domingo, 4 de septiembre de 2011

Bienvenue à Genève...

Por Mireya Cerrillo

Un verano más ha terminado. México, mi querido México, el lugar donde nací y donde mi gente me recibe siempre con los brazos abiertos, se queda una vez más atrás. Atrás en el baúl de los buenos recuerdos, en el lugar donde mantengo sus sabores, aromas, abrazos para los momentos de añoranza. Como siempre, el verano fue intenso, emocionante y delicioso. Aunque corto y fugaz también, lleno del amor de los que me rodean. En mi corazón es donde los llevo a cada nuevo lugar que visito.

Me encuentro en Ginebra, Suiza, tierra de lagos, montañas, chocolate, queso y por un año: mi nuevo hogar. Llegué hace una semana y de momento, todo ha sido excelente. Mi primera impresión es positiva: la ciudad es un sueño, es la Europa que soñé y que quería vivir. La gente es realmente muy amable y educada, y aunque los precios son exorbitantes, sobreviviré.

¿Por qué Ginebra? Es la sede de las Organizaciones Internacionales más importantes, por eso la elegí como mi nuevo destino de estudio. Es la cuna de las Relaciones Internacionales, lugar donde 4 idiomas convergen (francés, italiano, alemán, inglés), donde las culturas se encuentran y se fusionan en una sola: ciudadanos del mundo nos llaman a los extranjeros, investigadores nos dicen a los estudiantes, internacionales somos todos los locales.

Mi universidad es un pequeño château en medio de un bonito bosque, verde en el verano, blanco en el invierno. Y aunque el frío que se avecina me tiene preocupada, es la calidez de su gente y su paisaje la que me mantendrá a flote. Está a unos metros de la ONU, será su biblioteca mi próxima casa de estudios y será el lago Leman el trocito de agua que me invite a soñar con el mundo de posibilidades que me espera.

De momento, estoy alucinada, emocionada, feliz, contenta, nerviosa, con ganas y con miedo. Realmente no me puedo creer que finalmente esté aquí, estudiando en un lugar de primer mundo, con profesores de reconocimiento internacional y se siente bien estar aquí: tengo buenos presentimientos y mis mejores deseos acerca de este lugar.

Como siempre, trataré de mantener al día la bitácora del capitán. Con las emociones a flor de piel y a pesar de que será un arduo año de trabajo, Mireya Cerrillo: créetelo, estás aquí.

Bienvenue à Genève!... Un seul voyage peut changer le cours d'une vie*.

(*Un sólo viaje puede cambiar el curso de una vida)


1 comentario:

Anónimo dijo...

I hope so, you deserve that change in your life.
Remember the words of Rockefeller "Relations, relations and relations".