lunes, 8 de marzo de 2010

3 Glorias. . .


Por Mireya Cerrillo

La primera vez que pisó la gran ciudad, no sabía que ahí echaría raíces, ni que llegaría para quedarse.

La primera vez que se bañó en el mediterráneo, lo hizo en las costas griegas. Ahí, agradecida gritó a los dioses del Olimpo y pidió a las diosas por sabiduría, protección y el poder volver algún día.

Cuando conoció la nieve… pensó en ellas. En la ilusión tan grande que significaba ver nevar, en lo lejos que había llegado y en cuánto quisiera poder compartirles ese momento.

3 generaciones, 3 historias, 3 mujeres: 3 Glorias.

Cada una realizó un viaje diferente en su vida, todas derramaron lágrimas en el camino, pero también, tuvieron muchas victorias y goces que dejaron buen sabor de boca, muchos aprendizajes y muchas experiencias que formarían parte del gran libro familiar. Pues hay esas cosas que sólo se pasan de madre a hija, el detalle que llamamos el secreto de la abuela, y la travesura que celosamente le consintió a su nieta.

Todas: de gran carácter… Fuertes y muy sensibles. Las tres: con un orgullo único que pareciera heredado, y con una encantadora sonrisa que definitivamente emana lo bello de su apellido. La fuerza de los genes va más allá. En ocasiones pienso que somos muy diferentes, pero otras, simplemente reafirmo que venimos de la misma rama del mismo árbol.

De piel blanca como su sonrisa, ojos brillantes como su corazón y con un nombre tan grande y sencillo como su persona. Gloria Grande y Gloria Chica para algunos… Abuelita y Mami para mí.

Dos grandes mujeres a quienes hoy rindo homenaje, y es que es increíble como la historia se repite… Yo llegué a otra gran ciudad, y muchos años después, también me bañé en el mediterráneo. Y hoy, tuve una primera vez extraordinaria: conocí la nieve, vi nevar y todo el tiempo pensé en ellas.

Quise congelar el momento y transmitirle mi ilusión a mi madre, quise volar en el tiempo y llevarle un copito de nieve a mi abue, que lo viera, lo sintiera y que estuviera cerca de algo que probablemente no podrá conocer.

Mi homenaje es claro, son las mujeres que representan mi pasado, que me han transmitido un idioma, un amor por mi cultura y muchos cuidados y consejos que hoy, he aprendido a atesorar. Son las mujeres que con amor y paciencia me educaron, que sin pedir nada a cambio, siempre me han dado sus bendiciones, sus oraciones y sobre todo, la fuerza de una fe única. Son mi guía, el abrazo anhelado, el beso esperado: el amor incondicional.

Porque me han enseñado que de eso se trata ser mujer: de ser entregadas a su familia, devotas a su trabajo, de compartir sin esperar recibir, de ser siempre y sobre todo: GLORIA.

No les puedo llevar la nieve, sólo les puedo compartir la felicidad de una ilusión cumplida. No les puedo decir nada más que: GRACIAS… Simplemente por SER parte de mi vida, y ESTAR siempre en mi vida.

Gracias mami. Gracias abue. Gracias por el orgullo que representa ser la tercera Gloria. Y Gracias por la Gloria de poderlas llamar: mías. Las Quiero Mucho.



7 comentarios:

Adriana Robles dijo...

e bonito mire!!! ellas estan tan orgullosas de ti como tu de ellas!! te quiero.. =) y que bueno que la primera nevada haya sido en barcelona.. asi tendras una cosa mas de que acordarte de esta tierra que nos acogera solo por un tiempo.. te quiero.. =)

gerardo dijo...

que padre manita que cuando tienes una bella experiencia en la vida pieneses en tu familia y sobre todo en abue y mama, te quiero mucho

Charo Bolivar dijo...

Nuestras raíces son muy fuertes, y todo gracias a esas mujeres que nos han marcado y nos han legado todo lo que sabemos y la manera de aprender cosas nuevas. ¡Qué dichosa estará tu abuela! ¡Qué feliz tu madre! Pero nada comparado con el enorme orgullo de reconocérselo a las dos.

Una de mis frases favoritas, y creo que ya te le he dicho alguna vez es : "Quién pierde las raíces, pierde la identidad". No hase farta disir nada más. :D

O si, que los Dioses del Olimpo nos conserve nuestro orgullo y nos den la fuerza necesaria para todo lo que nos tiene que venir en la vida, que estoy segura que será magnifico si sabemos conservar nuestra alegría.

Un abrazote de vainilla

Anónimo dijo...

menos mal que siempre te ha gustado que te llamen "Gloria", verdad Mireya?

Mireya dijo...

pues no se quién eres anónimo desconocido q seguramente me conoce jajaja! pero en México todo mundo me llama Gloria...Aquí soy Mireya porque así se dio y no me molesta usar ninguno de mis 2 nombres, para eso tengo 2, pa no aburrirme! jejeje! :)

Anónimo dijo...

Que bonito Mire! Seguro que ellas están también muy orgullosas de ti. Eres increíble! Y no es difícil imaginar que ellas sean unas mujeres excepcionales también. Te quiero mucho, mi Rosita linda!

Anónimo dijo...

Me ha encantado leer tu blog y ver a tu abuelita y mami. Por sus sonrisas no cabe ninguna duda que son unas maravillosas mujeres.
Mireya: sigue adelante con tus escritos. ¡Me han encantado!. Lo haces muy bien y espero seguir leyéndolos.
Tu también eres una gran "Gloria".
¡Feliz viaje a México!
Un saludo,
Lola