Por Mireya Cerrillo.
Hay quienes le temen a su padre, hay
quienes nunca llegaron a conocerlo, hay quienes lo tienen cerca pero realmente
no saben quién es..
Hay papás que nunca le han dicho
un te quiero a sus hijos, que jamás han expresado orgullo, o quienes desconocen la
necesidad de un abrazo.
Hay papás que están ahí con sus hijos,
pero en realidad están muy ausentes. Y aunque las circunstancias del matrimonio
de mis padres lo hayan llevado a ausentarse, hoy puedo decir que siempre ha
estado muy presente.
Tengo historias de una infancia
compartida, tengo recuerdos que atesorar, tengo sus palabras en mi mente, y el
constante de sus abrazos siempre conmigo.
Pero más que todo eso, tengo un hombre
trabajador a quien admirar, a una figura siempre fuerte, y por sobre todas las
cosas, a un amigo, consejero y confidente.
Hoy me doy cuenta que mi padre se hace
mayor, y que su niña se está convirtiendo en mujer. Sin embargo, ante sus ojos
siempre seré una princesa, y ante los míos, siempre será el rey de mi castillo.
Dice Perales, “es aprendiz de todo,
maestro en nada”… Es la ambición de mis genes, pues yo como todos soy resultado
de los genes de mi madre y por supuesto de mi padre. Y mientras puedo presumir
que tengo la belleza y lo risueño de mi madre, de mi padre tengo el carácter. El balance
perfecto de mi herencia.
Hoy leí una carta que la hija de
Carlos Fuentes le escribió a su padre… Un gran personaje que no supo conocer a
su hija. Mi padre es todo un personaje, un hombre con historias por contar…pues
puedo presumir que él sí me conoce. Y yo también sé quién es.
No soy quién para juzgarlo… Mi única labor si acaso, es calificarlo como padre. No
le pondré un número, pues el amor y la seguridad que sólo un padre puede dar,
no tiene número.
Las cosas que he aprendido de él,
entre juegos y conversaciones son herramientas de vida que hoy valoro como
nunca. Aún seguimos compartiendo historias. Aún tenemos cosas por compartir, y
por eso, por tenerlo aún en mi vida, doy Gracias.
Sin más qué decirle al héroe de todos
mis cuentos… ¡Te Quiero Mucho Papá!
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