cautivan, y aunque disfrute cada día...es tu ausencia la esencia que me marca con condolencia.
Así es el otoño: de frío, de hojas secas y el fulgor aún vivo de tu mirada.
Así mis brujas hechiceras que juegan con el amor y el destino.
Así mis muertos que duermen y despiertan para un día de juerga que no vaticino.
Así soy yo: ráfaga y broza, gélida pena, tono y esta ligera prosa.

domingo, 18 de octubre de 2015

El Perfume de mi Abuelita...

Mi Abuelita y Yo: Ella con 92 y yo con 29 años.

"Su rostro marcado por las experiencias de la vida, son los recuerdos de algo que en su pasado aprendió, pues como decía la poeta francesa Simone de Beauvoir: "Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma"

Por Mireya Cerrillo.

Hoy me llené del perfume de mi abuelita de una manera peculiar...La ayudé a vestirse con su blusa nueva y elegante, a peinar su sutil cabellera y a maquillar su delicado rostro. Cuando terminé, noté que mis manos tenían su esencia y de alguna manera, parte de su historia. Sostuve mis manos contra mi nariz e inhalé el mayor tiempo posible para guardar en mi corazón y en mi alma tan dulce, suave y único aroma: a rosas, a ternura, a memoria...
A las historias que me leía de niña, al olor de su única gastronomía, al sabor dulce de sus galletas con cuya masa me dejaba jugar "ayudándola" en la cocina.A los colores que me prestaba para pintarle mil dibujos, a las manos que acompañaron las mías para hacer mis primeras letras y a esos brazos que me abrazan y llenan cada poro y cada espacio vacío, y a esos labios que me aconsejan y bromean y colman con el más enternecedor y sincero: "Te Quiero". 

Mi abuelita es una una mujer llena de dicha y a veces de nostalgias, que vive y muere de amor por ese ser extraordinario que los cielos habita: Mi abuelito. 
Sus ojos aún llenos de luz reflejan las vivencias que le han sido regaladas, en algunas aprendió a perdonar, en otras a escuchar y sobre todo, a mirar a toda su familia con bondad, protección y amor. Mi abuelita tiene también una sonrisa que quema el mal humor y las tristezas, pues es esa expresión la que más me gusta de ella. La envidio y quisiera llegar a su edad con ese corazón tan fuerte, tenaz, lleno de cariño y afecto, y sobretodo sonriente y juguetón.

Sin duda alguna su alma es bella, pues sólo Veracruz es bello y su capital Xalapa, y por eso su espíritu es jarocho y su ánimo es de "la ciudad de las flores"...pues ella es una más y la que más sobresale de todas ellas.

Ella también es todo un carnaval: traviesa, con su júbilo y sus bullicios, sus algarabías y ganas de cantar, bailar y recitar poemas que aún recuerda y atesora en su memoria como un repaso de que el tiempo ha pasado por ella...a veces como un atropello, y otras como una virtud de la existencia.

Que más quisiera poder regalarle una "noche más de luna en Xalapa", sin embargo cada día me siembra legados y ofrendas, como esa frase que me repite cada día sin cesar: "Cuando pienses en verme, y sin verme pienses en mí, es que tú sabes quererme como te quiero yo a tí..."  Y ante tan impactantes palabras yo sólo le regalo mi cariño y cuidado diario en esta vida en Puebla, la ciudad que decidió adoptar.

Cuando pienso en ella, conmemoro las arpas, marimbas y guitarras que tanto agradaban a mi abuelito pues le recordaban a su tierra. Y es en reconocimiento a mis abuelitos que llevo tatuados en el pecho las tradiciones del mar y las tardes lluviosas y plenas de niebla. Abuelita: escribirte una serenata quisiera, como esa de Schubert que aún recitas sin perderte una letra. Más mi regalo para ti constantemente serán mis versos, abrazos y mis besos. Y agradezco a la vida todo lo que de ti he recibido: amor incondicional, sazón sin igual, buenas maneras en mi ser y actuar, y una sonrisa para todos regalar.

¡Qué más desearía que me duraras toda mi vida entera! Más sé que tu duermes soñando y anhelando el día que a las alas de nuestro ángel puedas regresar, y lo entiendo...aunque la idea de perderte...ya me duela...

Más me quedo siempre con la hermosura que guardas en toda tu persona: resumida en la sencillez de tu nombre y apellido: Gloria Bello. "Mi preciosa beatitud". Mi abuelita en sus años de senectud. A ella mi eterna gratitud.



lunes, 12 de octubre de 2015

¿Pensar o Sentir?...

