viernes, 30 de septiembre de 2011

1 beso, 2 petons, 3 bisous…Just Kiss!

Por Mireya Cerrillo.

“Los besos son como pepitas de oro o de plata, halladas en tierra y sin un gran valor, pero preciosas porque revelan que cerca hay una mina." George Villiers.

Cuando pienso en el beso, no puedo dejar de evocar la famosa pintura de Gustav Klimt que lleva el mismo nombre. Una obra llena de simbolismo, de peligro, de lucha, de rendición, de incertidumbre, de reconciliación, de formas, de colores, de todo.

Besamos para sentir y hacer sentir… pero intrigada por la manera de saludar en Europa, reflexiono y escribo unas cuantas líneas.

En México saludamos con un beso. A veces bien dado, con ganas, mojadito, apretadito y en la mejilla. Aunque la mayoría de las veces al aire. Con desdén en ocasiones, con hipocresía en otras. Obligado cada vez que nos encontramos con alguien.

En España saludan con dos besos. Derecha, izquierda, uno, dos. Al aire siempre, hola qué tal acompaña el ritual. Sólo de vez en cuando, para saludar a alguien por primera vez o que no has visto en mucho tiempo. En Italia también dan dos, pero contrario a mi experiencia mexicana, los hombres también se saludan de beso.

Llego a Suiza y uno, dos y tres, izquierda, derecha, izquierda. Te aburres después del primero, te hartas después del segundo, y esperas con ansías el tercero para acabar con el ritual. Sólo se saluda con Gros bisous, a los grandes amigos.

Besar es habitual, su práctica constante resulta benéfica. Es la válvula de escape de la honestidad. Existe el beso de piquito, esquimal, de pez, de vaca…Y el más temido, el de Judas. Dicen que no hay beso que no sea principio de despedida; incluso el de llegada. Así como en los cuentos, es con un beso que se cierra el trato del matrimonio. Cómo olvidar el beso que despertó a la Bella Durmiente, el que curó a Blanca Nieves, el inmortal de Rose y Jack en la proa del famoso barco Titanic, el de cabeza entre Mary Jane y Peter Parker en Spiderman, el beso legendario de Times Square por mencionar algunos.

Ingrid Bergman describía a los besos como un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas. Nuestro primer contacto con el mundo inicia con el cálido beso de mamá. Nuestros días en la tierra, con suerte terminarán con un beso. El beso en la frente, en las orejas, en el cuello, en el cabello, en las mejillas, en los labios. Cuántas maneras de expresar un beso.

Lentos y arrebatados, rápidos pero con recelo. Mirándose a los ojos o con los ojos cerrados. Con respeto, con ternura, con amor y con locura. ¿Quién olvida su primer beso? ¿quién no ha robado un beso.? La pasión escondida detrás de un beso, las intenciones dentro de un beso, las mil palabras que pueden transmitir los besos. Las declaraciones, los enigmas, los deseos, la fusión, el encanto, el preludio, el desenlace.

Besos hay muchos, es un diálogo, es una forma de comunicarnos, es la voz del alma. El inexplicable idioma universal del beso. Besar: y no puedo dejar de preguntarme, ¿uno, dos o tres?…


1 comentario:

Adriana Robles dijo...

me encanta, me encanta, me encanta.. los beso y como escribes.. los besos son otro idioma... me encanta ese otro mundo que encontramos cuando nuestros labios no pueden pronunciar palabras!!
te quiero.. =)