Por Mireya Cerrillo.
Si cada noche voy a dormir y por ti lloro,
y cada día despierto con el mismo sueño roto.
Prefiero quedarme en profundo insomnio
a sentirte distante, lejano
y sin entender el por qué de tu actitud de ignoro.
¡Bendito el desamor que llega a los mal emparejados!
No es sano seguir haciéndonos daño...
Tengo un corazón mendigo, cansado y obcecado,
y tú un amor pavoroso y a veces tacaño.
Somníferos que no funcionan...
No duermo. No hay descanso. Sólo sueño:
Imagino que no me abandonas...
pues quieres caminar de mi mano.
Lo único que para ti quería:
Que te sintieras amado y valorado,
más con mi inmenso amor...nos destruía
pues al parecer, quererte demasiado
te tenía fastidiado y agobiado.
¿Qué crees? Hay cosas que no dije:
A mí me paso al contrario,
pues tu falta de atención me hería
y sin embargo, por nosotros
quería seguir luchando.
Ya me parece ridículo y ufano regalarte una más de mis poesías.
De todas formas a ti sólo te causaron pena y risas.
Pero es mi desahogo en tiempos de cólera y rabia.
¡Una más de mis mentiras! Para ti que habitas en la babia.
¿Sabes? No es enojo. Es desilusión.
De las promesas rotas. ¡Traición!
Por no dejarme dormir.
y despertarme del ensueño.
¡Desengaño!
Por no sentirte a mi lado.
Por contigo no reír.
Y por extrañarte tanto...
y saber que tú no lo notas.
Por eso, ¡la idiota, soy yo!
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