martes, 24 de junio de 2014

Conclusión...

Por Mireya Cerrillo.

Y me preguntas si tengo sentimientos por ti después de todo lo que ya te he escrito para intentar describir lo que por ti abrigo… y me dejas sin palabras sin más qué decir.
Me pides que describa un sentimiento cuando lo que por ti siento es más que una simple emoción, pues pasa de la pasión al desasosiego en un efímero momento de desesperación.
No sé si me cuestionas por tu constante indecisión o por falta de seguridad a lo que más de una ocasión te he dicho. Confianza te pido. Paciencia te ruego.
O quizás es que temes sentir lo mismo que yo, y por eso te aferras a la idea de apartarme y alejarme, alegando culpa a la constante distancia y necesidad de contacto y comunicación.
¡Qué ingrato es sentirse la opción dos! Por eso, después de profunda reflexión, he llegado a la más firme convicción de que me debo al menos autoconocimiento y respeto. Esta es mi conclusión: que la pregunta que me has hecho, debes respondértela tú primero: ¿qué es lo que por mi sientes?...
Y si en tu cabeza no hay respuesta que te traiga tranquilidad, te pido entonces me dejes en paz.
Me queda claro que no me perteneces ni te pertenezco, sólo es tuyo lo que por ti siento y mío este constante desconcierto.
Harta de todo esto, me doy cuenta que es una locura mantener una ilusión si no sabes lo que sientes por mí, aunque eso no cambie lo que yo por ti siento.
Por eso te pido no me ilusiones más con tus constantes huidas y acercamientos,  que definas de una vez todo esto que alborotas, creas y fugas.
No más silencios. No más palabras. En mí ya no encontrarás más preguntas ni respuestas. Nos debemos al menos esto: hacer justicia a lo que profesas, silencio y distancia. No más ilusión, sólo esto: una realidad idealizada, una verdad incomprendida, un amor no correspondido, un cuento con una gran lección.
Y que te quede claro: por ti no resguardo sentimiento negativo alguno, por el contrario, te deseo sólo lo mejor, y que sepas que el viaje que emprendo no lleva como destino tu nombre, así que no te asombre si me ves por tus rumbos viviendo mi sueño, habitando mi mundo.
Eres el pretexto idóneo para tomar mis alas y volar al constante desencuentro de ti y al reencuentro de mis más profundos deseos.


sábado, 21 de junio de 2014

In Memoriam...

Por Mireya Cerrillo.

Esa mañana decidió vestirse de negro sin saber que era para vestirse de luto.
Como un presagio y como una sombra que se lleva el viento, así sintió su ausencia, así el triste adiós.
Sonó el teléfono y su corazón se quedó estupefacto ante la noticia.
La luz de un ser humano importante en su vida se apagaba para ser guía celeste de los viajeros taciturnos como yo.
La verdad es que quisiera llorar como se debe llorar a un muerto: con desolación y desconsuelo. Pero no puedo, simplemente no puedo ni siquiera creerlo.
Hace tan pocos días que ella me celebraba mi cumpleaños, me cocinaba algún agasajo o me llenaba el vaso de vino y el oído de consejos.
Como el humo de su cigarro, se va evaporando y va formando parte del viento.
Quisiera llorar como amerita ser llorado un ser querido: con rabia, dolor y profunda tristeza. Pero mis ojos están secos, no pueden expresar lo que mi corazón y alma sienten: desánimo y pena.
Mis condolencias están con su familia que es como la mía, y mi voz entrecortada exclama un último adéu a la que fungiera como mi madre catalana, pues me trató como a su hija.
Hoy me vestí de negro… y yo, yo sin pensarlo ni temerlo. ¡Cómo iba a saberlo!.
Pero me quedo con el azul de su mirada mediterránea, con los colores que ella irradiaba a pesar de lo sombrío y cruel que fueron los últimos días de su vida y sus propias e interminables batallas.
De tanto en tanto estas cosas suceden. Alguien que nos importa de repente se muere, se pierde la fe en la humanidad pues nos falla cuando se vuelve atroz y desalmada.
Pero así es nuestro andar: tremendamente breve.
Gracias porque cruzamos nuestros caminos y me permitiste conocerte.
Descanse en paz el alma de un ser extraordinario. Y que su luz no deje de brillar…
En memoria de Lourdes Borrás, una guerrera a quien echaré muchísimo de menos.


miércoles, 18 de junio de 2014

Te deseo lo mejor...

Por Mireya Cerrillo.

Ojalá te rompan el corazón mil veces como me lo has roto tú.
Ojalá te ilusionen tantas veces como me has hecho tú.
Pero es que ni una efímera ilusión mereces pues no eres siempre quien dices ser.
¿Qué he hecho yo sino quererte siempre y estar ahí para ti ciegamente?
¡Qué tonta he sido! Por creerme algo que no tiene inicios más que cierres.
Pero en realidad si lo pienso, no te deseo ningún mal, y es que te amo tanto que sólo te deseo amor en libertad.
Deseo te amen así aferrándose a ti tan tontamente. Creyéndote y serte sin realmente pertenecerte.
Deseo te quieran así tal cual eres, con tus días y tus noches, con todos tus colores así como te quiero yo.
Pero lo que más te deseo es que te quieran vivo y hasta la muerte. Pues aunque parece imposible merecerte, más absurdo es odiarte sin el deseo quimérico de que pudimos ser uno en lugar de dos.


lunes, 16 de junio de 2014

El abismo de tu mirada….

"There's no sense of time at the abyss of your eyes"

Por Mireya Cerrillo.

Tu mirada es tan profunda e inmensa
que me lleva al precipicio de tu alma.
Como un rayo de luna sobre los mares que nos separan,
te llevas mis tristezas y con tus ojos me atrapas y me acechas.

Me ves con miramiento
y arrebatas mis pesares.
Es el abismo de tu mirada
que me lleva a volar a otros lugares.

Y es en la depresión de tu mirar
que veo la congoja de un niño.
Poco a poco me dejas entrar
y sanar tus heridas con un dulce guiño.

Me ahogo en el vacío del grito claroscuro de tus ojos.
El abismo de tu mirada me acompaña.
No alcanzo a contemplar todo aquello que somos.
El fulgor de tu ser me ciega e irradia.

Cada vez que te pienso, me pierdo en el peñasco de tu mirada:
imagino, sueño y medito sobre nuestro futuro incierto
Entonces me convierto en deseo, anhelo y sonrisa
de ti, por ti, por tus besos y tu cuerpo.

No hay más silencio, sólo un tremendo eco.
Estamos ahí en el despeñadero:
Pensando ¿qué es todo esto?
¿será un instante, o será duradero?

Y en ese abismo me dejo caer ante lo tenebroso de tu ser,
Es tu luz única que me llama.
Es tu mirada. Maldición que me profana,
me incendia, me rompe, me hace ver, me invita a creer.

He estado ahí antes, en el abismo de tu mirada.
Aquí me siento segura, me siento acurrucada.
Mi vida cambias, he encontrado lo que buscaba.
Me pierdo. Me encuentro. Me tienes acorralada.


jueves, 12 de junio de 2014

Siempre pasa...

Por Mireya Cerrillo.

Siempre pasa que a quien tú miras, no te nota. Quien te nota, no lo miras. Y a quien miras hasta en sueños, ciego es de tus deseos.
Siempre pasa que a quien tú quieres no advierte lo que tiene hasta que por un momento lo pierde. Y tú no sabes lo que ganas si dejaras entrar a quien a ti desea quererte.
Siempre pasa el tiempo, es lo único que es cierto y permanente. Sucede que no nos pertenece, aunque haya diferencias y vivamos en tan distintos continentes.
Siempre pasa que te extraña a quien das la oportunidad de echarte en falta. Es entonces cuando pasa lo que el destino tiene preparado, y de pronto simplemente sucede.
¿Será que siempre pasa que el amor verdadero regresa, así sea después de varios meses de silencio y frustrante distancia?
¿Será que sólo hay un alma gemela que a tus locuras entienda y a tu ser complementa?
Cierto es que siempre pasa que todo llega a su debido momento, así no sea en el instante anhelado.
Lo que ojalá no te pase es que cuando tú por fin decidas quererme, no sea yo quien ya se haya cansado y haya decidido superarte.
Oh, si tan solo pudiera…pues lo que siempre pasa es que te reencuentro en el sueño que no concilio, y te hablo en ese constante y profundo desvelo, ese que me provocan tu mente y tu cuerpo.
Es ahí donde somos, discutimos y de tanto en tanto…poco a poco hasta nos vamos queriendo.
Nos vamos conociendo, nos acercamos a lo lejos. Y sin saber qué es exactamente lo que sientes, siempre pasa que tu amor es un periplo de constante huida y regreso.
Lo que pasa es que así es esta historia, que no inicia ni se acaba, que va y viene y que intranquila e inquieta, así siempre me mantiene.
Eso es lo que siempre pasa…

