Por Mireya Cerrillo.
Una
creación literaria me lleva aproximadamente unas dos horas.
No
sé. La verdad es que no hay medida del tiempo para decirte cuánto ni cómo te
quiero.
Rimas
y prosas. Cuentos e historias. Palabras y frases que a mi alma desahogan.
Te
di mis versos y me metí en este poema: de profunda quimera, de continuo
desacierto.
Y
aunque escribo sobre el amor, soy totalmente incrédula.
Y
si bien mis estrofas tienen honda inspiración, eres tú quien las crea.
No
existe tal afirmación de amor eterno. Solo pasión, afecto y entrega.
¿Qué
más te puedo dar en estos poemas? ¿Qué más que no ya sepas?.
Gracias
por emanar en mi prosa y surgir en mi íntima oda.
Por
favor, no creas la distancia ni el falso abandono.
Estaré
donde menos lo preveas. Tú músico. Yo rapsoda.
No
hay lejanía en tus notas ni en estas letras. Sólo emociones que colecciono.
Un
universo de palabras aviva cuando tú me hablas.
En
tu silencio también hay creación infinita de invenciones y leyendas.
Escribirte
es combinación eterna de sentimientos fugaces.
Desconciertos
que dejan huella. Tú y yo: caprichosos y lenguaces.
¿Cuándo
se acabará la lira? ¿Cuándo me abandonará la musa?
Mientras
germines en mí, habrá fábula y romance.
Te
dejo brotar en mi escrito en blanco, sin causa ni pausa.
Así
constante, profuso, para que emerjas sin percance.
Estás
en mi piel y en este trozo de papel.
En
mi mente, en mi corazón y en cada parte de mi ser.
Eres
tú la guía a mi cincel. La pintura en mi pincel.
La
tinta de este querer. El matiz de este doler.
¿Qué
hice yo para obtener este regalo en mis poesías?
¿Qué
haces tú para merecer mi cariño y mis letras?
Es
un gesto ingrato de tus afonías, una broma de la melancolía.
Recuerdos
de una irremediable lejanía. Cruel aquel que en mí perpetra.
Este
amor se resume en estas creaciones líricas.
Este
desamor se queda plasmado en esta retórica.
Soy
simplemente poeta. Aprendiz y onírica.
Gracias
por los sueños, y por lo que hoy en mí despiertas.
No
hay corrección ni doble revisión.
Así
surges, así te quedas.
Tan
fácil que es fluir en mi versión.
Lástima
que a más no procedas.
No
hay título a esta improvisación perpetua.
No
hay autor único en esta literatura.
Sólo
eso: tu inspiración y esta poeta.
Dulce combinación de arte, fechoría de amor. Tierna desventura.
Dulce combinación de arte, fechoría de amor. Tierna desventura.
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