"Es vivir dos veces el poder disfrutar de la vida pasada."
Marco Valerio Marcial, poeta latino.
Por Mireya Cerrillo.
...La magia de poder percibir las cosas, mi llamado, el don de la intuición, la estrategia, la voz de mando, la adivinación, los viajes, la burguesía...
Acabo de volver a escuchar mis registros akashicos: la memoria de lo acontecido, para entender un poco más sobre mí misma, para saber por qué mi alma tiene una manera distinta de entender la vida y saber estar en mi aquí y mi ahora. Es algo complicado de explicar sino se tiene la paciencia de comprender algo que está más allá de lo físico, ese algo esotérico y místico.
Veamos, ¿quiénes he sido?
Ese que lleva los mapas en la cabeza y es buen estratega de guerra, desobediente pero exitoso en sus batallas.
Esa que tiene el don de la videncia para ver lo que está por suceder, para prevenir a la nobleza y alta burguesía sobre lo que no ha sucedido.
Esa que acompaña en un tren a vapor a su amado sólo por el gusto de moverse y conocer lugares nuevos y adoptar nuevas costumbres.
¿Qué tienen en común con esta que soy ahora?
El amor por los viajes.
El arte de hacer amigos y aprender sobre culturas nuevas.
El don para prevenir y anticiparse.
El temor al rechazo.
Mala suerte en el amor.
Y sin embargo, sus voces hacen eco para pedirme que fluya, que ayude a la gente, que explote de alegría, que sienta más y piense menos y que tenga el valor de afrontar todo lo que soy y estoy por ser.
Dice Lewis Carroll, autor de Alicia en el País de las Maravillas, "Sabía quién era esta mañana pero he cambiado unas cuantas veces desde entonces..."
Y así me pasa, a ese ángel que me ha acompañado le digo:
"Esa que dejaste, no es la misma que sigue hoy..."
Sigo sin entender mi misión de vida aunque la fórmula aconsejada suene tan fácil como cuando te dicen: fluye y se feliz.
No sé aún qué me mueve. Y mucho menos entiendo por qué la humanidad me harta de tanto en tanto.
Mi vida ha estado marcada por dos grandes episodios: el día en que mi abuelito falleció y el día en que me fui de México.
Supongo que volver podría ser un tercer evento, regresar a lo que dejé pero no a lo que es. Volver, más seguir teniendo las ganas de marchar. Estar y no. O estar en varios sitios a la vez.
Recuerdo París y evoco mil cosas desde la primera vez que la pisé: recuerdo la revolución, la guerra, la fiesta y la pirotecnia, los libros, los macarrones, los carruajes y vestidos...y de todo lo que recuerdo, no recuerdo el amor, ¡qué ironía!. La ciudad del amor no me insinúa ni tantito a ese sentimiento.
Mis vidas pasadas me ayudan a entender mi hoy y con suerte, labrar mi futuro. Me enseñan a seguir aprendiendo sobre mi. Pues mientras aprendemos, no dejamos de crecer, y así poco a poco nos vamos convirtiendo en almas maestras. En poesía espiritual.
Escribe sabiamente Erich Fromm en "El arte de amar", que "el amor no es ciego, pues sólo cuando amas a alguien puedes ver sus defectos...y verlos es darse cuenta que no es tan perfecto como pensabas."
...Y yo así te amo, con los ojos bien abiertos. Viéndote en todo lo que eres y con todo tu potencial.
Mas creo que tú me ves sólo con la magia del enamoramiento, esa que despierta al conocer a alguien por primera vez, te cegué y abrir los ojos quizá no te ha gustado.
Leo a Brian Weiss y aprendo que he de erradicar el miedo pues me impide hacer aquello que se me encargó al venir aquí. En mi caso: fluir en el amor.
Eso es lo que me ha faltado: aprender a amar. Sin ceder tanto, sin hostigar, sin asfixiar, pero es que es tanto lo que tengo para dar, tantas vidas reprimidas, que no sé amar de otra manera. Más que así, con locura e insensatez y con mucho sentimiento...
Si bien mis vidas pasadas me enseñan sobre lo que me ha faltado, y sigo sin entender qué es eso que me mueve... No puedo dejar de cuestionarme si quizá sea Rubén Darío quien esté finalmente en lo correcto: ..."la ciencia de vivir es el arte de amar...y este axioma a todas horas habrás de meditar..."
Mas ¿qué es el arte de amar?... Lo definía Stendhal: "es decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera." Si es así, he ahí mi problema. Digo de más y en absoluta sobriedad.
Y eso me pasa, que si el amor es un arte... no todo mundo somos un artista...y sin embargo, amo.