"Tan sólo queda derramar el dolor con eso que comúnmente conocemos como lágrimas."
Por Mireya Cerrillo.
Hoy fue un dia suspendido por el sentimiento de pérdida, de carencia, de la privación de lo que se tenía o se creía tener.
El menoscabo de la autoestima.
La pérdida de la fé en las personas.
El final de una vida amada y servil.
El quebranto de todos quienes lo conocieron.
El fracaso y la frustración de haber sido privado de algo que sentía mío.
La lontananza de saberse retirar redotado, abatido, inseguro, roto y vencido.
Nos enseñan a ganar pero no a perder. Porque perder significa lesión.
Y las heridas de una pérdida no las cura el tiempo ni el olvido, sólo nos acostumbramos a ello y nos vamos llenando de lecciones, de aprendizajes, de nuevas ambiciones y con suerte de esperanzas renovadas de que en el próximo intento la respuesta sea otra. No más pérdida.
Hoy perdí a un ser especial y estoy consternada.
Hoy perdí porque no gané lo que quería y estoy decepcionada.
Hoy perdí lágrimas porque no sé cómo ganar sonrisas y estoy triste y desanimada.
Hoy fue un día marcado por la pérdida y estoy desalentada, molesta y desconsolada. Quisiera decir que será un día que quizás olvide con el paso del tiempo. Pero la verdad es que no relegaré ni borraré de mi memoria éste sentimiento arrebatador de quererse perder del todo.
La conmoción aún me embriaga y aunque quisiera ya encontrarme, hoy más que nunca me siento perdida.
Sin más que decir...me siento inconsolable.
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