"Suddenly you’re afraid and don’t know what of…" Holly Golightly.
Por Mireya Cerrillo.
He tenido años de estudios, de
graduaciones, de viajes, de mudanzas, de aventuras, de recuerdos, llenos de
movimiento, de caos, de todo… Y por alguna razón, este año que pareciera que me
quedé “estática”, en el que no hubo viajes ni tanto ajetreo, el meneo que me
movió este 2013 fue totalmente interior y por eso lo siento aún como un
torbellino.
Este año ha sido de muchos
cambios, de mudanzas interiores y por qué no decirlo, de habitar una nueva
piel. Todo comenzó cuando empecé a poner atención a mi salud física, bajé de
peso y cambié mi cuerpo. Entonces vino el cambio mental, de actitud, de
percepciones, de creencias, de prejuicios. Todo lo que pretendí que creía, de
pronto no tenía sentido. Y todo lo que alguna vez no tenía sentido, hoy
representa una nueva base en mis creencias. Y así, en medio de esa tormenta,
vino el cambio emocional.
Comencé a sentir mis emociones a
flor de esta nueva piel: mi enojo, mi angustia, mi frustración, mi impaciencia,
mi tristeza, mi alegría y más importante, mi amor. Sí, sentir amor por mí y por
los demás fue el breve inicio de la desazón de este loco corazón.
La falta de rumbo de pronto se tradujo
en la necesidad de volar otra vez, de respirar nuevos aires, de estar lejos de
todo lo que hoy siento que me encadena. Todo lo que alguna vez me llevó a
“huir” lejos, “chocó” conmigo a mi regreso. Así que este año de aterrizaje fue
bueno para acomodar todo, tomar nuevas decisiones para emprender otra vez el
vuelo con los bríos renovados.
Un nuevo año, un nuevo día, otra
guía, y muchas alegrías por venir… Este 2014 no permitiré que mis miedos o mis
prejuicios me retengan en un sitio que no me está permitiendo crecer. No dejaré
que mis incertezas me detengan, ni que mi excesivo uso de razón me lleve a no
escucharme.
Sí, mientras el mundo se empeña
en que use más la razón y que no escuche a mi corazón, estoy convencida de que
es momento de hacer exactamente lo contrario. Toda mi vida ha sido un compendio
de racionalizar mis decisiones, jamás me he dejado llevar por un impulso ni por
un sentimiento momentáneo. Hoy, quiero eso. Escucharme más. Sentirme más.
Aprenderme más. Saberme menos.
La vida es un hecho. La gente se
enamora pues es una oportunidad de ser feliz. Los espíritus libres, así como
yo, estamos aterrados de que alguien nos encierre en una jaula por más de oro
que ésta sea. Somos una cosa salvaje que desafortunadamente, nos construimos
nuestra propia jaula que se llama miedo, que se llama yo. No importa que tan
lejos corra, siempre terminaré encontrándome conmigo misma.
Conmigo es con quien siempre
estaré. Y en mí es quien debo aprender a confiar y seguir. Dice una de mis
pelis favoritas: “No debes dar tu corazón a un espíritu salvaje, mientras más
lo haces, más fuerte se vuelve hasta que es lo suficientemente fuerte para
volar otra vez…” Así me siento, más fuerte que nunca para dejar ser a este
espíritu viajero, para continuar libre, sin ataduras, sin miedos y con muchas
ganas.
Bienvenido 2014 y Gracias al 2013
por permitirme llegar a esta resolución de año nuevo.
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