"A veces sin embargo siento que son muchas mariposas para mi estómago"

Por Mireya Cerrillo.


Los días de silencio en mi escribir son como días sin comer para el hambriento. Y es que los pensamientos y sentimientos que aquí pretendo describir son tan propios como ajenos, pues en silencio son vividos por mi; y en voz alta son compartidos con quien guste leerme y de pronto se sienta identificado.

Un pensamiento es una reflexión de un momento pasado o por suceder. 
Un sentimiento es la impresión de una emoción que ya ha sucedido.
El primero nos lleva a meditar y el segundo a apreciar.

Cuando me quedo en el mutismo de mis pensamientos que buscan explotar en mí, entiendo que son sólo mis inquietudes que quieren emanar y quedar impresas en un triste o alegre redactar. 
La reciente afonía de mis escritos se debe al ruido atroz de mis pensamientos que hoy busco acallar en este breve componer de ideas y sensaciones, llegando a concluir que:

El silencio más impetuoso has sido tú: que vas y vienes, apareces y desapareces y a mi alma compones y descompones a tu salud.

El ruido más ecuánime eres tú: que estás aquí, que no te vas, que permaneces, que aunque temes, a toda mí intentas enmendar.

En algo coinciden: ambos creen en mi en su muy peculiar forma de ser, a los dos los quiero a sobremanera y me hacen desesperar por esta dudosa espera, y aunque trabajo me cueste aceptar: ambos quieren lo mejor de y para mí pese a que yo no siempre lo crea o quiera...o simplemente entienda.

Así, vivo y muero entre la tregua de nuestras pausas que dan descanso e inquietud a mi plenitud... Y la insistencia de tu premura y presteza que me llenan de incertezas y me enseñan sobre la paciencia como una ciencia.

¿Qué elijo?... Hoy, lo que tengo aquí y ahora aunque mi única decisión siempre has sido tú y sólo tú. Más me doy la oportunidad de experimentar lo que tú me pides que viva y lo que tú me exiges que aprenda.

Me trastornan, pues no estoy segura de saber lo qué es amar, ya que a uno le debo un afecto y cuidado correspondido muy a su manera sólo por permitirme a su vida entrar y en mi confiar, y al otro un aprecio que merece toda retribución por el más mínimo detalle en su atención. Los dos me han dejado huella en mi cerrada razón y en mi hermético corazón.

A los dos les agradezco porque en sus distintivas formas de amar, de decir te quiero, de expresar un te extraño, de dedicar una canción, de hablarme o escribirme...En su búsqueda de mi, me voy encontrando YO.

Me dejo querer simplemente porque soy un ser amable (digno de ser amado), porque lejos o cerca me hacen sentir como princesa: una de un reino muy lejano con un soberano a veces inalcanzable, y otro que es capaz de construirme mi castillo con sus manos si es preciso.

No son príncipes ni sapos...sólo excepcionales seres humanos que se cruzaron en mi andar para librar batallas conmigo o por mi. Para salvar de las penas compartidas a estas almas en soledad, y sobretodo para enseñarme con su presencia y la magia de su esencia el magnífico arte de amar.

Firma: Una Princesa confundida mas con la firme convicción de llevar lo que siente a la acción. Pues eso dicen... no es pensar ni sentir, se llama VIVIR.


lunes, 28 de septiembre de 2015

Abriendo mi caja de Pandora...

"Amar es como abrir la caja de Pandora y descubrir, cada día miles de cosas nuevas en mi interior, sentimientos que nunca había experimentado...un arcoiris que resplandece en mi mirada cada vez que estás cerca".

Por Mireya Cerrillo.

Como cada año y a pocas horas de mi cumpleaños me dispongo a hacer mi reflexión personal de lo que fue un año más de vida. Pues aquellos que me conocen, saben bien que mi balance y cierre de año lo hago siempre en el día que hasta ahora declaro mi día favorito: El día de mi cumpleaños. Y es mi preferido porque simplemente es el día que nací, el día que los dioses me otorgaron la vida... y hoy más que nunca lo celebro porque estoy en la pesquisa de lo que me devuelva ese sentimiento de ser y estar. Sentir.

Cuenta la leyenda griega que Pandora recibió como regalo de bodas una misteriosa caja con instrucciones de no abrirla bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, los dioses habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió desobedecer y abrir la caja para ver qué venía dentro. Se dice que al abrirlo, escaparon de su interior todos los males del mundo...  

Este año de transición de los 28 a los 29 lo declaro el año en el que abrí mi caja de Pandora: 365 días de continuo autodescubrimiento en el que gracias a mi natural curiosidad y gusto por la adrenalina, sin duda alguna emanaron de mí los pensamientos más catastróficos, las ideas más obstinadas, mis desolaciones en poemas y letras y uno que otro acto injurioso y furioso. Quiero pensar que saqué de mí todo el deterioro de un alma que vive en constante pena y muere en la batalla de sentirse plena...

Mas continuando con el mito, Pandora al darse cuenta del error cometido cerró la caja con demasiada premura que sólo el espíritu de la esperanza permaneció dentro... Y este año así lo cierro. Con la llegada de un ser cargado de convicción y certeza en mi, de lo que soy y significo para él, haciéndome creer que realmente existe la esperanza aún encerrada en esa caja... llamada Yo, ¿la abro?.

Pero ahí no queda la historia, el nombre "Pandora" significa: "que tiene dones de todos los dioses", o en mi caso, la ayuda de seres celestiales que habitan la tierra, esos que se denominan "ángeles o cazavirtudes". A esa persona, a my Dearest Mother Queen Gracias por adoptarme como propia y por su incansable fe en mí. 

Para mí, Pandora éste año toma otro significado muy importante, pues es también el nombre de una reconocida marca de joyería que yo asocio con el conmemorar momentos y coleccionar recuerdos. "Charms" que literalmente se traducirían como "encantos": Cosas que me cuenten y llenen de historias y situaciones que me han dado ese soplo de vida hoy tan necesitado. Y es en mi pulsera que abrazo esos detalles: de ser tía, hermana, de los viajes hechos y por hacer, de lo que soy y a veces no quiero ser, de la amistad, de los amores y desamores... ¡DE LA VIDA MISMA!

Gracias por los encuentros y desencuentros... Porque cumplo 29 el noveno mes en el día 29...y eso debe significar más que un "encanto".


lunes, 21 de septiembre de 2015

Felicidad Inducida...

 "Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas". Pablo Neruda.

Por Mireya Cerrillo.

Sigmund Freud decía que "Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota, y la otra serlo".
Hace poco más de dos años comencé una travesía que hoy llamo como "dejar de hacerme idiota respecto a mi felicidad". . . Algunos saben el resultado, el diagnóstico fue que para poder funcionar como una persona "normal", tendría que ingerir diariamente una serie de medicamentos que cumplen con diferentes funciones tales como: "inducir mi felicidad", "reducir mis niveles de ansiedad", "incitar el sueño", "estabilizar mi ánimo", "relajar mis músculos", "controlar mis manías", "evadir mis constantes pensamientos suicidas" y "prevenir la compulsividad" . . .  todo por una cosa llamada "trastorno bipolar".
Pff! Cuántas cajas con nombres raros. . . Por mucho tiempo me resistí a la idea de vivir medicada, sin embargo, mientras más constante era en el seguimiento de mi tratamiento, mejor poco a poco me iba sintiendo. Mas no me gustaba la idea de abrir varias cajas de cartón día a día y tener que pensar en toda la larga lista de cosas que me haría cada una. Así que mi "obsesión" y creatividad me llevó a originar un orden diferente que me ayudara a ver lo que en ese momento me parecía fatídico, por un ritual divertido y disfrazado. Cambié las tabletas de lugar y las puse en coloridas cajas de diferentes tamaños y formas que hoy ya sé asociar con su función de acercarme a la vida.
Ese fue mi remedio, pues como dice Jorge Bucay: "La felicidad es la certeza de no sentirse perdido", y aunque aveces intento abandonar mi camino, el gran Victor Hugo me recuerda con sus bellas palabras que "La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo". ¡Qué gran frase!. 
En la foto presento a mis "cajitas del júbilo y el sosiego", y estando en este trabajo constante de ser mejor, de encontrarme y no extraviarme, de levantarme cada día con una ilusión renovada y con un pensamiento más claro...Admito que no todos los días es posible y me ciego y quiero desistir, y entonces evoco a Sócrates hablándome al oído: "Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena..." Esa que pocos pueden apreciar, distinguir y ayudarme a descubrir en mis días más oscuros... Pues quizás tenga razón Borges: "He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz". Más no ha sido del todo mi culpa, algo no conecta bien en esta cabeza que razona más no entiende, que reflexiona mas no logra llegar a comprender. Y entonces recuerdo a Kant en medio de un discurso: "La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación", quizás por eso me pierda en las letras, en los libros y en escribir, para crear o idear mi "dicha bien cumplida sin importar cuan hondo sea el abismo..." (Lord Byron).
Pero sin importar todo lo que los grandes digan, me recuerden e intenten revivir, una verdad es cierta, el gran historiador griego Tucícides lo citaba así: "Recordad que el secreto de la felicidad está en la libertad, y el secreto de la libertad, en el coraje".
Esa intrepidez que me falta para llevarme a desistir, de ser y estar atada a esas vivaces cajitas y simplemente fenecer.


domingo, 20 de septiembre de 2015

El amor después del amor...

