Amor fugitivo, escultura de Rodin.
"Qué importa esperarte un ratito, cuando jhace más de una vida que nos venimos queriendo encontrar", Brando.
Intento no
pensar en aquello que fuimos,
Sin embargo, si
me dejo llevar,
oníricos deseos
es lo que entreveo.
Recuerdo mil y
una cosas,
Detalles,
momentos.
Y solo eso
puedo hacer: rememorar.
porque ahí se
queda todo: en la memoria.
Mas no puedo
dejar de cuestionarme.
¿y tú qué
piensas?
¿y tú qué
sientes?
Sea lo que sea,
se queda en un silencio perenne.
No te preocupes.
Lo intuyo.
Lo tuyo. Lo mío
es algo huidizo.
Se escapa de mis
sentimientos.
Se va de tus
manos.
Nos evade y se
evapora.
Y como yo en
todo.
Me fugo más
permanezco en capricho.
Con una idea,
una tonta ilusión.
Seamos amigos.
Seamos francos.
Seamos
honestos.
Seamos lo que no
fuimos.
Ese par de huidizos
y fugitivos.
Que no saben
amar,
Que se desean
abrazar.
Escurridizos
nos dejamos llevar.
A huir, a
escapar, a no ser y no estar.
A correr, dispersarnos…
En sueños, o a
ratos.
En vida o en el más allá.
¿Esta vez quién se irá primero?
Amor fugit de Rodin: Dante describe en el segundo círculo del Infierno el errar sin fin de las parejas unidas por un amor prohibido, a lo que Rodin añade una inspiración baudelairiana. El hombre y la mujer no desempeñan el mismo papel: la belleza y la sensualidad de la tentadora, arrastran al hombre hacia su caída.
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