miércoles, 30 de noviembre de 2011

Diciembre...


Por Mireya Cerrillo.

Es el preludio del invierno. El desenlace del otoño.

Es estar aquí, en otro país, viviendo un frío extraño, lejano, distante y helado.

Es encontrarme en un paisaje diferente, no reconocerme en ningún lado y buscar entre la neblina, los restos del sol que de luz me lleno.

Es la ciudad con sus rarezas y silencios. Con sus grises y flashes de color.

Soy yo, extranjero y ajeno, siempre buscando el calor.

Es anhelar mi sol, mis volcanes.

Es la montaña que me impacta, el lago que me rodea.

Era algo en el inicio de ese invierno,

Algo que me susurraba el viento.

Era yo que me inventaba mil historias.

Era diciembre, con el frío y el anuncio de la nieve.

Era yo, con éste loco corazón, con la ilusión,

Y las mil ganas de escribir por siempre.


sábado, 12 de noviembre de 2011

Te echo de menos...


Por Mireya Cerrillo.

Fue un Noviembre cuando nos despedimos, un adiós insoportable que se ha prolongado en el tiempo. Un eterno hasta luego como tu descanso. Un te quiero y un silencio que se rompió con el llanto de tu partida.

Era un miércoles, o quizás martes o jueves, ya no sé. Estoy segura que era un miércoles. Sé que no quería que te fueras, sé que hay días en los que te tengo en el olvido, pero es que el recuerdo duele.

Duele como hoy, duele tu ausencia. Duele querer tenerte cerca, quererte abrazar y tener esas charlas inacabables en tu casa. Duele tenerte lejos. Duele la incertidumbre de saber si de verdad estás conmigo. Duele y no sé por qué después de 5 años, sigues doliendo.

Y es que te extraño. Simplemente te extraño. Quisiera…tantas cosas quisiera…que me conforta pensar y recordar y seguir deseando.

Ojalá me vieras, ojalá pudiera contarte todo lo que he logrado y lo que he visitado. Siempre me pregunto, ¿qué dirías? ¿qué pensarías? Y ¿cuántas cosas no me preguntarías?. Me gusta pensar, y quiero creer, que de alguna manera sigues conmigo. Que eres tú y nadie más que tú el ángel que me cuida, el ángel que responde a mis oraciones y el que me muestra el camino correcto. Sólo tú, porque no puede ser nadie más.

Por eso, nunca me cansaré de agradecerte, de decirte y demostrarte lo importante que has sido para mí. De decirte que te quiero y que te echo mucho de menos. Que te llevo conmigo y que sólo quiero que seas feliz por mí y que mi vida esté llena de amor como la tuya.

¡Gracias abuelito! Simplemente y siempre Gracias, por ser parte de mi vida. Por ser y por estar. Por impulsarme y acompañarme en este viaje llamado vida.

Te quiero mucho…

Tu nieta Yiyi.

Siempre...


viernes, 4 de noviembre de 2011

Noviembre...


Por Mireya Cerrillo.


Es noviembre otra vez… el undécimo del undécimo.

Once minutos me llevará escribir este blog .

El frío, el otoño, la lluvia, la locura, las nubes, la humedad y el aroma de la tierra. Los días pasan de ser naranjas a grises, llenos de hojas que caen como sueños que se desvanecen, a días de lluvia que me recuerdan aquellas noches de nostalgia.

Noviembre, mes de pesares y recuerdos. De sabores agridulces y reencuentros. De llegadas, de idas, de abrazos y despedidas.

Noviembre y su día de muertos. Con hojaldra y chocolate, añorando el aroma del incienso y Cempazúchitl. Con ofrendas a mis ancestros que viven y renacen en mis más dulces recuerdos. De calacas de fiesta a calaveritas de azúcar, de rima e ironía, de folclor y remembranza.

Noviembre de cumpleaños y aniversarios. De colores vivos y festivos a colores otoñales que aunque cálidos, auguran el frío. Del día de gracias a días llenos de gracia.

Noviembre de mudanzas y cambios. El preámbulo al final del año. De conclusiones y aperturas. Once del once del once…fecha profética y mágica. De incertidumbre y vacilación.

Noviembre, dulce noviembre, con sus fiestas y nostalgias. Lo veo pasar aquí cerca del lago, mirando esa montaña, con su magia y su poesía, con sus noches y sus lunas, sus emociones, sus fantasías y leyendas, con sus días nublados y yo con mis propias nubes en mi cabeza.