Hace unos días que una idea loca me ronda el entrecejo. En medio de éste breve balance en el que me encuentro a poco tiempo de empezar mi último semestre de universidad, mil ideas rondan mi cabeza.
Primero, trato de descifrar mis sentimientos al respecto, es decir, estoy emocionada por concluir mis estudios universitarios, por terminar esta fase de mi vida y mi ciclo en Barcelona. Por otro lado, tengo miedo a despedirme de la gente que aquí he conocido y a mis reacciones cuando ese momento llegue: decir adiós a algunos y hasta luego a otros. La nostalgia comienza a invadirme…
Comienzo a desentramar los momentos y las decisiones que me han traído hasta aquí. Trato de unir las piezas del rompecabezas que ha sido mi vida. Quiero saber para entender, y sobre todo, me obsesiona conocer mi pasado para poder preparar mi futuro.
Una idea loca ocupa mi atención últimamente… Cuando era pequeña dábamos cualquier respuesta a la pregunta: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? Y es ahora, a mis casi 25 años que puedo dar la respuesta que nunca di cuando era niña. Quiero ser presidente. Sí, me encantaría ser la Primera Mujer Presidenta de México. Unos pueden reírse y pensar que eso es imposible, pero yo que soy muy indecisa, nunca había estado tan segura de algo que quiero y hoy veo tangible.
Tal vez no cuente en éste momento con un Partido Político que acoja mis ideas, y tampoco tengo los medios ni los contactos que me acerquen a la posibilidad de ser electa. Pero tengo las ganas. Y más que un sueño, es una meta por la que trabajaré para poder alcanzar.
Es posible que sólo sea una fiebre, pero me gusta que ésta idea caliente mi cerebro y me aliente a seguir adelante, a prepararme y a buscar la manera de servir a mi País. Tengo ideas que estoy segura se pueden aplicar en México. Soy consciente de lo que busco y lo que quiero, pero a mí me enseñaron que no hay imposibles. Que las oportunidades no llegan, se buscan. Y sobre todo, que está bien tener sueños que el resto considere imposibles, porque es probable que nadie más los tenga, y los que los tengan, no serán competencia, sino una posibilidad de trabajar juntos. Me enseñaron que no importa tener sueños altos, pues seguro es, que en alguna estrella quedaré. Así que mientras más alta sea, más brillante.
Hay muchas maneras de presidir, de dirigir y de ser…Y hoy, firmo la sentencia: la Gloria volverá a México, es hora de que los mexicanos recordemos cuánto valemos: la Gloria de un pasado asombroso, de una historia única, de un presente que no sabemos cómo sortear y de un futuro incierto pero esperanzador.
Mi nombre es Gloria Mireya Cerrillo Romero y voy a ser la Primera Mujer Presidenta de México.
1 comentario:
que dice mireya? salen puros dibujitos
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