lunes, 2 de junio de 2014

Misterio...

“El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo.” Gustavo Adolfo Bécquer.

Por Mireya Cerrillo.

Hace tiempo sé que mi palabra es: misterio.
Quizás es porque eso te define: algo secreto y difícil de comprender.
Antonio Machado diría: “amor peregrino, he adivinado el camino para llegar hasta ti”.
Yo voy intentando predecir el destino del sueño en el que te conocí.

Voy despertando y te encuentro en un lugar reservado.
De mi alma eres dueño, eres mi cachito de cielo.
Si buscas abrigo, lo encontrarás conmigo sin mayor empeño.
Tú sabes que ese es tu mayor anhelo, sellar el trato con la deuda de un beso.

Oscar Wilde dijo que “el misterio del amor es mayor al de la muerte”.
Quizás tiene razón. No entiendo este no poder interpretar ni pertenecerte.
En el Principito leí que: “Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer”.
Si eres el príncipe de esta enamorada princesa, ¿cuánto tiempo más para poder ser?.

Eres algo tan oculto en mi alma y mi pecho,
que no concibo el desvelo sin esta melancolía.
Me estremezco de noche añorando tu mágico acento,
Te quiero tanto vida mía que eres mi sueño de noche y de día.

Me adormezco embriagada, como siempre embelesada.
Tú: arcano en lo más recóndito de mi ser.
Son tus ojos, es tu mirada.
Y me corrompe no poderte ver.

Te encuentro escondido en mi subconsciente.
Me adormeces y bajo la luna y las estrellas
surgen mis versos, mis poemas.
Mi corazón no miente, sabe lo que siente.

No me equivoco al desear tus besos.
Sabes que mi boca es tuya si me dejas.
A todo mi cuerpo alteras.
Yo sólo quiero probar tus labios gruesos y traviesos.

Entonces me abrazo a la nada, a ese único secreto.
Evoco sensaciones y recuerdos. No es un juego, es en serio.
Inalcanzable al mar se van mis profundos deseos,
al mar oscuro y tan lleno de misterios.

Todo tú eres un acertijo:
mi mayor entretenimiento que no logro descifrar.
Mi enigma y rompecabezas:
rompecorazones e inquebrantable idilio.

Sueño que te despierto.
Despierto y me doy cuenta que quien sueña soy yo.
Sin embargo te abrazo en silencio,
y disfruto este misterio de amor.

Te quiero: eso no es secreto.
Te deseo: no hay mayor misterio.
No hay nada oculto en mí.
Todo lo evidencio gracias a ti.



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