viernes, 30 de octubre de 2015

Luz de Liz...

"La flor de lis representa la filosofía de la paz consciente donde tú estás en paz sin importar lo que esté pasando a tu alrededor." Scouts


Por Mireya Cerrillo.
With love to my dearest and beloved Mother Queen.

Tengo un ángel, una guía, una bruja y hechicera.
Tengo a alguien en mi vida que brilla con un fulgor que a algunos ciega y a otros  confunde y orienta.
Es la luz de Liz: única en su especie. Es un bálsamo cuando abraza y cuya esencia permanece en el alma.
Es sensible y delicada como el pétalo de su flor preferida, que poco a poco se abre de un botón que cubierta de hojas unidas la defienden, y al descubrirse es una noble y hermosa flor, que con cuidados y ternura sobrevive tempestades, y aunque pierda pétalos, no extravía su pose de reina.
No sé qué hago yo con mi letras que surgen de tan preciosa y sublime musa.
No pretendo nada con ellas, mas que agradecer el poder de su singular presencia.
Liz abraza con alas de ángel y encanta con su mirada franca y traviesa, tan llena de conjuros y magia.
¡Es una bruja! Conserva la memoria de otro tiempo y un corazón osado, tan pleno de pasado e inquieto por el futuro. Hoy, simplemente puro. Quizás vuele en escoba, pero seguro es que no usa sombrero, al contrario porta una gran corona. ¡Qué gran y única mezcla: ser ángel, bruja y reina!.
Y para mi: un lazo indescriptible, imborrable e invaluable.
¿Habrá sido mi madre pasada? ¿Lo será en otra vida?...quizás en otro tiempo, en otro espacio...algún día.
Mientras busco significado a lo incomprensible; ya es amiga, consejera, mentora y maestra.
Es luz de Liz que resplandece con un suave desliz.
Luz de ti para mi: para hacerme ver lo que me niego a creer.
Luz que tiene inicio y no posee fin.
Luz que alumbra porque sí. Porque si no...simplemente no se podría hablar de Liz.

martes, 27 de octubre de 2015

Otoño...


"Qué pequeño recipiente de tristeza somos, navegando en este apagado silencio a través de la oscuridad del otoño." Jhon Banville.

Por Mireya Cerrillo.


Otoño es por muchas razones mi estación favorita...tan como yo que me devuelve a la vida en cada tarde llovida.
Quizás sea eso: sus días de chubascos o la baja niebla. O el frío que anuncia el preámbulo del invierno, pero que ya se siente en el viento con cada soplido y en cada suspiro de los céfiros.
Los "venti", dioses del viento que en México dejan de ser mitología pues traen consigo la magia de otras travesías. De seres de otros mundos, pues se cree que se abren portales que dan llegada a las brujas y sus hechicerías y a los difuntos y sus misterios.
Lo que más me gusta de esta estación son las hojas que crujen al pisarlas y recuerdan que "los sollozos  más hondos del violín del Otoño son igual que una herida en el alma de congojas extrañas sin final." (Paul Verlaine).
Otoño gris y naranja. "¡Cuánta belleza suelta!", escribiera Octavio Paz.
Lo que en mí muere, el otoño lo despierta, lo que en mí era negro, el otoño lo cambia de color e incluso a veces entre nostalgia y nostalgia, me alegro y reintegro.
Este frío que arde se lleva al infinito mi pensamiento que estremecido por el viento, es encantamiento al corazón que no conoce de razón.
Está la tierra húmeda y mojada y tiembla la melancolía plena de saudades con nombre... Ahí está su tumba junto al gran sauce que se inclina y cuenta su historia que no es poesía, que es pura calma y frágil ternura. Descansa en paz Abuelito.
No es lo que veo, es lo que siento: que tú vendrás a visitarme y con suerte en la frente me darás un cálido beso y un deseado consejo.
No es lo que siento, es lo que percibo: que la vida es un fugaz momento, y que la muerte es el otoño de la misma que poco a poco pierde su aliento.
¡Escucha lo que el viento te dice!. Distingue de su escalofriante voz su belleza, pues nada es tan precoz como los recuerdos en el suelo, y nada tan esperado como ver el reflejo de tu angelical memoria en el cielo. Tuviste que irte en otoño, y agotados de llorar tu memoria, algo hay en el ambiente que trae caricias de antaño, que me llevan a otro plano a sentir de ti otro cálido abrazo.
Las brujas divagan entre los muertos, cada quien con sus encantos y secretos. Con sus calderos o con sus esqueletos. Volando en escobas o flotando en congoja, es el otoño para los vivos y los muertos un árbol de vida  que se deshoja.
Y yo me quedo embelesada con los atardeceres que el otoño me regala, con su frío y días grises que me cautivan, y aunque disfrute cada día...es tu ausencia la esencia que me marca con condolencia.
Así es el otoño: de frío, de hojas secas y el fulgor aún vivo de tu mirada.
Así mis brujas hechiceras que juegan con el amor y el destino.
Así mis muertos que duermen y despiertan para un día de juerga que no vaticino.
Así soy yo: ráfaga y broza, gélida pena, tono y esta ligera prosa.