martes, 10 de junio de 2014

Tengo ansiedad de ti...

"Hay momentos en que toda la ansiedad y el esfuerzo acumulados se sosiegan en la infinita indolencia y reposo de la naturaleza." Henry David Thoreau.

Por Mireya Cerrillo.

Ansiedad, la más extraña sensación después del desamor.
Amor: la exigencia de un todo.
Sólo se ama lo que no se posee por entero.
Sólo se ansía lo que no se ha conquistado.

Tengo ansiedad de ti,
de que te hundas en mí.
Incertidumbre de tus besos.
Ganas de ser del amor presos.

Tengo ansiedad de ti,
de lo que provocas en mí.
Inquietud y emoción de éste desconcierto:
eres mi más íntimo desasosiego.

Tengo ansiedad de ti.
En esta constante zozobra, sólo tú me trastornas así.
Pero ¡qué tonta soy¡. ¡Qué tonta fui!.
Con qué tan poco me conformo de ti.

Tengo ansiedad de ti.
Y me contento con un simple hola tuyo.
¿Cuándo traerás quietud a este infierno?
Eres una gran ausencia que llevo dentro de mí.

Qué angustia por ti.
Qué ilusa de mí.
Mi frágil corazón que en sosiego te ha albergado.
Mi ser cautivo que impacienta lo más anhelado.

Tengo ansiedad de ti
y no sé cómo curarme.
Me repararía una caricia sutil,
estoy en ti, soy de ti, sabes que no puedes borrarme.

Tengo ansiedad y me nublas la mirada,
no veo más allá de esta alma condenada.
Me haces tremar y que el miedo me invada.
No puedo más. Vivo de ti desolada.

Tengo ansiedad y me pesa el andar.
Quisiera fingir que la distancia no es una carga.
Pero te veo en todas partes, te llevo y es difícil pelear,
eres mi desazón dulce y pena amarga.

Tanto tiempo sin ti, todos los días cada día.
Se oculta el sol y el deseo de un te amo.
Cuánta ansiedad de ti, de sentir tu compañía.
Muere lentamente y se oculta la pasión en el ocaso.

Tengo ansiedad de ti, de no tenerte a mi lado.
Es cruel la espera de no tenerte entre mis brazos.
Agonizo vida mía en la ansia que me debilita.
Me dañas, me afectas. Tengo ansiedad de tus caricias.

Y nada quema más mi ansiedad que la interminable espera.
El eco de tu voz me congela.
Cruje dentro de mí y toda me quiebras.
Eres fuego que se deshiela.

Mi ansiedad de saciar este frustrado deseo
me tiene en profundo y continuo desvelo.
Corazón indeciso y apasionado,
que cree que morir de amor no es algo vano.

No me quedan ya más ganas.
Gozarte quisiera pero…
siempre hay algo que nos separa.
Y sin embargo tanto te quiero,
que muero de ansiedad por ti, exiliada.



