"Habías sido lo más caro a mi corazón, mi posesión y mi obsesión; por eso tuviste que morir prematuramente."
Friedrich Nietzsche
Hoy da inicio el final de los finales, después de 4 años, éste es mi último mes en la ciudad condal, y hoy puedo decir finalmente que han pasado rápido. Bien dicen que la vida es un instante llena de breves momentos. Se acabó, después de todo y a pesar de todo, con todo y todo, se acabó.
Barcelona representa el descubrimiento de mi misma, el encuentro conmigo y con los demás, el choque constante de mi yo con los otros y la ciudad que me dará mi título universitario.
¿Cuántas cosas podría decir de esta ciudad?...tan emblemática, tan llena de gente y falta de tanto…Lo resumiría diciendo: para disfrutarla hay que descubrirla.
¿Cuántas cosas me han pasado en estos cuatro años? Ahora que se acerca el final del viaje comienzo a echar la mirada atrás y recuerdo a veces con nostalgia y otras con ironía, pero casi siempre con alegría. Miles de experiencias, buenas y malas que simplemente me han hecho crecer, aprender y madurar.
Es un hecho que los seres humanos recordemos nuestras primeras veces. Recuerdo el mediterráneo desde el avión, mi primera vez en El Prat, lo raro pero a la vez delicioso del “pa amb tomaquet”, lo imponente que me resultó la uni, lo frío y distante que consideré en un principio a los que en esta ciudad habitan, lo indiferente que me sentí ante un idioma nuevo, un idioma que aprendí y que ahora respeto. ¿Cuáles son las palabras en catalán más significado tienen para ti? Las que más me han hecho gracia siempre son “aixó y ailló”, tonterías mías. Pero las que más significado han tomado en este viaje, sin duda: “terra”, “blaugrana”, “amic”, “Catalunya”, "petonet" y hoy: “adéu, que et vagi bé.”
¿Y de todo esto, qué te llevas? Sin duda, una gran experiencia, viajes por Europa, riqueza cultural y sabores únicos. No lo cambiaría, porque si algo cambiara no estaría aquí.
¿Cómo definirías a los catalanes? Pff! La palabra catalán ya encierra tanta complejidad. Son únicos, y son gente a la que aprendí a querer cuando se dejaron querer.
Siempre les digo a mis amigos que son muy “quejosos”, tanto que a veces hacen mucho ruido…pero como diría Shakespeare mucho ruido, pocas nueces, en realidad son pacíficos, pero vaya sustos me han metido estos 4 años:
Recuerdo mi primer año en la uni, comenzaban los disturbios y las quejas por el cambio en el plan de estudios, la alza de precios en la educación y qué se yo… Estaba en clase, desde dentro escuchaba mucho ruido, realmente atemorizante. Al salir, unos estudiantes encapuchados habían decidido no dejar salir a los estudiantes… Sólo recuerdo que pensé: ¿a dónde me vine a meter?
Y si de huelgas hemos de hablar, cómo olvidar la huelga general en España, el año pasado, el famoso 29S, ¡el día de mi cumple! Vaya celebración “altercada” tuve. Pero así nos llevamos, es una relación odio-amor que se ha forjado a través de la confianza que dan los años.
¿Ah sí, y cómo es eso? Sí, el año pasado les presté mi calle para que recibieran al Papa, y pensar que lo tuve tan cerca y no lo vi. Bueno, seguro que algo de la bendición papal sí me llegó hasta mi alcoba. La verdad es que no soy fan de las multitudes ni de los fanáticos de ningún tipo.
Pero ningún disturbio se ha comparado con los últimos hechos en España, “los #indignados”… ¿Qué piensas de eso?... No sé qué pensar, sólo que agradezco a la vida las coincidencias. Gracias por el momento de coincidir cuando las cosas están pasando, soy testigo de algo que quizás está por venir. El otro día me preguntaban, ¿Y las caceroladas no las hacen en México? Cierto es que no sabía qué era una cacerolada hasta que todo Barcelona hacía escándalo con ollas y cacerolas. En México las ocupamos para cocinar cosas muy buenas.
¿Y qué te ha impactado más de Barcelona? Definitivamente, la afición culé. Siempre lo he dicho, en esta ciudad no es necesario ver un partido de fútbol cuando juega el barza. Pues cuando juega el barza, se nota en el ambiente. A las 7 las calles quedan en silencio, los goles los escuchas en miles de voces. Si ganan, no duermes, y si pierden, no duermes bien pensando en qué habrá pasado. Las camisetas las llevan por días antes y después de un partido. No sé, es algo indescriptible.
¿Te consideras una aficionada más? No, aunque debo decir que todos en mi casa lo son y con ellos es suficiente. No sé si “el meu cor es blau grana”, lo único que sé es que Barcelona es parte imborrable de mi vida.
De todo lo que implica vivir en Barcelona, ¿qué extrañarás más? Seguramente será algo que podré contestar de aquí a unos meses que ya no viva aquí. Hoy día, estoy harta del metro y el transporte público, pero me gusta lo fácil que es ir a cualquier parte, pero eso es parte de vivir en Europa… De Barcelona, echaré de menos indiscutiblemente a mis amigos, a la gente que me ha acompañado durante este viaje.
¿Volverás? Sin duda, a verlos y visitarlos, los reencuetros siempre son lindos.
¿Planeas despedirte? El otro día leí una frase que dice:
“Nunca digo adiós a nadie. Nunca dejo que las personas más cercanas a mí se vayan. Me las llevo conmigo adonde vaya.”
Creo que eso responde la pregunta, me llenaré de sus abrazos y sus buenos deseos para la siguiente etapa que está por llegar a mi vida, pero decir adiós, ni loca, esto será sólo un hasta luego.