domingo, 30 de agosto de 2015

The near end...

"Cánsate corazón mío. Tómate tu tiempo para reposar; pues si rendirte debieras, aceptarlo tendrías sin hesitar."

Por Mireya Cerrillo.

Porque la melancolía me hace presa de la desdicha a ratos, me tomo una pausa, contemplo a la luna, pienso en aquella triste canción y en la vida que a veces se va demasiado pronto y otras muy lentamente. Es la pena el constante son de mi necio corazón que no escucha la razón, que no atisba otra opción y que no busca seguir ningún impuesto guión.
Es entonces que recuerdo lo que unos quieren que olvide, pero la reminiscencia está muy arraigada en mi. Hay días en los que simplemente no me entusiasma vivir, y sin embargo hay algo cercano a la vida en este sentir, esta mera existencia corriendo por mis venas que a momentos creo firmemente que se va a perder y dilapidar. Y persisto, insisto, resisto y sobrevivo sin sentirme plena, pensando en cómo volver a reir.
A veces esta increíble profundidad de poder apreciar tan intensamente se apodera de mi y me obliga a tener contacto con la vida, a advertir el amor verdadero, a evocar una que otra tristeza y a presagiar la muerte como un deseo que se debe abandonar aunque se anhele como mi única certeza.
No siempre estoy segura de entender el papel que he de interpretar, si soy protagonista o antagonista, si esto es un drama o una comedia, si soy brillo u oscuridad o simplemente una estrella que a pesar de su propia luz se va apagando poco a poco, y va quedando un relente opaco y sin fulgor que con parco resplandor sólo busca en el eterno firmamento permanente su lugar.
De todos los idiomas que pretendo entender hay un lenguaje que del todo no comprendo, y es sin duda el de esta ánima hecha pedazos que ha dicho todo, y que aunque le quedan palabras para explicar; son estos genes, esta mente y esta sangre los que hacen que derrame sentimientos y emociones en palabras de tinta que se plasman y no mienten.
Hay un hueco en mi alma que se ve en mis ojos y que se siente en mis poros; no necesitan verme llorar para evidenciarlo en mis enojos y más íntimos despojos. 
Mas no puedo prometer que mejoraré... pues sólo busco paz y libertad por una breve eternidad; así sea una serenidad disfrazada de ansiedad aunque a la misma vida desertare. 


No hay comentarios: