Por Mireya Cerrillo.
Mi
idioma son las letras,
y
el tuyo es la música.
Hagamos
poesía,
Seamos
una bella sinfonía.
Profunda
tristeza
es
lo que mueve a nuestras almas.
Separadas
por la incerteza
de
saberse reconocidas,
de
saberse aún lejanas.
En
las sombras de esta soledad,
me
duele no poderte acompañar.
Quisiera
tu angustia poder calmar.
Y
con suerte en el intento a mi pecho dieras paz.
La
profundidad de tu ser,
la
intensidad de este querer.
Al
son de tu guitarra siento todo estremecer,
y
lamento no lograrte tener.
Dos
almas atormentadas.
Dos
cuerpos que buscan ser.
Unidos
en la nostalgia
de
no poder tremer.
¡No
te sientas solo!
Somos
un amargo añoro.
Y
aunque estoy lejos de ti
tú
estás muy dentro de mi corazón,
y
será difícil sacarte de ahí.
Ojalá
te pudiera decir,
Ojalá
quisieras escuchar
a
mi corazón latir por ti,
y
te dieras la oportunidad de amar.
Reconozco
el dolor detrás de tu sonrisa,
soy
víctima también de esta pesadumbre.
Permite
a mi pluma neófita y poetisa
escribirte
luz que tu oscuridad alumbre.
El
tiempo apremia:
Ser
juntos y no ser más este destierro.
Ser
música o ser letra.
Simple:
seamos un triste aferro.
Vivamos
este dulce añoro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario