domingo, 29 de mayo de 2016

Sobre la ceguera...

"Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven." José Saramago.

Por Mireya Cerrillo.

Cada noche a las 12, Facebook me da el historial de cosas que pasaron ese mismo día hace un año o desde que abrí mi cuenta.
Así, con un informe detallado de mis publicaciones, Facebook me recuerda QUÉ he vivido. O simplemente. Me recuerda que he vivido. (punto) Un acento hace la gran diferencia.
Esas bromas, videos graciosos o motivacionales, los viajes, los amigos, la comida, los pensamientos y por supuesto los sentimientos: desamor, soledad, enojo, tristeza, alegría...
Hace días que observo estas memorias como un reporte cíclico de mis repetitivas emociones y caigo en la cuenta de que no importa el año, la sincronía es la misma. Me pregunto si así será siempre... cada día, mes, año... Así: obnubilado.
Tal vez esa es la función del historial de las redes sociales: hacernos ver, pues estamos ciegos.
Ciegos a las maravillas y también crueldades del mundo.
Ciegos ante la infelicidad ajena y también ante su dicha.
Ciegos al desamor que sentimos y por supuesto, invidentes al amor que inspiramos.
Ciegos al abrazo o la charla que necesita el amigo, y obcecados a no recibirlo si la pedimos.
Ciegos a los que nos rodean...y cegados a los que están lejos.
José Saramago describía mas o menos este tipo de situaciones en su "Ensayo sobre la ceguera". Escribía sobre una sociedad ciega...
Sobre las lágrimas que ciegos derramamos y nos preguntamos si aún hay razones para seguir viviendo. Mas no hay respuestas. Las respuestas no siempre llegan y a veces esperar, es la única respuesta. (José Saramago)
El miedo ciega. El amor ciega. El enojo ciega. El coraje ciega. Y si las sientes todas juntas...eres un invidente.
"¡Fatal ceguera de las pasiones!", diría Marqués de Sade... "por contribuir a mi perdición y por allanar el camino a los extravíos que iban a llevarme al borde de la sepultura..."
Cuesta reconocerlo pero las palabras rompen y corrompen. Las mentiras duelen. Las verdades a veces también... Y las realidades de la vida, con todo y sus melancolías, llevan la responsabilidad moral de tener una buena visión. Pero es cuando el sosiego aprieta, que damos cuenta de la relación entre los sentimientos y los ojos. Por algo los llaman el espejo del alma: la mirada.
Somos ciegos porque estamos hechos también de indiferencia... Y me cuestiono al igual que Saramago: ¿Cuántos ciegos serán precisos para hacer una ceguera?...


Oda a la nostalgia...


Por Mireya Cerrillo.

Llueve y huele a nostalgia.
Mojan mis mejillas los recuerdos que se desbordan.
Huele a momentos que se han ido... y sin embargo, 
en el tiempo se han quedado suspendidos.
Un esbozo de esa última sonrisa.
La complicidad de los secretos compartidos.
Y el café que hierve, humea y pacientemente espera.
El café de París se ha llenado de memorias
y unas cuantas personas, solitarias todas se tornan de color gris.
Es el ambiente perfecto para pensarte y no pertenecerte.
Para desearte así sin amarte.
Y para ser nosotros en un lugar del infinito.
El carrusel se detuvo.
Y con él, los sueños de un quizás.
Porque tal vez sea otro miércoles cuando lluevan recuerdos.
Y yo estaré aquí pensándote.


jueves, 26 de mayo de 2016

#PorSiNoVuelvoAVerte


"Y cuando nos volvamos a abrazar, por favor no me sueltes..."

Por Mireya Cerrillo.

