Por Mireya Cerrillo.
Y me preguntas si tengo
sentimientos por ti después de todo lo que ya te he escrito para intentar
describir lo que por ti abrigo… y me dejas sin palabras sin más qué decir.
Me pides que describa un
sentimiento cuando lo que por ti siento es más que una simple emoción, pues
pasa de la pasión al desasosiego en un efímero momento de desesperación.
No sé si me cuestionas por tu
constante indecisión o por falta de seguridad a lo que más de una ocasión te he
dicho. Confianza te pido. Paciencia te ruego.
O quizás es que temes sentir lo
mismo que yo, y por eso te aferras a la idea de apartarme y alejarme, alegando
culpa a la constante distancia y necesidad de contacto y comunicación.
¡Qué ingrato es sentirse la
opción dos! Por eso, después de profunda reflexión, he llegado a la más firme
convicción de que me debo al menos autoconocimiento y respeto. Esta es mi
conclusión: que la pregunta que me has hecho, debes respondértela tú primero:
¿qué es lo que por mi sientes?...
Y si en tu cabeza no hay
respuesta que te traiga tranquilidad, te pido entonces me dejes en paz.
Me queda claro que no me
perteneces ni te pertenezco, sólo es tuyo lo que por ti siento y mío este
constante desconcierto.
Harta de todo esto, me doy cuenta
que es una locura mantener una ilusión si no sabes lo que sientes por mí, aunque
eso no cambie lo que yo por ti siento.
Por eso te pido no me ilusiones
más con tus constantes huidas y acercamientos, que definas de una vez todo esto que
alborotas, creas y fugas.
No más silencios. No más
palabras. En mí ya no encontrarás más preguntas ni respuestas. Nos debemos al
menos esto: hacer justicia a lo que profesas, silencio y distancia. No más
ilusión, sólo esto: una realidad idealizada, una verdad incomprendida, un amor
no correspondido, un cuento con una gran lección.
Y que te quede claro: por ti no
resguardo sentimiento negativo alguno, por el contrario, te deseo sólo lo mejor,
y que sepas que el viaje que emprendo no lleva como destino tu nombre, así que
no te asombre si me ves por tus rumbos viviendo mi sueño, habitando mi mundo.
Eres el pretexto idóneo para
tomar mis alas y volar al constante desencuentro de ti y al reencuentro de mis
más profundos deseos.