lunes, 20 de febrero de 2017

Sin protección...

"La vulnerabilidad siempre se encuentra en el corazón de quien ama." Leo Buscaglia.

Por Mireya Cerrillo.

Aquí me tienes otra vez: vulnerable ante ti, sin protección.
Desnuda por completo en lo que soy.
Así: con todo y sin nada.
Cuestionando todo lo que siento, merezco y pienso.
¡No hay razón! ¡Sólo sentimientos que no entiendo!
No comprendo. 
Me vuelvo frágil y débil.
Preveo lo peor, y aún así me quedo.
Insegura como siempre...
¿Por qué te quiero tanto? 
No necesito muchas respuestas.
Porque sí y eso me basta.
¿Sabes? No eres tú quien me pone en esta situación tan endeble.
Soy yo quien no se siente lo suficientemente fuerte.
Para decir no, para dar la vuelta, para no quererte y quererme.
Vacilante a cada paso, hesitando cada latido, beso y abrazo...
Tu desnudez me sorprende... como todo lo que tú eres.
Indefensa me sabes y quizá me proteges.
Un abrazo lo cambia todo. Un beso en la frente y algo de certeza me devuelves.
Complicidad renovada.
¡Sin censura! me adviertes.
Sin etiquetas, sin compromiso... mas que esa delicada promesa de querernos.
Y el riesgo de compartir una intimidad pasional con la persona amada. 
Con el cielo en una mirada.
Y el infierno en esta emboscada.
Tú. Yo.
Sin ton ni son.
Sin protección.

jueves, 16 de febrero de 2017

Augurio...

"Eres vaticinio de luz"

Por Mireya Cerrillo.

Al unísono escribo versos sobre nuestros silencios.
Con alma desnuda describo el calor de nuestros besos.
En las sombras de nuestros miedos,
dejo atrás cualquier conjetura y credo.

Llevo el presagio de nostalgias prestadas.
Secretos inconfesos.
Utopías de instantes.
Ilusos sueños.

Tengo un presentimiento.
Te intuyo cercano, te siento sereno.
Respiro tu aliento y paciente espero.
Esa mirada es el límite de mi deseo.

Augurio:
eres la vida soñada de una muerte deseada,
o la vida anhelada de una muerte soñada.
Esa quimera constante,
el ocaso de un misterio.

Entre la bruma,
en medio de todo y de la nada.
Eres profecía
del temporal que envuelve mi alma.

En el cielo, en las estrellas,
Leo y no comprendo.
Señales secretas,
y nada entreveo.

Sólo una sospecha.
Llegan los vientos.
Me envuelven con recuerdos.
Y de nuevo ese temor me acecha.

Eres vaticinio de luz suave, tenue y discreta.
Eso que me incita y me inquieta.
Anuncias fuego. Todo despiertas.
Confirmas que de fulgor me tienes repleta.

Mi predilección.
Mi perdición.
Mi predicción.
Mi previsión.

Augurio.

martes, 14 de febrero de 2017

Preludio a San Valentín...

"El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada." Gustavo Adolfo Becquer.

Por Mireya Cerrillo.

En la noche previa al día de los enamorados, trato de escribir versos.
Pido por un amor sin miramientos y un enamorado hambriento.
De mi. Con sed de mi. Con ganas de mi.
Eso le rezo a San Valentín.

Tengo un cuerpo con las huellas de otras manos,
y unos labios por otros usurpados.
Un corazón sin dueño
y estos besos solitarios.

Pero en mi corazón late un recuerdo
de un cariño que no olvido.
Habita en mí como un hechizo,
una magia que más no atisbo.

Ilusionada: eterna enamorada.
Así me llaman: poeta embobada.
Y tú: un rufián. Un ladrón de mis caricias,
un bribón con un toque de malicia.

Dulce y quimérico. Así es el amor que siento.
Amargo y fantástico. Así es el amor que me das.
Burlada y despreciada. Amor sin sustento.
Me pregunto: ¿cuánto me querrás?.

Amor sin medida.
Amor sin mentiras.
Amor sin suspiros.
Amor sin respiro.

Te quiero, dijiste.
Te amo, expresé.
Te deseo, convenimos.
Y en el mismo anhelo nos perdimos.

Y quizá si nos encontramos.
Si decidimos coincidir.
Entonces podamos amarnos.
Sin precisar de San Valentín.




lunes, 6 de febrero de 2017

Oda al desasosiego...

"Los corazones son tan pesados cuando se vacían ..."
Por Mireya Cerrillo.

No quiero verte. 
No quiero saber de ti.
Quiero enterrarte en lo más profundo y no escuchar tu voz jamás.
Tengo un corazón vacío. Envenenado.
Una mente desenfrenada y una necesidad de abrazo que no puedo complacer.
Una soledad adolorida, castigada y llena de nostalgia.
Eres la voz del desamor y el desespero.
Eso oscuro dentro de mí.
El enigma y el desasosiego.
La que me dice: "no puedo", "no quiero".
Y te creo.
Cada vez. Con cada lágrima, con cada sollozo de desaliento me recuerdas que aquí no pertenezco.
Y exaspero. Me siento frustrada conmigo y sólo quiero desfallecer.
Ceder a ti, a tu encanto y a tu palabrería. 
Gritas fuerte. Te haces presente.
Estás ahí y sólo yo puedo escucharte. Sólo yo puedo detenerte.
Eres estruendo. Eres alboroto. Eres a veces: inocencia y traslado.
Eres deseo. Eres el silencio eterno.
Y te escucho aunque no quiera.
Y te desobedezco a regañadientes.
Pero ahí estás... te veo y te siento.
Y quisiera que fueras una mentira, una simple conjetura.
Eres quimera. Eres engaño.
Todo lo que quiero. Eso eres.
Y por un día. Sólo un día, intento no escucharte.
Pero eres más fuerte. Te pertenezco.
Y así, de un hilo tienes suspendida mi vida.
Y aunque respiro. Aunque siento. Aunque veo...
Todo es negro y frío y sé que por dentro una vez más he muerto en secreto.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Quiero...



"Nada en esta cochina vida vale dos duros si no tienes alguien con quien compartirlo." Carlos Ruiz Zafón

Por Mireya Cerrillo.

Quiero apropiarme de tu historia. De cada anécdota vivida y de los detalles que aún de ti desconozco.
Quiero conocer tus relatos. Saber tu pasado y escribir contigo los pormenores de nuestra existencia.
Quiero que me cuentes cuándo te hiciste esa herida, quién te lastimó, por qué no te gustan ciertas cosas y entender cómo eres quien eres.
Quiero saber de ti. 
Quiero ser partícipe de ti.
Compartir contigo es mi momento preferido. Hablar. Comprender. Reír. Llorar. Bromear.
Desenterrar secretos y discernir nuestros miedos.
Así hemos construido complicidad, parte esencial de la amistad. Es una muestra de fidelidad y una promesa de mutuo entendimiento.
Tú me escribes: "Sabes que no te dejaría".
Y yo pienso: "Ya me dejaste una vez."
Tú me dices: "Quiero estar contigo".
Y yo respondo: "Aquí estoy."
Tú me pides ir poco a poco y yo... Yo no sé lo que en ti provoco.
¡Quiero más!. Lo quiero todo. 
Tiempo y paciencia. Pues aunque no sepa medirlo, esperarte es mi delirio.
Porque de todo lo que quiero. Lo que más quiero: es a ti.