Por Mireya Cerrillo.
Hace un rato que
no hablamos,
que ya no
sabemos qué decir.
Y es que dices
tanto y tan poco
que todo lo
tengo que inferir.
Es un ir y
venir que no tiene principio ni fin,
¿Por qué
regresar cuando te apartaste de mi?
Pero es que aún
queda tanto por escribir,
que decir adiós
es imposible, pues te quiero así, a ti.
Me encanta todo
de ti, que me da miedo aceptarlo.
Me confundes
demasiado, que mi corazón está agotado.
Quisiera decir
que quizás algún día mis cartas te las voy a enviar,
pero temo que
al leerlas sepas todo lo que en mí nunca cierras, sólo acabas de iniciar.
Nunca entenderé
tus huidas, y mucho menos tus regresos.
Son de esas
cosas que…mejor no pienso ni expreso.
Te quiero disfrutar
éste tiempo que me das,
cuando sé que
quizás piensas en alguien más.
Qué duro es saberte
tan lejos, y sentirte tan cerca.
Quisiera ya
tener tu respuesta.
Pero sé que las
cosas que ameritan,
valen el
regocijo y la pena de la espera.
Quizás nos
volveremos a ver, tocarte y saber que eres real.
Que no me
enamore sólo de tus letras y propuestas, sino que hay alguien detrás.
Alguien que me
escribe y me inspira a escribir.
Alguien que me
duele aunque no me quiera herir.
Así es un
nuestra historia, un inicio sin final.
Un fuerte deseo
de quererte amar.
Un imposible
que me piensa, y pienso, ¿qué será?,
pues me cuesta perderte,
si sé que te puedo ganar.
Danos la
oportunidad, te lo dije y te lo repito.
No tengas
miedo. No te voy a lastimar.
Puede ser
eterno o fugaz.
Atrévete a
sentir este desértico delirio.
Nos volveremos a
reencontrar.
Espera y ya
verás.
Sabrás
finalmente lo qué es amar,
lo que es
sentirte querido de verdad.
Qué historia tan
inconclusa.
Tan única y a
veces ilusa.
Seguiré
imaginando volver a coincidir,
pues es en mis
sueños donde no te puedes resistir.
Hay aún tanto
por decir y por callar.
Miedos por
compartir, sueños por acompañar.
Haz tu vida, te
exclamo.
Seré paciente pues
te amo.
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