"El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia"
William Shakespeare

Por Mireya Cerrillo.

Más de una vez he dedicado uno que otro pensamiento a ese incomprensible y cada vez más complicado sentimiento que es el amor. 
A veces lo he experimentado tan intensamente que creo me ha dado lo necesario para seguir adelante y cometer locuras que en sano juicio no haría, pero que cegada por el amor he hecho. 
Sin embargo, siempre me quedo con la duda e incerteza de si todo eso que se siente es real o es fruto de una vívida imaginación, como si fuera ciencia ficción que perenne a todo ser humano, con todos y a pesar de nuestros miedos queremos comprobar, más atrevernos a compartir nuestros demonios lo vuelve aún más confuso.
Pero si algo he aprendido, es que el amor es una satisfacción que correspondida o no, mientras te ilusione es un motor de vida para quien lo percibe.
El amor correspondido es la esencia que eleva e impulsa. Y si por un infortunio del destino no es retribuido como quisiéramos, no deja de ser una dulce fragancia cuyo aroma puede ser un grato motivo de esperanza, o un agrío recuerdo de dolor indeciso. Queda en nosotros decidir si lo usamos como bálsamo o veneno.
En mi caso, he permitido que me cortejen, más no me he perdido en ese amor que todos parecen explicar como "indescriptible".
Honestamente, me aterra porque me aferra a algo que hoy tampoco concibo: la vida misma.
Y como constantemente sucede, a veces flechas a quien menos esperas, sin buscarlo, te encuentra y ahí "atrapada" te tiene.
"El amor después del amor" canta y escribe Fito Paez: "una llave por otra llave", más en mi caso, el cerrojo es el mismo y se rehúsa a dejarse abrir.
Para mí, ¿qué es el amor después del amor?: aprendizaje y como todo en mi: curiosidad. Es saber respetar compañías y venerar soledades.
Sé que hace tiempo me hice una promesa; "permítete experimentar cada cosa que deba sucederte, eres fuerte y amar no es vulnerarte, es dar visado de entrada a alguien por muy breve o largo que el momento sea o precise serlo".
Y de momento, sin más compromisos ni expectativas en nada ni en nadie, me dejaré llevar por este ¿amor después del amor?.


domingo, 30 de agosto de 2015

Hechizo de Plenilunio...

"La luz de la luna ahoga todo, excepto a las estrellas más brillantes" J.R.R. Tolkien


Por Mireya Cerrillo.

Terminamos Agosto con luna llena, y con ella en todo su esplendor nos seducirá con su único encanto para embelesarnos. Ella, tan cerca y aún así tan desconocida. La luna tan llena de miradas que se perdieron en ella en busca de respuestas. En una palabra estará en lo más alto para hechizarnos  y llenarnos de magia.

Mi fascinación es escribir para con suerte un día descifrar estos rápidos pensamientos, desnudar mis sentimientos, y calmar con el satélite en plenilunio este ser lleno de tormentos.

Más preciso de un encantamiento y a la luna que conmueve, que cimbra y que estruja le pido:

"No dejes de ser mi cómplice de luz, y que en todas tus fases me ilumines para comprender mis ciclos más oscuros y compartir con serenidad un poco de esplendor a quien así lo precise. Te pido que en tus movimientos apacigues mis mareas y me permitas apreciar el universo en toda su etérea inmensidad, y que sea yo quien más así lo sienta y lo crea.
En un nocturno conjuro evita que me eclipse, y que si acaso me rindiera ante mi ocaso más profundo, devuélveme a mi órbita y hazme girar a pesar de la complejidad de mi elipse.
Recuérdame en tu reflejo sobre la mar el embrujo que como promesa me hiciste en el Mediterráneo y en el Caribe: de ser incansable viajera y poeta de todo lo que esbozo y no deduzco pero que mi alma concibe. Tú que escondes un conejo en tí; tú que eres deidad y bruja, te invoco a que me encantes de nuevo. Tú que modulas la esctructura de mis sueños, devuélveme la capacidad de maravillarme en el divino privilegio de ser presa de uno más de tus sortilegios. Descanso e inspiración para las noches de insomnio, y paciencia para los días de elegio.
Un embrujo de amor propio para estos ojos ciegos y necios, y un hechizo pagano para ser más servil. Encántame con tu relente para embelsarme y seducirme de la vida con lo más sútil."

