viernes, 10 de noviembre de 2017

Un convenio firmado con cariño...

"TÚ Y YO TENEMOS UN PACTO DE AMOR"

Por Mireya Cerrillo.


Un pacto es por definición, un convenio en el que dos partes se comprometen a cumplir al ejecutar ciertas acciones.

Esta es nuestra historia:
Como todos saben, tengo la tendencia a idealizar la muerte y a ponerla a mi disposición con constantes pensamientos suicidas.

Ella, la luz de mi vida. Siente que su llama no sólo se está apagando, sino que se está extinguiendo... Y así como ella se pone nerviosa al saberme imprudente, a mí me pone muy triste la sola idea de perderla. Literalmente moriría si no la supiera en mi vida, y supongo que poniendo la relación en perspectiva, ella siente lo mismo por mi, y al fin entiendo... Y lo siento.

Con cada nueva convivencia descubrimos alguna mutua coincidencia, algún gusto recíproco o cualquier cosa en común... Y eso nos gusta.
Realmente me sorprende lo honesta y sinceras que somos la una con la otra, no hay secretos. Todo me sabe. Todo le sé. 
Y es bueno saber y sentir que hay alguien en este mundo tan peculiar, a quien puedas entregarle tu corazón y alma entera sin temor a que pueda ser destruida... Excepto: cuando me vence la desesperación y frustración, o cuando le gana la mala intuición y extrema credulidad.

Por eso, este es nuestro trato:
Yo, Mireya, me comprometo a reconciliarme con la vida. A llorar lo que no he llorado, a ser honesta conmigo, a decir y vivir mi verdad. A escribir y leer más. A no dejarme vencer por mis propios pensamientos y a renovar constantemente y cuantas veces sea necesaria, mi actitud hacia la vida y las cosas que me hacen sentir viva.

Yo, Liz, me comprometo a restablecer mi pasión por la vida, y sincerarme con los que me hacen sentir viva. A ser leal a mis verdaderos deseos de vivir, y renunciar a la falsa idea de que mi vida se acabará pronto. A no traicionar mis anhelos de envejecer con engañosa clarividencia, y estar y ser para llevar a cabo mis proyectos y ver crecer a mi familia.

Prometemos, ser fieles a este convenio por el plazo mínimo de un año. Un año en el que cerraremos ciclos que nos atrasan en nuestro crecimiento y desarrollo. Un año que irá marcado por la fuerza de un tigre de fuego y la garra de un león. Por la perseverancia y el encanto de una serpiente de madera, y por la sabiduría de saber poner todo en la balanza para: cambiar de piel, de mente, de cuerpo, de ideas y prejuicios.

La serpiente para los mayas era: sabiduría y renovación. Y aunque el tigre sea impredecible, para la cultura china significa: protección, fuerza y riqueza. Ambos presuntuosos, vanidosos, elegantes y audaces. Una vez más, ¡qué potente coincidencia!, ¡qué bella armonía!.

Hoy, nuestras auras muestran el tono turquesa como señal de la intuición, la energía, el dinamismo, la influencia y el movimiento que nos empujarán a realizar éste acertado y conveniente renacer.

Quiero resumir nuestro pacto con las bellas palabras de Ángeles Mastretta:

“Yo me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.”

Y sabiéndonos mujeres de palabra, que a pesar de nuestros propios desalientos, sabemos que encontramos el consuelo y el ánimo en el cariño recíproco para decir:
 "Cuentas conmigo. Cuento contigo. Estoy aquí. Y te sé y siento aquí. No estás sola. No estoy sola. Y más allá del pacto eterno de almas que nos precede, sellamos con un tatuaje en el corazón este pacto de amor."

A los Ángeles: Gracias.

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