Por Mireya Cerrillo.
A partir de hoy voy a escribir de lo cotidiano,
de lo banal y lo ufano.
Pues escribir de lo “trascendental”
me convierte en un ser emocional.
Qué es un poeta sino un soñador.
Qué es un escritor sino un inventor:
capaz de hacer poesía de lo habitual,
ensalzando lo valioso de lo etéreo y lo fugaz.
El amor, la vida, la muerte.
La nostalgia, la alegría, la tristeza.
Me pierden en la noche a su suerte.
Imaginando en quimera. Viendo sólo su belleza.
Quiero escribir sobre las cosas que pasan a
diario.
Mas para el poeta nada es tan trivial ni vano
que no deba expresarse, que no sea digno de
contarse.
Con la luna el poeta se casa y a las estrellas lo
hace aferrarse.
La inspiración se esconde en las pequeñas cosas.
En aquellas que despiertan el alma del poeta.
Todo lo atrae volviéndolo bohemio y trovador.
Escribir es la manera de aminorar el dolor.
La poesía es una conspiración.
No hay métrica, sólo inspiración.
Es un juego de dos.
El poeta y su pluma de color.
¿Quién pudiera escribir sobre una botella
sin relacionarla con el vino, sus fiestas y su
sublime mitigar?
¿Quién pudiera decir otra cosa sobre la piel,
sin evocar una emoción o el matiz de un fuerte
sentir?
¿Y quién podría evitar describir una guitarra
como un rasgueo de inspiración y melancolía.
Como una acompañante solitaria
que tantas historias del corazón narra?
¿Y quién podría evitar describir una guitarra
como un rasgueo de inspiración y melancolía.
Como una acompañante solitaria
que tantas historias del corazón narra?
Ya lo dijo Octavio Paz: escribimos mentiras,
escribimos verdades.
¡Que la rima nos contagie!
¡Que la pena se vuelva arte!
Bécquer lo describía mejor, poesía tú eres.
Esta es mi esencia y mi poesía es un breve
instante.
Soy médium de lo incomprensible, de lo usual y lo
imposible.
Mis letras son tristes cuerdas de una guitarra hoy
en silencio.
Palabras inmortales de lo que el tiempo en mi
pecho evidenció.
La poeta que se adueña de lo dulce y de lo amargo:
eso soy.
Versos que cantan, que lloran, que calman y
asolan,
En rimas enseñan mis penas y mis victorias.
Historias de ayer, mañana y hoy.
La vida, el amor y mi herencia me hicieron poeta.
Del sufrimiento y la alegría prometo hacer algunos
versos.
Ladrona de sueños. Falsificadora de sonetos.
Jugadora de los sentimientos. Maestra de mi pluma
inquieta.
Para qué pretendo escribir de lo vacío y superficial,
si en todo hay musa escondida para crear.
Incluso en el silencio y en la nada
se ocultan las mejores estrofas del alma.
La palabra es la herramienta de los poetas.
Surge vida de lo que a mí me mata.
Los sentimientos vienen con fuerza
y en mí florece otro poema.
La lira a mi ser atrapa,
adornando sueños que no despiertan.
La poesía es inexorable.
Expresión de un sentir inevitable.
Aquellas pequeñas grandes cosas:
algunas efímeras y otras eternas.
Todas llenas de
poesía.
Se vuelven magia,
rima y energía.
Sin embargo, reconozco que mi mejor elegía
es la que sólo tú inspiras.
Íntima oda, mi más bella sinfonía.
Surges en un suspiro. Tú eres mi poesía.