Luna que eres bálsamo y ensalmo quita este ahogo con tu eterno mitigar. Así sea.

The near end...

"Cánsate corazón mío. Tómate tu tiempo para reposar; pues si rendirte debieras, aceptarlo tendrías sin hesitar."

Por Mireya Cerrillo.

Porque la melancolía me hace presa de la desdicha a ratos, me tomo una pausa, contemplo a la luna, pienso en aquella triste canción y en la vida que a veces se va demasiado pronto y otras muy lentamente. Es la pena el constante son de mi necio corazón que no escucha la razón, que no atisba otra opción y que no busca seguir ningún impuesto guión.
Es entonces que recuerdo lo que unos quieren que olvide, pero la reminiscencia está muy arraigada en mi. Hay días en los que simplemente no me entusiasma vivir, y sin embargo hay algo cercano a la vida en este sentir, esta mera existencia corriendo por mis venas que a momentos creo firmemente que se va a perder y dilapidar. Y persisto, insisto, resisto y sobrevivo sin sentirme plena, pensando en cómo volver a reir.
A veces esta increíble profundidad de poder apreciar tan intensamente se apodera de mi y me obliga a tener contacto con la vida, a advertir el amor verdadero, a evocar una que otra tristeza y a presagiar la muerte como un deseo que se debe abandonar aunque se anhele como mi única certeza.
No siempre estoy segura de entender el papel que he de interpretar, si soy protagonista o antagonista, si esto es un drama o una comedia, si soy brillo u oscuridad o simplemente una estrella que a pesar de su propia luz se va apagando poco a poco, y va quedando un relente opaco y sin fulgor que con parco resplandor sólo busca en el eterno firmamento permanente su lugar.
De todos los idiomas que pretendo entender hay un lenguaje que del todo no comprendo, y es sin duda el de esta ánima hecha pedazos que ha dicho todo, y que aunque le quedan palabras para explicar; son estos genes, esta mente y esta sangre los que hacen que derrame sentimientos y emociones en palabras de tinta que se plasman y no mienten.
Hay un hueco en mi alma que se ve en mis ojos y que se siente en mis poros; no necesitan verme llorar para evidenciarlo en mis enojos y más íntimos despojos. 
Mas no puedo prometer que mejoraré... pues sólo busco paz y libertad por una breve eternidad; así sea una serenidad disfrazada de ansiedad aunque a la misma vida desertare. 


martes, 18 de agosto de 2015

Pagliacci...

"Ríe payaso de tu amor destrozado,
ríe del dolor que envenena tu corazón..."
Pagliacci, Ruggero Leoncavallo.

Por Mireya Cerrillo.

En esta vida que es una mezcla de divina comedia e ínfima drama existe un personaje que a pesar de sus tristezas, busca la manera de hacer reír para recibir aplausos de una función que no es nada más que un improvisado montaje lleno de falsa ilusión.
En un episodio omnipotente de coraje, su rostro pálido de aflicción se llena de color para encubrir la pena y esa constante pesadumbre e incerteza.
Mas conforme avanza la obra, va perdiendo la cordura en un hecho inútil de locura y le invade un delirio ciego que a pesar de la pantomima, congoja y llanto, le exige expresar una sonrisa no sentida, un optimismo simulado y un consuelo de esperanza no advertida.
Su infeliz y desgarrada figura es reflejo de su ánima perturbada que ha olvidado del relato su candor y dulzura.
Es un payaso que en el amor es un fracaso, y que frente a la conmoción de la muerte va cayendo ante el ocaso, perdido ante su infortunada suerte pues su mera existencia le tortura, le trastorna y le duele.
¡Esa es la verdad de su espectáculo!. En el teatro tiene el valor que le falta en el escenario de la vida. Todo es una escena de disimulo, y el cúmulo de su lamentable y fatal ruina.
Porque ahí con el alma hecha pedazos y el temple quebrado en ese abrazo deseado, el payaso finge, pues no puede ser lo que quiere, y a cambio hace lo que puede tras una máscara y un disfraz que oculten todo lo que le hiere.
¡Hazme reír!, le piden. ¡Sigue en tu papel paso a paso, sé un verdadero bufón y continúa con el preparado guión!... Más el infame payaso sólo busca la osadía de que al final de su desilusionado y pretendido acto, le quede la fuerza de simplemente dejar de esconder su hipócrita sonrisa para tener la valía de meterse un balazo y acabar de una vez con su agonía.



miércoles, 12 de agosto de 2015

Tormenta de Emociones...

