"Mi vicio es la creatividad y mi cura es la inspiración."
Por Mireya Cerrillo.
Tengo una cita con la
inspiración.
Es de noche y casi no hay
estrellas en el cielo. Busco demostrarle a la tristeza que no la necesito para
escribir como sólo yo puedo.
Solía escribir sobre el amor: así
idealizado y sin conocerlo. Y hoy que en mi vida hace tremendo estruendo, mi
musa se pasea a mi lado invitándome a todo, menos a escribir. Y es que las musas de la
nostalgia también me han abandonado, pues no hay pena que acongoje a mi alma,
ni desazón que me incite a las letras.
Emociones contrariadas. Es todo
lo que se precisa para hacer una que otra poesía y la lira de tus labios me estimula a describir
todo esto que siento.
Un te amo resumido en un beso, es
el sinónimo de nuestra más tierna elegía.
Un te extraño expresado en un
largo abrazo, es lo mismo que un himno a la melancolía.
Te deseo, dicho en el encuentro espontaneo de nuestras miradas, es una balada lenta y tierna que se danza a
ratos como epítome de una pasión por tanto tiempo anhelada.
Es así. Eres tú mi inspiración.
Eres tú mi oda: a la vida, al amor y a todo aquello que me ilumina.
Mas echo de menos a la desolación.
Esa que me perturba y me permite escribir sobre lo que llamo miedo, me inquieta
y me quita el sueño.
Me sigue asustando esta felicidad
por ti provocada… pues cuando me invade la duda, se apodera de mí el desconcierto
y por un fugaz momento, quisiera nunca haber dicho un te quiero.
Quizás mis letras estén por un
tiempo en silencio. En pausa mientras aprenden a escribir desde todo esto bello
que siento. Pero eso que no cesa, es este indescriptible pavor que guardo en el
pecho.
Tal vez no es el momento de
escribir… sino de hablar. De verdaderamente expresar lo que soy y lo que
abrigo.
¿Pero quién es Mireya sin sus
letras? Una insulsa soñadora que no sabe decir te quiero sin pena y sin miedo.
Pronto vuelvo. Me voy a decirte
al oído lo mucho que te quiero. Pues esta alma enamorada y suicida, sabe que su
más bella poesía aún está por ser escrita.