Por Mireya Cerrillo.
Entre las luces que de noche alumbran la ciudad, hay una especial que hace brillar mi corazón.
Es el calor del hogar que se va quedando en la distancia.
Es el calor del hogar que se va quedando en la distancia.
Es el beso tierno y pausado. Es el abrazo fuerte y duradero.
Son las risas de un largo verano. Los secretos compartidos y los sentimientos guardados.
Es el paisaje de fotografía, el color del Caribe, la majestuosidad de mis volcanes.
Es mi familia, son mis amigos. Eres tú, soy yo. Es mi pasado: lo que fue, lo que es y lo que quiero que sea.
Son los aromas, los colores y sabores únicos de esta hermosa tierra que con orgullo, puedo llamar mía.
Es la nada, es el todo. Simplemente, es México.
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