martes, 19 de mayo de 2015

La bimba dentro me...

"Para hacerte entender lo que pienso
Que sufro de amor intenso
Que ahora juego con el viento
Pero no encuentro más al niño dentro de mi
Que ahora río sin ningún sentido
Y navego distraído y atento
Ingenuo, pero con la cabeza 
¿O todo o nada? o ¿siempre o basta?
Y que estoy aquí para reencontrarme
Y te pido ayuda" 
Il bimbo dentro (fragmento) - Tiziano Ferro.

Por Mireya Cerrillo.
 

Querida Mireya, (a la pequeña dentro de mí):
Te escribe tu "yo futura", esa que aún no conoces y que no tienes idea de cómo va a ser porque honestamente, no te importa. Con tus rizos alborotados, tu mirada coqueta y tu sonrisa traviesa comienzas a sentir tristezas pero no sabes aún qué significan.
Para tí el futuro representa una heladería con mil sabores y una papelería porque te gustan las libretas, los lápices y plumas de colores, y si ahí también venden una que otra golosina ya está bien. ¿Qué crees? Hoy día te entusiasman esas mismas cosas y además el chocolate y el café.
A los 7 años eres calladita, tierna y frágil pues desconoces aún tus fortalezas, creces a las faldas de mamá y entre los brazos de tus hermanos. ¿Y papá? Está ahí, como un descanso de los fines de semana, por eso es que aún no sabes dónde acomodarlo. Sabes que es tuyo y te prometo que con el tiempo le darás el lugar que le corresponde y es un buen sitio.
Acabas de aprender a andar en bicicleta, te caíste, hiciste un moretón, te raspaste las rodillas, y papá estuvo ahí para levantarte y volverte a empujar. Lo más lejos que llegas en tu bici lila es a la tienda o al parque, pero no te preocupes, dentro de poco, descubrirás la geografía y amarás los aviones y los trenes tanto como hoy amas tu nueva bicicleta color turquesa. Aprenderás a conducir un auto, tendrás también accidentes, y una vez más, tomarás de nuevo el volante y te seguirás moviendo. 
Hoy tienes 21 años más y puedes ver cosas de esa pequeña Mireya en tus sobrinos. El deleite por la lectura y el conocimiento de Sofi, el gusto por los chistes y las travesuras de Nati y la curiosidad incansable de Gael. Quizás por eso los entiendes y los amas aunque a veces no los veas tan seguido como quisieras.
A esta corta edad no conoces el miedo porque todos te protegen y no conoces de incertezas porque hoy a los 7 años, todo está perfectamente planeado. Ese miedo y esas incertezas permanecen hoy día, y por eso sientes y piensas las locuras que cruzan por tu cabeza. No te preocupes, no estás sola y tú puedes salir adelante. 
Pisarás el hospital un par de veces y saldrás avante. Sólo tienes que recordar que el amor es una cosa simple y está en torno a ti. Eso te ha curado antes, eso y tu buen sentido del humor.
Hoy te escribo porque quiero que recuerdes que detrás del desasosiego que te embarga escondes una pluma que se desliza sin temor ni miramiento. Y aquí, en este papel en blanco desvelas tus sueños y miedos. No dejes de hacerlo. Escribe y deja la tinta correr. Sé tú misma. 
¿Quieres que te cuente una sorpresa? Amarás viajar por sobre todas las cosas y lo mejor es que harás muchos amigos en el camino. Ese deseo de recorrer el mundo para finalmente y siempre volver a casa. Pero es que lejos es donde te sentirás libre y un poco menos triste y el hogar es donde estés tú. Quiero recordarte que tu miedo se convertirá en batallas vencidas, y tus nostalgias serán tus más sinceras poesías.
Como siempre, no tienes todas las respuestas, pues sigues teniendo muchas preguntas. Y ¡qué bueno! Por  eso sigues creciendo, cambiando y recorriendo nuevos caminos en la búsqueda insaciable de tu verdad. 
¿A qué conclusión he llegado? me preguntas, menos segura quizás, pero más fuerte. Que la luna es tu confidente y las estrellas son tus guías. ¡No lo olvides!, me increpas.
¿Qué te pido? No me sueltes. No me dejes ir. Abrázame. No me quiero perder. Pues por eso recurro a ti, porque hoy no encuentro a esa niña dentro de mí. Tú que sabes con humildad sincera la versión entera de mí, cruza los puentes entre mente y corazón y reencuéntrame. 
¡Abrázate a la vida!, me susurras, y te escucho. La tristeza no terminará porque es parte de nosotras, me recuerdas.
La diferencia entre tú y yo es que hoy vivimos en polos opuestos, yo volveré a perder el sueño mientras tú seguirás soñando. Tú te ríes de ti misma y yo lloro lo que no es. Pero si algún día asomándome a la vida me diera cuenta que no hay más melancolía, volvería por ti, pues aunque creas que el mundo o el tiempo va a curarnos las heridas, es la vida, este desorden de preguntas, estas ganas de desaparecer, y tú lo sabes bien, lo que nos hace ser: Yo misma.




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