martes, 29 de marzo de 2016

Inspiración...

"Mi vicio es la creatividad y mi cura es la inspiración."

Por Mireya Cerrillo.

Tengo una cita con la inspiración.
Es de noche y casi no hay estrellas en el cielo. Busco demostrarle a la tristeza que no la necesito para escribir como sólo yo puedo.
Solía escribir sobre el amor: así idealizado y sin conocerlo. Y hoy que en mi vida hace tremendo estruendo, mi musa se pasea a mi lado invitándome a todo, menos a escribir. Y es que las musas de la nostalgia también me han abandonado, pues no hay pena que acongoje a mi alma, ni desazón que me incite a las letras.
Emociones contrariadas. Es todo lo que se precisa para hacer una que otra poesía y la lira de tus labios me estimula a describir todo esto que siento.
Un te amo resumido en un beso, es el sinónimo de nuestra más tierna elegía.
Un te extraño expresado en un largo abrazo, es lo mismo que un himno a la melancolía.
Te deseo, dicho en el encuentro espontaneo de nuestras miradas, es una balada lenta y tierna que se danza a ratos como epítome de una pasión por tanto tiempo anhelada.
Es así. Eres tú mi inspiración. Eres tú mi oda: a la vida, al amor y a todo aquello que me ilumina.
Mas echo de menos a la desolación. Esa que me perturba y me permite escribir sobre lo que llamo miedo, me inquieta y me quita el sueño.
Me sigue asustando esta felicidad por ti provocada… pues cuando me invade la duda, se apodera de mí el desconcierto y por un fugaz momento, quisiera nunca haber dicho un te quiero.
Quizás mis letras estén por un tiempo en silencio. En pausa mientras aprenden a escribir desde todo esto bello que siento. Pero eso que no cesa, es este indescriptible pavor que guardo en el pecho.
Tal vez no es el momento de escribir… sino de hablar. De verdaderamente expresar lo que soy y lo que abrigo.
¿Pero quién es Mireya sin sus letras? Una insulsa soñadora que no sabe decir te quiero sin pena y sin miedo.

Pronto vuelvo. Me voy a decirte al oído lo mucho que te quiero. Pues esta alma enamorada y suicida, sabe que su más bella poesía aún está por ser escrita.


Memoria...

"Hay besos que pronuncian por si solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada, y hay besos que se dan con la memoria."  Gabriela Mistral.

Por Mireya Cerrillo.

Retuve cosas de mi pasado con la intención de no echar al olvido, la efímera distinción de lo dulce y de lo amargo.
Así, un día de tantos, entre el disturbio de la cotidianidad y el hastío, comenzó a hacerse presente tu recuerdo. Y es que eres algo así como un aviso, una advertencia del caos que anuncia la llegada de un amor que se dosifica en minutos y centilitros y una que otra carta de por medio.
Más me contento con degustar en mi memoria las porciones de una pasión tardía, que por encima de las dudas, se construye poco a poquito con el impulso de la paciente conquista.
El inventario de los besos que hoy hacen eco en mi piel, me mantienen prisionera de un deseo. Un imposible que en la distancia grita ausencia y que entre sueños me devuelve a los brazos de un necio Morfeo.
Era una relación de aquellos dados, de los más deseados, de esos tibios y dulces y fríos y amargos también.
De repente, en esa evocación de tus labios surgió el monumento para la gloria de unos cuantos… La reminiscencia de nuestro beso más pequeño.
Un beso. Un sueño. Un dueño. Tú y el encanto de la novedad. Yo y el miedo constante a la idea de la felicidad, esa tuya y mía que se encuentra sostenida en cada dosis microscópica de complicidad de nuestros labios.
Así pequeños para no sufrir demasiado. Para no vulnerarme tanto.
¡Impacto! Cedo a la exposición de otro beso y me muestro sin tapujos…al menos en mis sueños.