"Algún día volveré al lugar a donde pertenezco"
Por Mireya Cerrillo.
Entre dos mundos, entre dos hemisferios, entre dos husos horarios, entre dos realidades... Vivo o trato de ser.
Quisiera irme murmurando un eterno adiós, sin huir, sin miedos y sin apegos, pero con el mundo a mis pies y todo por descubrir nada acaba, apenas comienza...o eso me hacen creer.
Me siento perdida, más algo me dice que quizás todo irá bien.
¿Volveré?, la verdad es que nunca me fui realmente. Lejos he vivido y distante he tratado de existir.
Ya nada puede salir mal, sólo hay que reencontrar el camino, ese que transitaba con vida y con ganas.
Toma mi mano y recuerdame que nada es demasiado. Que todo es posible y que para mí hay en este mundo un lugar.
Nada ha cambiado, sólo yo. Todo permanece y yo ya no quiero quedarme.
Batallas ganadas y perdidas, alas rotas y caídas, pero aún con ganas de volar.
Dicen que para aprender a volar hay que saltar al vacío... y ahí me encuentro, flotando sin rumbo. Esperando aterrizar en mi sitio.Tal vez todo saldrá bien, eso estoy por descubrir.
Pero confieso una cosa, o quizás dos:
Me he ido tantas veces y decubrí a ser yo a cada minuto.
Viví en el calor y el frío con nadie más que conmigo.
Y he disfrutado cada segundo compartido.
¿Volver? ¿A dónde? Hoy todo puede ser.
De repente todo es claro, pese al tiempo, lejos entiendo que en el mejor y el peor día de mi vida... hay aún una pequeña luz encendida que musita: "no dejes de buscar".
Abraza tu nostalgia y no apagues aún tu mirada.
Llorar, sonreír...aún nada es claro. Sólo que no quiero estar aquí. Fuera de lugar: ese es mi contínuo sentir.
Un latido, un suspiro, respiro y me siento un poco más vivo, pues del otro lado es donde todo tiene más sentido... soy menos miserable y soy un poco más feliz.
Sueño despierto. No duermo. Mi alma me pide regresar a ese rincón que siento mío, donde no me siento perdido. Donde la esperanza no es más sosobra y puedo encontrarme a pesar de mi mismo.
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