"El amor y la luna se parecen: menguan cuando no crecen."
Anónimo.
Por Mireya Cerrillo.
Escucho
la serenata de Schubert
y
siento de nuevo la tristeza en mi ser.
Aprecio
la nostalgia que me inspira.
Agradezco
la musa de esta melancólica lira.
Es
una pieza nocturna que llora,
que
sufre e implora.
La
noche tranquila interrumpe
y
en un sollozo el silencio irrumpe.
Murmura
a la luna,
le
confiesa el malestar de su pecho.
¡No
hay duda alguna!
Es
dolor de amor, es un corazón deshecho.
No
es la orquesta, el piano o el violín.
Es
la pena que a mi sufrir es afín.
Un
lamento que intercede por mí.
Gracia
melódica de principio a fin.
Dulce, taciturna y romántica.
Así
suena mi alma, así mi queja que te añora.
Pide
conmoverte. Reencontrarte. Ser para tenerte.
Te
implora sutil y fuertemente: sólo verte.
Suena
a la íntima despedida de Goethe.
A
una caricia delicada de algo que no fue.
Así
solloza mi amor. Así la compuso un músico.
Así
la letra de un poeta prúsico.
“La
luna, símbolo de amor y de tristeza.”
Que
en su serenata más bella,
describe
al desamor como una soeza.
Así
soy yo en profundo llanto. Así es ella en quimera.
Son
las notas que suspiran, se alejan, lamentan.
Es
un amor que naufraga y que duele tiernamente.
Inmensa
dicha de un ayer. La tristeza de un hoy sin mañana.
He
aquí estos versos otra vez. La oscuridad, y yo a su suerte.
Surge
del olvido y de la ilusión que pereció.
¡Cuántas
pasiones marchitas de los dos!
La
sed de amar de un soñador.
El
sabor del deseo y una simple traición.
Una
perfección que adormece y acompaña la efímera muerte.
Pura harmonía que no se defiende, ¡nada teme!.
Es
Chopin y sus nocturnos aferrándose a la agonía.
El alegre
y triste beso que en nosotros tremía.
Liszt
diría que fue un apacible sueño de amor.
Breve
y lento adagio fue el final sin principio.
Arrullante
y sereno movimiento que corteja lo imposible.
El
dolor punible que infringiste en mí, con la afonía de lo audible.
Fue el temporal desvelo que no volverá.
La fantasía apagada de un amor errante.
Es Schubert
con su afligida serenata.
Soy yo con este amor que no pudo pertenecerte.
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