"Take your broken heart and turn it into art." Carrie Fisher via Meryl Streep.
Por Mireya Cerrillo.
Hoy no es un buen día. Es uno de esos en los que todo sabe a aflicción y la desolación no alcanza. No quería empezar así el año, escribiendo cosas tristes. Pero citando a Carrie Fisher en el increíble discurso de Meryl Streep: "Toma tu corazón roto, y conviértelo en arte."
Así que eso intento.
Una poesía vacía.
Un día lleno de sueño.
Una palabra para la melancolía.
Y un beso que se quedó sin dueño.
Es algún domingo de Enero.
Duermo y desaparezco.
Quisiera entender el silencio.
Quisiera decir: hoy no pienso. No siento.
Intenso inicio de año.
Tenso como esos secretos.
El daño ya esta hecho.
Nada es aún concreto.
No entiendo del todo
lo que esconde tu mirada.
Una cosa sí está clara:
entre ausencias encontraré el modo de descifrarla.
No soy ajena al miedo que te siembra,
yo también tiemblo y no comprendo.
Es un amor que hiela y condena.
Somos nosotros. Uno del otro vamos huyendo.
Tú con esa sonrisa descarada.
Yo con esta lágrima descontrolada.
¿Qué hacer con este desequilibrio de emociones?
Entender que del amor somos simples bufones.
Quiero aferrarme a todo lo que en mí despiertas:
a estas ansias de vivir y sentir, y ser, y compartir.
Más tu insistes en un tipo de soledad acompañada,
en estar conmigo, sin mi.
Y lloro. Y escribo. Y quizá vuelva a sonreír.
Y poetizo e imagino que todo es digno de vivir.
Pero un efímero momento basta para hacerme desistir:
e imaginar mi muerte sin más qué decir.
¡Ah la vida!... La irremediable agonía de existir.
¡Ay el amor!... el insalvable sentimiento de los mortales.
Este escribir... quizá sea la única manera de permanecer.
Y tú y yo... lo que me conecta al deseo de insistir.
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