"No sé por qué temo a la muerte si ella me está abrazando" Ander Tabarez.
Por Mireya Cerrillo.
En un
abrazo te diría todo lo que he callado… pero es el silencio de tus brazos lo que
quema las ganas de mis labios.
No me
beses, no me toques, no me mires…siente la frialdad de la distancia de tenerme
a unos pasos y no poder pertenecerte.
Me miras,
me aniquilas, poco a poco me matas. Me niegas tu esencia, me llenas con el
vacío de tu presencia.
Así tan
cerca que puedo mirar detrás de tus miedos, detrás de tu íntima crudeza. Así tan
cerca que en tu mirada veo el reflejo de tus más oscuros deseos. Todo lo que me
llama y tú que siempre me alejas.
En una
caricia te confesaría mis sentimientos…sin embargo, soy sólo miedo. Somos sólo
esta eterna distancia y silencio.
No somos. No
fuimos. No seremos. Estamos aquí deseándonos…arruinándolo todo.
La cama
está fría, está vacía…sólo está llena de efímeros deseos, sueños eternos.
Me fundo en
un abrazo a contarle todo a mi almohada. Le digo que te quiero. Niego cuánto
daño me haces. Pero comienzo a ser consciente de ello, y sigo sonriendo a tus
banalidades.
Lloro en la
soledad de la noche. Añoro la compañía del día. Soy este destierro
incomprendido. Este dolor que me invade desde dentro.
Me hundo en
la depresión de mi cama… me quedo ahí paralizada.
No sé hacia
dónde moverme. Desconozco la ciudad que me atrapa y me invita a huir de nuevo.
No puedo
continuar corriendo, debo encontrar mi lugar en este único momento.
Lo entiendo…
no es un abrazo tuyo lo que más deseo. Es el abrazo de la vida lo que anhelo,
alejarme del susurro de la muerte que me invita a escucharla, abrazarla,
pertenecerle… Esto es lo que me sucede, me persigue el abrazo de la muerte.