miércoles, 21 de enero de 2015

Juego...

 
"Amor se llama el juego en el que un par de tontos juegan a hacerse daño." J. Sabina
"Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de si mismo" Charles Budelaire. 


Por Mireya Cerrillo.


Sabiendo que el corazón no es un juguete y que el amor no es un juego.
Jugamos un verso.

Nos recreamos con canciones.

Así pasamos el rato a risas y lagrimones.

Nos divertimos si ganamos.

Nos atormentamos si perdemos.

Y seguimos desafiando al destino, al sí que te pido y al no que me das como castigo.

Es un juego de azar, es un juego de suerte. Todo se queda en el viento y en las estrellas.

Es  esparcimiento de ingenio, de talento y sinrazón.

Es el juego del amor.

Juegas porque quieres o por un giro inesperado.

Es un juego de manos, de palabras, de niños, de tira y afloja.

Estás jugando conmigo. Lo sé.

Y no me gusta jugar si te lastimo. ¿Lo sabes?

Jugamos a la gloria de ser tan infelices.

Jugueteamos con la nostalgia y la agonía de lo divertido que es este delirio.

Jugamos el inocente pasatiempo de buscar quien es el culpable, a ver quién llega primero.

Disfrutamos la travesura de lo malicioso.

Eres distracción. Eres regocijo.

Un ángel lleno de diablura.

Tú: mi mejor fechoría. Yo: el premio no reclamado del perdedor.

Apuesto todo: lo que poseo y lo que no en este juego que retozamos y sollozamos.

Y es que en este juego siempre pierdo el corazón. ¿Acaso pierdes tú? Sólo la razón.

Y yo así no juego más.

No sé jugar en solitario, pues el juego lo inventamos para dos.


 

sábado, 17 de enero de 2015

Secretos...

"Hoy te lo diré...el único secreto que de verdad me gustaría descifrar es el de tus ojos"


Por Mireya Cerrillo.

Voy a desnudar mi alma en un intento de revelar todos mis secretos: los escondidos, los disimulados, los más íntimos, los profundos y disfrazados.
¿Mi secreto? Es tan imposible e indiscreto. Se llama desierto. Se llama destierro. Se llama un amor enmudecido y desaparecido.
Quisiera ya no llorar tu ausencia ni que estuvieras entrometido todo el tiempo en mi corazón y mi mente. Y es que mi secreto más visible es aquel al que rehuiste: todo lo que mi ser por ti aún siente
Así es la vida: llena de misterios. Y tú eres el más mágico y prófugo de todos ellos.
Te lo diré al oído. Te lo diré haciendo tremendo ruido. Te amo. Te extraño. Sin más disimulo, eres el suave susurro que diariamente callo y emulo.
¿No entiendes acaso que el deseo es invencible, y que el amor es tan tangible como tú permitas que sea?
Si por mi tuvieras un recóndito latido, olvidarte quizás podría, liberarme de ti aunque te sienta otra vez perdido.
Pero  mi corazón está abatido por todo el camino recorrido. ¿Te digo otro secreto? No me arrepiento de lo brevemente vivido.
De tus labios surgen mentiras que quieres creer, y de los míos verdades que quisiera deshacer.
Farsas e invenciones consumen tu sonrisa apagando todas mis quiméricas ilusiones.
Me arropan los recuerdos y te destroza la distancia. Eso no es ningún secreto, la soledad nos mata a hurtadillas y agrava poco a poco nuestras escondidas heridas.
Tu secreto es tan evidente cada vez que intentas ocultarlo y pretendes razonarlo.
Mi secreto son miradas indiscretas, palabras mencionadas, intenciones reveladas.
Pierdo la cordura en esta penumbra que encarcela los sentimientos que ya no pueden ser más silenciados.
Sólo me queda un amor que ya no es secreto, y detesto que se propale con el viento.
Me siento vulnerable de tan sólo pronunciar o pensar tu nombre. Y sólo yo soy la culpable.
El secreto mejor guardado es aquel nunca revelado, más el baúl de mis secretos es la realidad que niegas e insultas, es este suplicio que me atormenta y la eterna curiosidad de seguir guardando pequeños trazos de un adiós, y las mil y un confesiones dichas.
Pues este secreto ahora es tuyo y es mío, es una complicidad compartida, mi causa perdida: Los secretos que torturan a esta loca y enamorada alma suicida.
 
 

miércoles, 7 de enero de 2015

Frío...

"Hace frío sin tí, pero se vive" Roque Dalton.
 
Por Mireya Cerrillo.
 
Fría era la casa donde habitaba y fría la gente que la rodeaba.
Se colman de recuerdos ardientes su mente, más el frío vuelve y la estremece.
Fríos son sus pensamientos que la congelan y entumecen.
Fría la despedida tan llena de escarcha que en verdad la consternaba.
Fría la distancia, ya no enardecía pues fría era su ausencia que aún la alteraba.
Cuando helada sientas tu cama allá a lo lejos, mi recuerdo será el fuego que queme tu cuerpo.
Y mientras congelo los breves momentos a tu lado, evoco que son cenizas en la hoguera, lejanos en el tiempo.
Frías son sus letras y sus poesías.
Frío como el color azul que empañaba su mirada.
Frío sin gracia ni agudeza, sin espíritu y sin ganas.
Fría...sin mayor impresión.
Frialdad esta que me envuelve.
Noche dura de diciembre esa que decidí dejar de amarte aunque el pecho me congele.
Frío es este invierno, pero más frío es tu olvido.
Pues el frío que yo siento lo llevo en el alma, lo siento en mis entrañas.