domingo, 18 de octubre de 2015

El Perfume de mi Abuelita...

Mi Abuelita y Yo: Ella con 92 y yo con 29 años.

"Su rostro marcado por las experiencias de la vida, son los recuerdos de algo que en su pasado aprendió, pues como decía la poeta francesa Simone de Beauvoir: "Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma"

Por Mireya Cerrillo.

Hoy me llené del perfume de mi abuelita de una manera peculiar...La ayudé a vestirse con su blusa nueva y elegante, a peinar su sutil cabellera y a maquillar su delicado rostro. Cuando terminé, noté que mis manos tenían su esencia y de alguna manera, parte de su historia. Sostuve mis manos contra mi nariz e inhalé el mayor tiempo posible para guardar en mi corazón y en mi alma tan dulce, suave y único aroma: a rosas, a ternura, a memoria...
A las historias que me leía de niña, al olor de su única gastronomía, al sabor dulce de sus galletas con cuya masa me dejaba jugar "ayudándola" en la cocina.A los colores que me prestaba para pintarle mil dibujos, a las manos que acompañaron las mías para hacer mis primeras letras y a esos brazos que me abrazan y llenan cada poro y cada espacio vacío, y a esos labios que me aconsejan y bromean y colman con el más enternecedor y sincero: "Te Quiero". 

Mi abuelita es una una mujer llena de dicha y a veces de nostalgias, que vive y muere de amor por ese ser extraordinario que los cielos habita: Mi abuelito. 
Sus ojos aún llenos de luz reflejan las vivencias que le han sido regaladas, en algunas aprendió a perdonar, en otras a escuchar y sobre todo, a mirar a toda su familia con bondad, protección y amor. Mi abuelita tiene también una sonrisa que quema el mal humor y las tristezas, pues es esa expresión la que más me gusta de ella. La envidio y quisiera llegar a su edad con ese corazón tan fuerte, tenaz, lleno de cariño y afecto, y sobretodo sonriente y juguetón.

Sin duda alguna su alma es bella, pues sólo Veracruz es bello y su capital Xalapa, y por eso su espíritu es jarocho y su ánimo es de "la ciudad de las flores"...pues ella es una más y la que más sobresale de todas ellas.

Ella también es todo un carnaval: traviesa, con su júbilo y sus bullicios, sus algarabías y ganas de cantar, bailar y recitar poemas que aún recuerda y atesora en su memoria como un repaso de que el tiempo ha pasado por ella...a veces como un atropello, y otras como una virtud de la existencia.

Que más quisiera poder regalarle una "noche más de luna en Xalapa", sin embargo cada día me siembra legados y ofrendas, como esa frase que me repite cada día sin cesar: "Cuando pienses en verme, y sin verme pienses en mí, es que tú sabes quererme como te quiero yo a tí..."  Y ante tan impactantes palabras yo sólo le regalo mi cariño y cuidado diario en esta vida en Puebla, la ciudad que decidió adoptar.

Cuando pienso en ella, conmemoro las arpas, marimbas y guitarras que tanto agradaban a mi abuelito pues le recordaban a su tierra. Y es en reconocimiento a mis abuelitos que llevo tatuados en el pecho las tradiciones del mar y las tardes lluviosas y plenas de niebla. Abuelita: escribirte una serenata quisiera, como esa de Schubert que aún recitas sin perderte una letra. Más mi regalo para ti constantemente serán mis versos, abrazos y mis besos. Y agradezco a la vida todo lo que de ti he recibido: amor incondicional, sazón sin igual, buenas maneras en mi ser y actuar, y una sonrisa para todos regalar.

¡Qué más desearía que me duraras toda mi vida entera! Más sé que tu duermes soñando y anhelando el día que a las alas de nuestro ángel puedas regresar, y lo entiendo...aunque la idea de perderte...ya me duela...

Más me quedo siempre con la hermosura que guardas en toda tu persona: resumida en la sencillez de tu nombre y apellido: Gloria Bello. "Mi preciosa beatitud". Mi abuelita en sus años de senectud. A ella mi eterna gratitud.



lunes, 12 de octubre de 2015

¿Pensar o Sentir?...

"A veces sin embargo siento que son muchas mariposas para mi estómago"

Por Mireya Cerrillo.


Los días de silencio en mi escribir son como días sin comer para el hambriento. Y es que los pensamientos y sentimientos que aquí pretendo describir son tan propios como ajenos, pues en silencio son vividos por mi; y en voz alta son compartidos con quien guste leerme y de pronto se sienta identificado.

Un pensamiento es una reflexión de un momento pasado o por suceder. 
Un sentimiento es la impresión de una emoción que ya ha sucedido.
El primero nos lleva a meditar y el segundo a apreciar.

Cuando me quedo en el mutismo de mis pensamientos que buscan explotar en mí, entiendo que son sólo mis inquietudes que quieren emanar y quedar impresas en un triste o alegre redactar. 
La reciente afonía de mis escritos se debe al ruido atroz de mis pensamientos que hoy busco acallar en este breve componer de ideas y sensaciones, llegando a concluir que:

El silencio más impetuoso has sido tú: que vas y vienes, apareces y desapareces y a mi alma compones y descompones a tu salud.

El ruido más ecuánime eres tú: que estás aquí, que no te vas, que permaneces, que aunque temes, a toda mí intentas enmendar.

En algo coinciden: ambos creen en mi en su muy peculiar forma de ser, a los dos los quiero a sobremanera y me hacen desesperar por esta dudosa espera, y aunque trabajo me cueste aceptar: ambos quieren lo mejor de y para mí pese a que yo no siempre lo crea o quiera...o simplemente entienda.

Así, vivo y muero entre la tregua de nuestras pausas que dan descanso e inquietud a mi plenitud... Y la insistencia de tu premura y presteza que me llenan de incertezas y me enseñan sobre la paciencia como una ciencia.

¿Qué elijo?... Hoy, lo que tengo aquí y ahora aunque mi única decisión siempre has sido tú y sólo tú. Más me doy la oportunidad de experimentar lo que tú me pides que viva y lo que tú me exiges que aprenda.

Me trastornan, pues no estoy segura de saber lo qué es amar, ya que a uno le debo un afecto y cuidado correspondido muy a su manera sólo por permitirme a su vida entrar y en mi confiar, y al otro un aprecio que merece toda retribución por el más mínimo detalle en su atención. Los dos me han dejado huella en mi cerrada razón y en mi hermético corazón.

A los dos les agradezco porque en sus distintivas formas de amar, de decir te quiero, de expresar un te extraño, de dedicar una canción, de hablarme o escribirme...En su búsqueda de mi, me voy encontrando YO.

Me dejo querer simplemente porque soy un ser amable (digno de ser amado), porque lejos o cerca me hacen sentir como princesa: una de un reino muy lejano con un soberano a veces inalcanzable, y otro que es capaz de construirme mi castillo con sus manos si es preciso.

No son príncipes ni sapos...sólo excepcionales seres humanos que se cruzaron en mi andar para librar batallas conmigo o por mi. Para salvar de las penas compartidas a estas almas en soledad, y sobretodo para enseñarme con su presencia y la magia de su esencia el magnífico arte de amar.

Firma: Una Princesa confundida mas con la firme convicción de llevar lo que siente a la acción. Pues eso dicen... no es pensar ni sentir, se llama VIVIR.