"Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma" Nelson Mandela.
Por Mireya Cerrillo.
Al hablar
de la bitácora del Capitán nos referimos al cuaderno donde los navegantes
relataban el desarrollo de sus viajes para dejar constancia de todo lo
acontecido en el mismo y la forma en la que habían podido resolver los
problemas. He aquí mi breve intento:
Hace veintitrés
días que crucé el Océano Atlántico. Después de haber hecho una breve escala en
el Puerto de Barcelona para reconocer estás lejanas tierras que cada vez siento
más mías, me encuentro de vuelta en la ciudad nórdica de los canales, molinos y
tulipanes. En busca del holandés errante inicié la travesía con días de sol aunque
ya ha habido otros de copiosa tormenta. Tempestad interior que me ha llevado a
tomar mi brújula para retomar el camino.
He
conocido a otros viajeros que como yo están en busca de un nuevo mundo. Tratan
día a día de conquistar esta otra cultura, de aprender este duro idioma, y de seguir
a pesar de las vicisitudes que el camino de lo desconocido nos depara.
¡Oh el
viejo continente!, ¿encontraré en ti lo que tanto ansío? ¿Será este mi puerto
final? Tantas dudas y sólo una respuesta: Sigue navegando a pesar de la
tormenta, a pesar de ti mismo, a pesar de tus dudas, a pesar de todo, sigue navegando.
Reviso y
tengo las herramientas necesarias: una brújula que me oriente en la dirección
adecuada, un mapa para no perder el rumbo, un reloj para no perder el tiempo, un
astrolabio para calcular la altitud de las estrellas que quiero alcanzar, y una
libreta y una pluma para poder plasmar mis impresiones, miedos, alegrías,
tristezas, frustraciones y mil y un emociones.
Tengo a
la bóveda celeste de mi parte para continuar guiándome, sé que los 7 mares
favorecen este viaje y los 4 vientos soplan para poder gritar y acallar mis
angustias.
Mi
capitán favorito Jack Sparrow dijo alguna vez: “Cada partícula del propio ser
queda expuesta al misterio infinito de la existencia”. Es decir, somos parte
del indescifrable infinito y es mejor no saber qué instante será el último.
Mi vida
es la de un pirata: navego aguas internacionales. Voy tentando a la suerte. Soy
un corsario sin permiso de navegar, trotamundos, lejos de mis playas, surcando
las olas. Soy yo con el alma de pirata.
Bitácora
del Capitán cerrada hasta el cese de la tormenta.
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