"Contemplad la pureza
divina de la mañana… Esta prodigiosa sonrisa, el sol. El sol, esta flor de los
esplendores infinitos…” Victor Hugo
Por Mireya Cerrillo.
Pablo Neruda
escribió alguna vez:
“pienso imitar
la humildad
y pedir que
perdonen mi alegría…”
Siento que
quizás también ese sea mi deber:
Me disculpo por
este breve júbilo.
Pues es en la
tristeza y en la ausencia
que encuentro
un apacible sigilo
y siento caer, ante
mi propia demencia.
Imitar la
humildad con tal genialidad: imposible.
Robar letras a
tan grandes poetas: sacrilegio.
Es en la
claridad del día que todo parece tangible.
Mas infinitas
son mis palabras en temporal silencio.
Ya lo díjo
Benedetti:
“Si el sol no
calentara,
si la luna no
existiera…”
yo digo que no habría
poesía
ni a quien
contar mis confidencias.
El sol se
levanta muy de mañana
y a mi alma alborotada despierta.
El sol alumbra
a la distancia
y apacigua lo
que hecho en falta.
Despierto anhelando
un reencuentro,
viviendo un eterno desencuentro.
Y mientras fría
está mi esencia,
el sol pretende
iluminar pues no cuento con tu presencia.
Para Van Gogh el sol era una luz inalcanzable.
Así siento el resplandor de tu ser y tu mente:
Inaccesible ahora, pues entre nosotros todo es incierto,
Inaccesible ahora, pues entre nosotros todo es incierto,
fuente de albor, de lo bello y verdadero.
El sol quema y poco a poco nos va convirtiendo en cenizas.
Fuego fugaz de mayo, claro, dulce y amarillo.
Sólo quedan nuestras ganas que tanto ardían
en el juego constante de dos tontos chiquillos.
De niña veía al
sol dibujar mi silueta.
Radiante era
jugar con mi contorno.
El asombro de
una niña inquieta,
el inicio de una locura
sin retorno.
El sol que suple
a la luna,
¡Qué calumnia pretendender dar luz a mis días!
Mas a mi alma aturdida
no la engaña
aunque esté llena
de dudas, me otorga efímeras alegrías.
El sol después
de todo es una estrella,
y yo vivo embelesada de la bóveda celeste.
Me da luz,
calor, energía y procura ser mi guía.
Es el astro que
me lleva al sur, que me orienta al norte.
Un día de sol
para el pintor y poeta.
Un día para el
color y fulgor de tus ojos.
El sol es de la
eternidad sólo un momento.
El sol que roba
instantes y va dejando sombras y poemas.
Una noche de
luna para esta loca enamorada.
Una noche de
luna para robarte una serenata.
Un día de sol
para aminorar nuestra andanza.
Un día de sol
para perderme en tu mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario