"No lo arruines, los buenos planetas son difíciles de encontrar" Revista Time.
No sé de qué color son los planetas
verdes, naranjas o violetas.
Si es que se puede ver la diferencia
para eso está la ciencia.
Mercurio es el más pequeño,
con su doble amanecer.
Debe ser todo un ensueño
poderlo ver.
Venus recibe su nombre gracias a Afrodita,
diosa romana del amor.
Quizá por eso digan que de ahí venimos las mujeres
porque es la única bendita que entiende el tremor del desamor.
Tierra, nuestro amado planeta azul.
Con sus playas y desiertos.
¿Por qué no lo cuidamos como debiera?
Buscamos vida en otras galaxias,
y nos olvidamos de las de esta.
Sólo sé que marte es rojo,
incandescente y ardiente.
Habría que echarle un ojo
para ver su es tan sugerente.
Nombrado por el dios Júpiter,
es el más brilloso en el año.
es el más grande y más intenso.
Así como Zeús en su interior.
Saturno con sus anillos
pareciera estar comprometido
en hacer girar tu sistema
hasta hacerte caer desvanecido.
A Urano se le confundió con una estrella,
y Neptuno es gigante y helado,
ambos llevan nombres de dioses
y a veces nos regalan fotos con buenas poses.
Pero de toda la bóveda celeste,
mi favorita es Selene.
Esa luna que conoce mis secretos
y con quien lloro en silencio y a dueto.
Con el rostro pálido y empero brillante,
la luna contiene mi historia y sostiene
Selene, los días que vienen.
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