"La razón es fría, pero ve claro; la emoción le debe dar calor, pero sin hacer perder esa claridad."
Jaume Balmes

Por Mireya Cerrillo.

Los sueños corren el riesgo de morir por las emociones. Y las emociones momentáneas y efímeras como son, pueden llevarnos a tomar una decisión permanente para acabar con el dolor y la pena.
Constantemente me pregunto: ¿Qué es peor, correr el riesgo de vivir sentiéndonos muertos? O ¿morir y pasar a mejor vida?. ¿El descanso eterno de lo más etéreo o la fatiga de lo banal y material?.
Soy entre muchas cosas este desastre de persona y tormenta de emociones que no teme a la muerte, más sí a la tristeza constante de no sentirme viva.
Debo admitir que admiro a los suicidas que logran con debido tino y sin temor divino, poner fin a su desdicha. Los considero personas llenas de coraje para elegir su destino y terminar con todo lo que implica estar vivo sin culpa y sin contratiempo. Esa opción que cualquier otro consideraría cobarde y egoísta. Y que yo aprecio como un acto envidiable y pródigo.
Pues ahí estoy, entre la fría razón que me indica no seguir a mis instintos más débiles, y la fugaz y frágil emoción que me hace perder toda sensatez y claridad para elegir de una vez la muerte. Más mi miedo es uno y es claro: quedarme a medias entre la vida y la muerte, pues creo que no hay peor pesadilla que sobrevivir un suicido que sólo aumentaría la culpa, el agobio y la congoja. Y es que esa linea es una endeble fracción de tiempo y distancia que pueden marcar una gran diferencia entre la brutal sentencia por los errores cometidos, la alegre desventura de no pertenecer, y la triste condena de vivir esta fortuna.
Y es que ya no soporto los gritos en mi cabeza, esas voces que me aturden y abruman de tanto pensar y repensar lo que ya no quisiera; el cansancio emocional que mil horas de sueño no concilian por este infortunado insomnio; ni el agotamiento físico de cargar con tantas dudas e incertezas para las que parece aún no haber respuestas.
Todos tenemos fecha de expiración, la diferencia es que unos la elegimos, y para otros les es elegida por un llamado ser superior. Tengo problemas con la autoridad hasta con eso: ¿por qué he de irme bajo los términos y condiciones de lo que otro considera el final; cuando yo, con toda la inteligencia ecológica debida y habida, puedo elegir el momento certero para decir adiós?.
De pronto, aquí sigo y sobrevivo entre los pequeños placeres de la vida y el delirio y la manía de mis constantes melancolías.
¿Cuándo y cómo me iré? No lo sé. Sólo sé que será cuando y como YO decida.
 

domingo, 2 de agosto de 2015

Enamórate de mi...

"Enamórate de mi lado oscuro, porque de mi luz...de ese cualquiera se enamora."


Por Mireya Cerrillo.


Interrumpí su silencio para evidenciar un secreto que hace tiempo llevo en el pecho. -Me gustas, y me has gustado desde que tengo recuerdo... - ¿Por qué?, me increpas. -¿Por qué no?, respondo. Porque eres un ser maravilloso. Un gran amigo. Guapo y para mi muy valioso. Y hoy ya no tengo miedo de decírtelo.
Inesperados, así son los sentimientos que por tí hoy confieso, pero reales como ese beso que se quedó en suspenso.
Me gustas y ya. ¿Qué más da?... Ojalá te vieras con mis ojos, pero es momento de pedirte que me veas de manera diferente:
Enamórate de mi, si te atreves...
Enamórate de mi sonrisa, de todas sus versiones: de la irónica y sarcástica y de la cariñosa, traviesa y boba. Y también de la que a veces esconde un corazón melancólico y lleno de tristezas.
Enamórate de mis ojos, estos que pueden desnudar tu alma y tu cuerpo.  Que te miran con recelo y deseo. Y que a ratos lloran sin saber por qué.
Enamórate de mis labios, estos que esconden mil y un besos y unos cuántos poemas y versos.
Enamórate de mi cuerpo,  este que pide de tus manos tus caricias y que a miradas lo corrompas.
Enamórate de mi. De este desastre de persona que hasta hoy entiende que esto es tan sorpresivo como intenso y verdadero.
Enamórate de mis manos que buscan entrelazar las tuyas y caminar juntos lado a lado o solos cuando sea necesario.
Enamórate de mis pies que no tienen un rumbo fijo, que saltan y corren, que son trotamundos y caminan y tambalean y aunque a paso firme a veces se caen.
Enamórate de mi cabeza, de las locuras que pasan por mi tozuda testa.
No temas, en el corazón no se manda, sólo se siente. Y esto es lo que por tí hoy siento.
Si me dices sí...mi corazón ya tienes. Y si me dices que no, ahí de todas formas ya perteneces.
Enamórate de mis silencios y sueños, de mis miedos y certezas, de todo esto que crees conocer y las que son para tí un misterio. De mí, de mis letras, de mi vulnerabilidad ante tí, enamórate si te atreves.


sábado, 25 de julio de 2015

Habemus Ángelus...

