jueves, 10 de abril de 2014

Amor en Silencio...

Por Mireya Cerrillo.

Dice el refrán: “ojos que no ven, corazón que no siente”,
¡Qué ironía no poder verte ni tocarte y sentirte así de fuerte!.
No entiendo el frío con el que me destrozas,
pero puedo ver aún el fuego en tu mirada y súbitamente me alborotas.

Esa mirada que me deja sin o me invade de palabras.
Esos ojos que ansío y me enloquecen.
Esa ventana a tu ser y tu alma,
que me permite reconocerte una y mil veces.

No digas nada, por una vez, aprecio tu silencio.
Y aunque muero porque sepas tantas cosas.
A lo lejos escucho tu canción
que me da la esperanza de un mañana.

Pues cuando sabes que dos seres se pertenecen,
en un momento inesperado vuelven a verse.
Es el  calor del sol que se siente vacío y tibio.
Es el sazón del desamor, impasible y triunfador.

No digas nada, sólo danos una oportunidad.
Déjame mirarte, hablarte y poco a poco enamorarte.
Así como yo me fleché con tu melodía y filosofía de vida,
con el extraordinario arte de amarte y desearte.

Es nuestra química, es tu físico, y es tu mente para mí tu mayor atractivo.
Quédate en sigilo para disfrutar esta paz del sueño en el que siempre te encuentro.
Calla, no digas nada. Deja que tu corazón sienta y sea el que por ti hable.
Así, aunque se entrecorte tu respiración, poco a poco deja fluir la voz de tu interior.

No hables con el corazón quebrantado, y mucho menos con tu ser frustrado.
Ten calma te pido, no seas impaciente, no arruines el presente.
Guárdate para ti lo que temes decir. Escucha mi alma que te aclama en quebranto.
Vive hoy este amor sin inicio ni fin, diligente y redundante.

Enmudece, ya me acostumbré a tus silencios.
Ausente, distante, fuerte y de amor invidente.
Por ahora te prefiero así, omitiendo de amor tus argumentos.
Mejor así, no vaya a ser que me despierte.

Aunque quisiera gritarle al mundo y que todos lo sepan:
Decir te quiero se escucha mejor en silencio.
Sin embargo, lo haré hasta que mis sentimientos en mi pecho ya no quepan.
Y entonces gritaré lo que todos ven en lo que escribo y a ti dedico.

Mas yo no sé disimular lo que siento y quiero: a ti.
Aprenderé a acallar como tú, lo que deseas y no tienes.
Es un amor reservado: para ti y para mí.
Para los impacientes que mil besos se deben,
y sin embargo, en la distancia se abstienen.

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