Por Mireya Cerrillo.
Qué
es la distancia sino la medida de algo indescriptible y que duele, que pesa…
Es
añorar a alguien que está lejos y que llevo cerca.
Es
parecer ausente, lejano… afuera pero muy adentro.
Es
quererte, desearte y no poder tocarte…añorar el reencuentro.
Son
las saudades de esta alma viajera.
Las
nostalgias de mis recuerdos.
Es
el trayecto entre tu corazón y el mío.
Soy
yo con mi esencia aventurera.
Es
la llegada de la noche y vivir en continua quimera.
Es
el paso del tiempo sin poder ver tu rostro.
¡Quisiera…cuántas
cosas quisiera!
Ser
tu cielo, tu mayor desvelo.
Es
el camino que aun no emprendo.
Ese
viaje hoy en espera.
Es
todo esto que siento y no comprendo.
Es
saber que mi ser te anhela, te desea.
Es
la ausencia de un te quiero.
Es
la dura lejanía.
Es
quemar mi amor sincero.
Es
algo que hace tiempo ya conocía.
Es
extrañar lo que no tengo.
Idealizar
el momento y el lugar perfectos.
Es
lo que puede ser.
Es
esto que quiero dar, y anhelo tener.
No
es tanta la distancia cuando se ama.
Es
la impaciencia ante la espera.
Delirio
con tu mirada.
Que
me invita, que me llena.
Es
el sabor de esta nueva pasión.
Es
la brisa entre las estrellas.
Es
escuchar en vivo tu canción.
Soy
yo, esta nueva Mireya.
Es
el compás de tu guitarra.
Es
que tú tengas la última palabra.
Y
yo sólo este continuo desatino.
Es
pensarte así a lo lejos.
Anhelar
tu compañía,
Esperarte
todo el tiempo.
No
sin antes hacer esta poesía.
La
distancia me da alas.
No
hay barrera. Nada nos separa.
Sólo
el miedo y las ansias.
La
locura y la esperanza.
Es
este suspiro que se lleva el viento.
Una
noche más de profundo ensueño.
Yo inmersa en mi camino.
No
hay distancia… está en manos del destino.
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