"Los amigos son ángeles que se levantan cuando tus alas han olvidado como volar"

Por Mireya Cerrillo.

Suelo no creer en ángeles. Al menos no en el sentido estricto de la palabra que se refiere a espíritus celestes.
Sin embargo, pese a todas mis incredulidades, creo en las personas que parecen caídas del cielo por su carisma, gracia, simpatía y encanto. En las personas que brillan porque emanan luz y fuerza. Y lo que los hace ángeles terrenales es que comparten estas y otras virtudes con las almas pérdidas, confundidas, o con una que otra pena.
Debo admitir que este tipo de personas son difíciles de encontrar, ya que son invisibles a los ojos de quien con cuidado no observa, más si se tiene el don de hallar a alguien así, más vale cuidarla y no desprenderse tan fácilmente de ella.
Un desliz de la vida me llevó al privilegio de coincidir con una de estas. Única en su tipo por su candor, bondad y belleza.
Su nombre ya dice mucho de quién es ella. “La que es ayudada por Dios”. Y de ahí su labor de guiar a otros como intermediaria y mensajera.
Sus alas son dos brazos que se extienden a diestra y siniestra para envolver, al que se deje, en el más cálido y reconfortante de los abrazos.
Sus palabras son bálsamo para el alma que busca respuestas, y de sus labios se manifiestan entre sonrisa y sonrisa, frases como consejos que apaciguan y paz emanan, pues su lenguaje es el del amor y hay que tener buen oído para saber interpretar tan dulce y cálida voz.
Si fuera de la guarda, ya es excelente guía y protectora. Pero es algo más, la valía de su magnífica presencia hace eco en el encanto de su especial y única esencia.
Su aureola es la corona de una verdadera reina, pues en mi caso, me hace sentir como princesa.
Podría seguir describiéndola, pero sólo me queda una palabra. GRACIAS. No sé aún qué tan lejos me llevará este ángel que llegó a mi vida para recordarme con paciencia que soy hermosa, que crea en mi genialidad y muchas otras cosas.
A mi querida ángel Elizabeth. No pretendo nada con mis sencillas letras, más que honrar el valor de su presencia. Esto es un regalo pues es lo que mejor se hacer. Escribir es mi terapia y es mi manera de decir gracias por inspirarlas en momentos de duda y tristeza.
Ya sé qué fui en mi otra vida: una verdadera “diablilla” disfrazada de alegre querubín para pasar desapercibida, y entonces hoy y aquí, poder coincidir con Ud. para que mi alma reconociera la suya. Somos de un lugar distante, de un paraíso perdido, de un cielo que estoy aprendiendo a construir (a pesar de mis propios demonios) en la tierra gracias a su noble corazón de maestra.
Con cariño y especial afecto… Estrella.

miércoles, 22 de julio de 2015

Incredulidad...


"La incredulidad resiste más que la fe, porque se sustenta de los sentidos"
Gabriel García Márquez.

Por Mireya Cerrillo.


Incrédula soy de mi propia genialidad escribí una vez en un poema.
Hermosa me dicen que soy y no comprendo.
Preciosa me llaman también y simplemente no lo entiendo.
No es que no lo crea, es que no distingo entre la falsedad y verdad.

Soy incrédula de éste mundo que aunque atroz, sigo buscando su belleza.
Soy incrédula del amor que aunque me eleva, yo vuelvo a poner los pies en la tierra.
Soy incrédula de la gente pues la confianza es algo difícil de ganar, y me aterra.
Soy incrédula de Dios pues hay tantos que asumen una única verdad, que me es difícil dejarme engañar.

Sin embargo he sido víctima de la manipulación y artimaña. Por eso, tantas cosas hoy no creo.
Decía el escritor irlandés Bernard Shaw: "No es la incredulidad peligrosa para nuestra sociedad, sino la creencia".
¿En qué sustentamos nuestros dogmas si nos han sido heredados con tal maña y ego?
En algo sí creo: en la razón y en lo que sustenta la ciencia.

Me declaro escéptica, porque la verdad no existe, y si existiera sería incapaz de conocerla.
Me confieso desconfiada. En una palabra: abrumada.
Huelo malicia y mi alma la vislumbra.
Surgiendo conjeturas de mi cabeza.