He estado leyendo el blog de una amiga que se llama #porsinovuelvoaverte. El título en sí, ya dice todo acerca de qué se trata... La historia de un amor a veces como de película y otras tan real que da miedo.
De un amor a la distancia; que se va acercando. Que es como una liga: va y viene y está siempre ahí.
Y aunque no sea mi historia, me siento identificada con más de un sentimiento, temor o situación.
Así que #porsinovuelvoaverte escribo robándome una frase del mismo blog:
"He llegado a tu vida para quedarme hasta que tú lo desees..." y hoy te escribo porque hace tiempo que siento miedo a perderte, pero más, de perderme a mí en el intento de recuperarte y hacer que las cosas funcionen como cuando...
La verdad es que no sé si en algún momento hemos funcionado al 100%. Pues cuando no fueron mis dudas, ahora son las tuyas. Y por eso me prometí ser paciente contigo y con nosotros. Yo: la eterna impaciente.
Porque constantemente me recuerdas que tú llegaste con TODO a esta relación y yo no. Y que fui yo quien poco a poco te quitó las ganas.
Es increíble la capacidad que tenemos para ponernos excusas cuando de amar se trata.
Soy un corazón coraza. Pero una vez que permito vulnerarme...¡sé que me he jodido!.
Que no habrá marcha atrás a la cabeza/corazón duro que me construí. Y sin embargo... contigo y por ti me dan derroches de romanticismo que terminan en una explosión de creatividad, que tu mamá tacha de ridícula y la mía ve con ojos de: "ya la he perdido..."
Ambas tienen razón. Es ridículo pedirle a mis amigos que envíen fotos de diferentes partes del mundo. Escribirte un ABC, hacernos sudaderas iguales, llamarte tierna y dulcemente, hacerte un pastel, un video, una almohada, un collage, una carta o una caja llena de cosas absurdas para demostrarte con detalles todo lo que mi corazón necio y tonto siente por ti.
Porque compartirte cosas en tu muro: una foto o una canción, o escribirte nuestra historia en nuestras libretitas. No es suficiente.
Pero la verdad es que mis ojos no saben mentir. Son el espejo a todas mis emociones: enojo, pasión, dolor, tristeza, alegría y al parecer gracias a ti: también amor.
Escribo aunque ya no quieras leerme. Escribo porque lo necesito. Y escribo porque me siento confundida...
En otras latitudes y otros horarios hay alguien que a pesar de la distancia me hace sentir que le importo. Y tú, que aquí me tienes para ti. No te vuelcas un poquito hacia mi.
Pero supongo que también así son los hombres. Cuando no te pueden tener, hacen todo lo posible por confundirte... Sin embargo, me pregunto si tú no me tuvieras, si serías capaz de luchar por mí o si te sentarías en tu ego a hacer lo que ya me has dicho: Seguir tu vida como antes del 12 de Septiembre que nos conocimos.
Y es que siempre hay otras cosas antes de Mireya... Y yo quiero, porque yo también merezco ser el primer pensamiento de alguien para desearle en un mensaje: "Buen día cielo..." Y ser el último deseo nocturno de un beso que concluya en: "ven a soñar conmigo". Te amo.
No te quiero para mí y sólo para mí. Te quiero conmigo y a pesar de mi y de ti.
Quiero un nosotros.
Quiero menos dudas y la capacidad de responder juntos.
Quiero tiempo de calidad. No cantidad.
No quiero días enteros en los que te agobias. Quiero ratitos a diario.
Quiero...lo único que quiero es sentir tu entusiasmo por verme. No hartazgo. 
Tanta emoción como yo la siento por ti. Sentir que aunque solo han pasado horas sin verme, ya me extrañas.
Quiero reacciones a mis acciones. Como una respuesta a mis constantes Te amo.
Quiero creer que así como te motiva pensar que conmigo puedes llegar a otros mundos, quieres caminar conmigo HOY. Aquí y ahora.
No quiero mentiras que pongan en duda nuestras verdades.
No quiero bromas en las que no sabemos distinguir entre una ofensa y un juego...
Quiero que no le demos peso a la opinión de los demás. Sea quien sea.
Quiero que nuestro amor no tenga reclamos.
Quiero...
Y me pregunto si es demasiado lo que quiero, aunque sólo te quiero a ti...


martes, 10 de mayo de 2016

¡A toda madre...!



"Todo lo que soy y espero ser se lo debo a la angelical influencia de mi madre."
Abraham Lincoln.

Por Mireya Cerrillo.