viernes, 6 de junio de 2014

Vecina de Sabina…

“Se escapó de la cárcel de amor, de un delirio de alcohol, de mil noches en vela. Se dejó el corazón en Madrid, ¡quién supiera reír!...” Joaquín Sabina.
Por Mireya Cerrillo.
Canta Joaquín Sabina que se instaló hace años en la calle melancolía. Él vive en el número siete, y yo hace tiempo que escapé de la cárcel de amor y habito en el número nueve: donde recreo mis romances, donde guardo mis sentimientos, donde atesoro mi más profundo arte.
Nos encontramos cantando y en alguna que otra poesía. La última vez lo vi nubloso en la esquina de la calle soledad, evocando seguramente como yo a alguien a la distancia. Abrazamos la ausencia y los recuerdos que evocan esta triste memoria que se ha convertido en pandemia. Una pena que se comparte, se contagia y se expande.
Es un barrio oscuro y lluvioso, donde pasa como una fugaz estrella la efímera alegría. Me convertí en su vecina en este suburbio de la nostalgia y la morriña. Llenos de pesadumbre somos líricos de la prosa y la poesía. La música de nuestras almas suena triste y desconsolada. De ahí surge lo más íntimo y bello de las musas que aquí coexisten.
A mí también me dejó el tranvía de la felicidad. En cambio, somos pasajeros de un tren desolado que va a ninguna parte, y vamos andando sin encontrarnos más que en la parada final que dice: temporal regocijo, prepárense para la tormenta.
Y reinicia el recorrido, del deleite a lo afligido. Todo es momentáneo en las calles angustiadas de ésta ciudad donde vivimos cerca de la avenida del olvido, en la vía de la eterna añoranza.
Pues aunque buscamos mudarnos, él en la escalerilla y yo en el escondido rellano, decidimos quedarnos aquí en el boulevard de los sueños rotos, con un tequila para cada duda, escribiendo en las noches en vela en el paseo de los corazones destrozados pero siempre enamorados.
En esta ciudad gris donde todo se convierte en una bella melodía. Aquí, soy vecina de Sabina.


lunes, 2 de junio de 2014

Misterio...

“El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo.” Gustavo Adolfo Bécquer.

Por Mireya Cerrillo.

Hace tiempo sé que mi palabra es: misterio.
Quizás es porque eso te define: algo secreto y difícil de comprender.
Antonio Machado diría: “amor peregrino, he adivinado el camino para llegar hasta ti”.
Yo voy intentando predecir el destino del sueño en el que te conocí.

Voy despertando y te encuentro en un lugar reservado.
De mi alma eres dueño, eres mi cachito de cielo.
Si buscas abrigo, lo encontrarás conmigo sin mayor empeño.
Tú sabes que ese es tu mayor anhelo, sellar el trato con la deuda de un beso.

Oscar Wilde dijo que “el misterio del amor es mayor al de la muerte”.
Quizás tiene razón. No entiendo este no poder interpretar ni pertenecerte.
En el Principito leí que: “Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer”.
Si eres el príncipe de esta enamorada princesa, ¿cuánto tiempo más para poder ser?.

Eres algo tan oculto en mi alma y mi pecho,
que no concibo el desvelo sin esta melancolía.
Me estremezco de noche añorando tu mágico acento,
Te quiero tanto vida mía que eres mi sueño de noche y de día.

Me adormezco embriagada, como siempre embelesada.
Tú: arcano en lo más recóndito de mi ser.
Son tus ojos, es tu mirada.
Y me corrompe no poderte ver.

Te encuentro escondido en mi subconsciente.
Me adormeces y bajo la luna y las estrellas
surgen mis versos, mis poemas.
Mi corazón no miente, sabe lo que siente.

No me equivoco al desear tus besos.
Sabes que mi boca es tuya si me dejas.
A todo mi cuerpo alteras.
Yo sólo quiero probar tus labios gruesos y traviesos.

Entonces me abrazo a la nada, a ese único secreto.
Evoco sensaciones y recuerdos. No es un juego, es en serio.
Inalcanzable al mar se van mis profundos deseos,
al mar oscuro y tan lleno de misterios.

Todo tú eres un acertijo:
mi mayor entretenimiento que no logro descifrar.
Mi enigma y rompecabezas:
rompecorazones e inquebrantable idilio.

Sueño que te despierto.
Despierto y me doy cuenta que quien sueña soy yo.
Sin embargo te abrazo en silencio,
y disfruto este misterio de amor.

Te quiero: eso no es secreto.
Te deseo: no hay mayor misterio.
No hay nada oculto en mí.
Todo lo evidencio gracias a ti.