Por Mireya Cerrillo.
Viajé una vez más al centro de
Europa para poner fin a mis estudios. Entregué mi tesis, me rencontré con
viejos nuevos amigos, y entre choques y encuentros tuve mi cierre pero no mi
final.
He de confesar que al irme una
parte de mi planeaba no regresar. Esa parte aventurera quería continuar con el viaje,
sentía que aún no había terminado y los puntos suspensivos que dejé en muchas
situaciones me carcomían la mente y el corazón.
Pero las cosas pasan por algo y así
es como tenía que suceder… Ahora sé que mi lugar es aquí en donde estoy. Que el
tiempo nos permitirá rencontrarnos cuando sea nuestro momento. Y que lo que
fue, no será.
Sé que es el final de una etapa
importante en mi vida y que aún quedan viajes por venir. Necesitaba volver para
cerrar, y cerrar para volver a mi aquí y ahora.
Ahora sí es momento de aterrizar
con todo: en cuerpo, en alma, en mente y en corazón.
Dicen que el adiós más doloroso es
aquel que nunca se dijo o nunca se explicó… Y tú y yo no nos hemos dicho adiós.
Duele pero no lastima, punza pues está latiendo. Y una parte de mí sabe que tú
y yo podremos ser.
Et voilà c'est déjà fini! Et voilà que son cœur explose! Et voilà qu'elle aime! Je t’aime!
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