Por Mireya Cerrillo.
A unas horas de terminar el 2010, haciendo el balance de lo bueno y lo malo, de lo aprendido, de las lecciones que la vida me sigue dando, de los miedos, de todo aquello que me ha hecho crecer, de las tristezas y de las incontables alegrías, reflexiono y por la oportunidad de respirar esta noche, de vivirla y disfrutarla: Doy Gracias.
Gracias porque aunque lejos, tengo unos padres que me adoran y me impulsan día a día a ser mejor, y que con su presencia me enseñan que la vida es una y que hay que luchar por las cosas que queremos en la vida.
Gracias porque aunque el tiempo y la distancia nos mantienen separados, cuento con los mejores 3 hermanos que cualquiera pudiera pedir. Por sus inagotables manifestaciones de amor hacia mí, por su confianza, apoyo y por demostrarme con su ejemplo que las metas son alcanzables.
Gracias porque aunque con salud endeble, tengo a una abuelita de ésas de las que cada día quedan menos, con una fe inquebrantable y un amor inmensurable. Por sus oraciones, sus consejos y la dicha de que sea parte de mi vida, siempre Gracias.
Gracias porque aunque triste sea no tenerlo más, es un honor tener el ángel que tengo yo, un abuelito que sé que guía mis pasos y con su recuerdo me orienta a la verdadera búsqueda de la felicidad.
Gracias porque con el paso de los años mi familia ha crecido, ahora tengo 3 cuñadas únicas a las que quiero como hermanas y en las que confío como amigas. Además tengo 1 sobrinito en el horno y 2 sobrinitas que me traen loca, a las que extraño muchísimo y que con su sonrisas me ayudan a seguir adelante.
Barcelona, ésta increíble experiencia está por terminar. Cuántas historias por contar, cuántos recuerdos y cuántas amistades dejaré en ésta ciudad. Amistades únicas, invaluables y todas imborrables. A todos y cada uno de los que han formado parte de éste viaje: Gracias. Mi México los espera.
La Nochevieja casi concluye. No hay pausa en la marcha del universo, el reloj sigue avanzando. El paso de otros 12 meses, 365 días, 8760 horas ésta noche tienen mil sabores: dulces y amargos. Esta noche todos nos planteamos nuevos propósitos, nuevas metas a cumplir, nuevos sueños y con nostalgia, recordamos a los que ya no están, y las noches que se fueron.
Así termino el 2010, en Barcelona. Con la nostalgia de los míos y el abrazo en pausa que siempre anhelo recibir. Con ganas de seguir adelante y de concluir 4 años de inagotables aprendizajes.
Bienvenido sea el 2011, dentro de un año será otro más. Hoy, son 365 oportunidades para ser mejor y 8760 horas para llorar, reír y ser feliz.
Tengo una copa para brindar, una cena por disfrutar, una oportunidad más para ser feliz. Tengo 12 deseos, 12 pensamientos, 12 meses por imaginar. Mucho por vivir, todo por agradecer.