Hay una frase que dice: Madre sólo hay una. Sin embargo, he tenido la dicha de  comprobar que esto no es verdad. Pues en mi camino he coincidido con muchas mujeres que me han regalado experiencias que atesoraré siempre. Y gracias a ellas, es que puedo decir que tengo muchas madres...
Mi primera mamá fue mi abuelita, pues para empezar ella me obsequió el vientre donde me gestaría. Ella, además me da la lección diaria de lo que significa ser mamá, mujer fuerte. De esas que no se rinden y con todo el peso de los años se siguen riendo y dándome el dulce regalo de su sonrisa, abrazo y oración.
Entonces llegué a mi madre. El vientre que me cobijó 9 meses y educó. Ella, pacientemente me ha tolerado mis peores días. Y en mis mejores días, quiero pensar que es porque algo de mí, viene de ella.
Mi mamá dice que cuando estaba en ella, ella me hablaba y yo no respondía y eso la hacía temer por mi vida. Supongo que hay cosas que no cambian, ella me sigue buscando...y yo no respondo. Y quizá también a veces tema por mi vida.
Y es que ella no se dio cuenta de que yo vendría a este mundo hasta mucho tiempo después. Sin embargo, debo reconocer que tenerme como hija no es tarea fácil.
Así, coincidí también con mis tías, quienes me consienten lo que mi mamá no puede. Me aconsejan y reprenden. Y además, me quieren, educan y buscan también lo mejor para mí.
Mas el camino me llevó a encontrar a otras mujeres en tierras lejanas. Lugares insospechados y únicos que jamás imaginé.
A todas ellas, mis madres de diferentes nacionalidades, agradezco el cuidar mis nostalgias y enfermedades. Gracias por consentir mis caprichos y entender mis añoranzas.
Y justo cuando creí que la vida ya me había regalado a todas las mamás posibles... Llegaron ellas. 
Ella, mi ave que me aconseja y me procura con estrellas y canciones las mejores cosas para seguir creciendo intelectual y profesionalmente.
Ellas, mis amigas españolas, que me cocinaron y cuidaron.
A mis mamás mexicanas en el extranjero, gracias por el abrazo sincero.
A mi madre turca. Es increíble tener mamás tan diversas que me hacen mejor persona.
Ella, mi bruja y hechicera. Madre reina de otra vida. Quien con paciencia me enseña a creer en mí. Me faltan palabras y me sobran emociones para expresar mi más sentido agradecimiento por este coincidir.
A ella, a quien me parezco en muchas cosas y difiero de otras. Por obsequiarme a mi compañero de aventuras y desventuras.
A todas las admiro y de todas aprendo. A todas las imito y quizá a ninguna me parezco.
A todas y cada una de ellas: Gracias por permitirme estar en su vida. Gracias por sus historias que me enriquecen. Gracias por sus abrazos. Su comprensión. Su apoyo. Sus consejos y sobretodo, por su cariño.
Gracias a Uds. sé que la vida es a toda madre simplemente porque tengo la dicha de tenerlas como guías.
Hoy y siempre...¡Gracias, simplemente gracias!.


domingo, 1 de mayo de 2016

Querida Yiyi... (carta a mi niña interior)

"Tú que conoces con sincera humildad la versión integral de mí. Te miro ausente y digo: Estoy aquí para reencontrarme y te pido tu ayuda..."

Querida Yiyi:


Hay tantas cosas que a esta edad me gustaría decirte y aunque muchas aún permanezcan incomprensibles, descifrarlas será parte de tu aventura personal. ¡Permítete descubrirla!.
¿Sabes? Encontrar los adjetivos para describirte es fácil, pero traerlos a tu presente cada día es más o menos complicado.Y es que eres la única niña, la princesa de la casa, el toque chusco y juguetón, cuya gracia, inocencia y alegría han hecho que el mundo sea más llevadero, incluso a veces más benigno. Por eso, lamento las cosas que pasaste en tu infancia, esas que te volvieron más retraída y desconfiada: ese miedo que sentiste y que no se ha ido por completo. Ese que te visita y te congela en mente y movimiento. Siento mucho la pena y las lágrimas que lloraste sola. Ojalá hubiera tenido la capacidad de decirte que la tristeza sería parte de ti, y que está bien disfrutarla de tanto en tanto. Que ese temor que aún sientes es porque nadie te explicó lo que significaba ser tu misma, y aunque apenas lo vas descubriendo, no debiste haberte puesto la capa de expectativas, y el antifaz de protectora. Tu delicadeza e intuición, sin embargo, te llevarán avante. ¡No dejes de sentirlas!.
Tu sensibilidad ha vuelto vulnerable a tus padres y tu ternura les ha dado un toque de compasión a tus hermanos. Tu voz de mando es hoy la del consejo que ellos te solicitan, pues aunque seas la más pequeña, algo hay de acertado en tu manera de hablarles.
Después de tantos varones, mamá se siente contenta de tener un toque femenino en la casa, aunque quizá eso cambie en unos años.
Debes saber que no siempre has sido la princesa de cuento que ella quería. A veces eres el dragón y también en muchas otras ocasiones, un aguerrido y fiel escudero. No te preocupes, no dejarás de ser la consentida, mandona y gritona que hasta hoy eres. Has impuesto tus ideas e ideales así como tu cariño a todos los que te rodean. Además de tu sonrisa afable y tu mirada traviesa, un abrazo o una caricia, incluso una palabra tuya bastan para traer la paz o la guerra. ¡Se cuidadosa en cuál eliges!
Siempre has sido una niña emprendedora, negociante además... ¿por qué tienes tanto miedo ahora? ¿qué tenías antes que quizá no tienes hoy?... Tal vez, ese entusiasmo que te llevó a vender dulces a tus primos y a tener tu propia dulcería en casa, o calcetines o zapatos, o tareas ya más grande... ¡Qué temor a la falta de dinero! Te gusta tener lo tuyo. Tienes un gusto peculiar.¡Aprenderás a refinarlo e incluso defenderlo!
Mireya, tu curiosidad innata te ha llevado del mundo de los libros a los mil y un paisajes que tus viajes te han regalado.¡No la pierdas! Ya lo dijo Einstein, la curiosidad tiene su propia razón de existir. ¡Pregunta y pregúntate! Y mejor aún, busca las respuestas.
Desde pequeña: risueña y golosa. Artística también. Tu misma sensibilidad y zozobras te han permitido escribir y describir cosas que quizá no todos se permiten ver o sentir. A veces te dará pena compartirlo, mas conforme vayas experimentando el placer de causar una emoción en el otro, y su inmenso poder, irás ganando confianza. ¡Que a tu pluma no se le acabe la tinta!
Has sido idealista y soñadora y no será fácil ser así siempre. El mundo y la gente te decepcionarán una y otra vez, constantemente... pero recuerda que la vida también es el encuentro con otras almas como tú, que piensen que el arte trae una belleza indescriptible a este mundo, y que el mundo es, como dijo Eleanor Roosvelt, para quienes creen en la belleza de sus sueños. ¡Se incrédula, pero jamás de ti misma!
Perdona si no siempre te he sabido escuchar, y disculpa las veces que te he querido silenciar. Mas gracias a que eres una niña necia, estás ahí insistente siempre para que te preste atención. Por eso, me comprometo a escuchar con cuidado tus enfados y arrebatos, a mimarte y amarte por sobre todo y todos. A dejarte llorar y protegerte incluso de ti misma. Prometo a seguir encontrando personas que te hagan más fuerte, que te permitan ser tú, que te enseñen el lado bello y positivo de la vida, y que calmen tus miedos sin disimular ni un enojo ni una risa.
Gracias por llevar conmigo, en mi, nuestros más íntimos secretos, esos que nos vulneran pero que también nos hacen más fuertes.Has sido una niña y hoy, una mujer valiente, y lamento las veces que te agobio con mi censura y exigencias.
Prometo sanar lo dañado y quererte como tú me quieres: pura e incondicionalmente. Sigue jugando con la luna, y riendo sin razón alguna. Cuéntale al viento hoy como antes, que sientes un amor intenso dentro muy dentro...por una niña de ojos grandes y corazón inmenso.