"Hoy te lo diré...el único secreto que de verdad me gustaría descifrar es el de tus ojos"
Por Mireya Cerrillo.
Voy
a desnudar mi alma en un intento de revelar todos mis secretos: los escondidos,
los disimulados, los más íntimos, los profundos y disfrazados.
¿Mi
secreto? Es tan imposible e indiscreto. Se llama desierto. Se llama destierro.
Se llama un amor enmudecido y desaparecido.
Quisiera
ya no llorar tu ausencia ni que estuvieras entrometido todo el tiempo en mi
corazón y mi mente. Y es que mi secreto más visible es aquel al que rehuiste: todo
lo que mi ser por ti aún siente
Así
es la vida: llena de misterios. Y tú eres el más mágico y prófugo de todos
ellos.
Te
lo diré al oído. Te lo diré haciendo tremendo ruido. Te amo. Te extraño. Sin
más disimulo, eres el suave susurro que diariamente callo y emulo.
¿No
entiendes acaso que el deseo es invencible, y que el amor es tan tangible como tú
permitas que sea?
Si
por mi tuvieras un recóndito latido, olvidarte quizás podría, liberarme de ti aunque
te sienta otra vez perdido.
Pero
mi corazón está abatido por todo el
camino recorrido. ¿Te digo otro secreto? No me arrepiento de lo brevemente
vivido.
De
tus labios surgen mentiras que quieres creer, y de los míos verdades que
quisiera deshacer.
Farsas
e invenciones consumen tu sonrisa apagando todas mis quiméricas ilusiones.
Me
arropan los recuerdos y te destroza la distancia. Eso no es ningún secreto, la
soledad nos mata a hurtadillas y agrava poco a poco nuestras escondidas heridas.
Tu
secreto es tan evidente cada vez que intentas ocultarlo y pretendes razonarlo.
Mi
secreto son miradas indiscretas, palabras mencionadas, intenciones reveladas.
Pierdo
la cordura en esta penumbra que encarcela los sentimientos que ya no pueden ser
más silenciados.
Sólo
me queda un amor que ya no es secreto, y detesto que se propale con el viento.
Me
siento vulnerable de tan sólo pronunciar o pensar tu nombre. Y sólo yo soy la
culpable.
El
secreto mejor guardado es aquel nunca revelado, más el baúl de mis secretos es
la realidad que niegas e insultas, es este suplicio que me atormenta y la
eterna curiosidad de seguir guardando pequeños trazos de un adiós, y las mil y
un confesiones dichas.
Pues
este secreto ahora es tuyo y es mío, es una complicidad compartida, mi causa
perdida: Los secretos que torturan a esta loca y enamorada alma suicida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario