"Existo. Es algo tan dulce, tan dulce, tan lento. Y leve; como si se mantuviera sólo en el aire. Se mueve por todas partes, roces que caen y se desvanecen. Muy suave, muy suave". Jean Paul Sartre.
Si mañana no estuviera. Si mi vida
fuera esto tan fugaz, ¿pensarías en mi sonrisa o en los ratos de melancolía que
confundí con desesperanza?
¿Qué recuerdo te llevarías de mí:
aquel chiste tonto y comentario infantil? O ¿mi ingenuidad precoz y solitaria?
Mis momentos de nostalgia se van
haciendo cada vez más grandes al paso que mi risa se apaga poco a poco. Y
mientras un triste violín despide mi angustia, el eco de una última carcajada
te arranca el recuerdo de aquella broma compartida.
Al final seré sólo un recuerdo tan
efímero como breve ha sido mi paso por esto llamado vida.
Por eso, te dejo mi blanca sonrisa
que supo ocultar una pena incomprendida, y a cambio me llevo el abrazo que me
confortó cuando debía.
Quisiera dejarte la luz de mi
mirada que brillaba con la ilusión de lo nuevo para alejar de ti las sombras de
tus malos momentos.
Quisiera que tu último pensamiento
hacia mí fuera de paz y no de guerra. Pues entendí que no hay peor batalla que
la que se lucha contra uno mismo.
Para ti no tengo mayor herencia que
el ansia de saber, de cuestionar y de creer lo increíble.
No sé si estaré en tus pensamientos
o si seré un corto capítulo de la historia interminable de tus días. De
cualquier manera, piensa en mí como en un vals: lento, elegante, a su propio
ritmo, alegre a ratos pero también lleno de añoranza.
Imagíname como ese vals de 60
segundos: tan rápido que no notas que un minuto pueden ser dos. Como un sueño
de amor que se quedó en suspiro. Como un romance inconcluso que se volvió
silencio y como una historia de amor que se hizo tristeza. Así decido irme: como
un nocturno que en las cuatro estaciones te recuerda que soy sólo aire…y como
el viento, libre finalmente soy.
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