Mi genialidad radica entonces en este recelo.
¿Mi hermosura es acaso pura sospecha?
Ya entendí. Es la costumbre de escuchar la verdad de otros, lo que nos hace asumirla como propia.
Entonces quizás sí sea todo eso que a veces no me creo, sólo que vivo en la inopia.
Lo seguiré escuchando y repitiendo hasta que llegue el momento en el que sienta que mi corazón se lo apropia.

¡Es tiempo de creer!
¿En quién?
¡En todo mi ser!
Eres genial, ¡no te hagas un desdén!.


lunes, 13 de julio de 2015

Tristesse....

"La pire sensation, c'est de être oublié par quelqu'un qu on n'oubliera jamais au fond de nous".

Por Mireya Cerrillo.

En noches como hoy de largo insomnio y melancolía, "Tristesse de Chopin" y sus nocturnos parecen los acompañantes perfectos para terminar de llorar lo inllorable y de intentar entender lo incomprensible.
Pues algo hay en la tristeza que se vuelve adictiva e incluso una maldita necesidad. ¿Por qué? No lo sé y ya no trataré de entenderlo, pues no puedo. Sólo sé que la aflicción constante abate, cansa, debilita y en este mi caso... siempre inspira.
"Tristesse" habla del exilio, la melodía describe la nostalgia de Chopin de despedir a su patria en tiempos de guerra. Es un poema sinfónico que aunque alude a la congoja y desolación, algo tiene de esperanzadora e incluso confortante. Si Chopin y Pessoa hubieran coincidido, habrían hecho el más grande conjunto rítmico sobre el exilio y el desasosiego. ¡Que belleza hubiera sido! ¡Qué elogio a la tristeza!.
Escuchar, leer y sentir saudades con delicada cadencia y pena que sea capaz de embargarme a tal punto, que después de llorar, ya no haya más lágrimas ni sal.
"Quizás todo es un sueño", decía Chopin. "A veces"... así lo escribía Pessoa:

    A veces, y el sueño es triste,
    En mis deseos existe
    Lejanamente un país
    Donde ser feliz consiste
    Solamente en ser feliz.
    Se vive como se nace,
    Sin querer y sin saber.
    En esa ilusión de ser,
    El tiempo muere y renace
    Sin que se sienta correr.
    El sentir y el desear
    No existen en esa tierra.
    Y no es el amor amar
    En el país donde yerra
    Mi lejano divagar.
    Ni se sueña ni se vive:
    Es una infancia sin fin.
    Y parece que revive
    Ese imposible jardín
    Que con suavidad recibe.

     El alma llora y yo no haré más que sentir esta tristeza que no acaba de irse y que mis sentimientos consienten, mi alma abraza, y a veces no es nada más que la belleza de una desolación, desgasto y disgusto. 
    Me siento triste y me siento exiliada en mi propio país. Consternada quizás sea la palabra. Mi constante y eterna batalla. Gracias Chopin por tu "Tristesse", Gracias Pessoa por tu desasosiego.
    Ni siquiera hay frío, sólo fluye en mi una lluvia de morriña, y sólo surge cuando escribo, cuando lloro, cuando siento, cuando desespero, cuando más no puedo.
    Y no sé si es de día o de noche, si la luna se ha ocultado o si comienza a salir el sol. Todo es sombra y silencio, breve sueño y confusa soledad que me habita cuestionándome: ¿Hasta cuándo?.
    Y es que mi problema, es que no siempre quiero ni puedo ser feliz, pues es bella la noche, es hermoso el silencio, es deliciosa la pena.
    Demasiado acostumbrada estoy a este estado resignado, donde la prosa salva la manía y el delirio, y la luna y las estrellas son parte de este mágico hechizo. Este espejismo, mi oasis perdido es el perfecto "aquí y ahora".
    Les sorprendería saber de mis tristezas, de lo que calla mi gris desconsuelo, pero es que algo hay de encantador en este fuego que me devora donde se mezclan en mi la sombra y la luz, mis ángeles y mis demonios. La belleza de mis versos.
    No hacen faltan razones ni motivos... así soy y no lo escondo ni lo omito. Llorar hace sentirme vivo cuando morir parece ser el único objetivo.
    Esto es todo lo que queda: todo este sentimiento que se vuelve música, que se torna poesía, que trata de persuadirme a trozos, a trazos y a ratos de un eterno y fatídico adiós... y aunque lo intente una y otra vez... La tristeza es mi mejor esbozo para insistir en los ensueños y cansancios, pues es más fácil que desistir de las promesas hechas pedazos.