jueves, 3 de abril de 2014

Manual para querernos...

"El corazón es el último órgano en rendirse, continúa latiendo, incluso cuando está separado del organismo, incluso cuando te abandona la persona amada, incluso cuando ya no quieres sufrir más, porque pierdes el control sobre él cuando está enamorado, cuando tu corazón late fuerte por otra persona ya no eres tú quien manda, manda él."
Película "Manuale d'amore".

Por Mireya Cerrillo.
Cuando te conocí te lo advertí:
No hay manual hecho para mí.
Te pregunté si te atreverías
a descubrir lo que entre nosotros latía.

Dijiste sí, e intentaste aplicar el manual de siempre
cuando te aclaré que yo soy diferente.
Cambió el instructivo para querernos,
pues era simplemente para no herirnos ni temernos.

Para quererte: aprendí a mirarte tal y como eres.
Te confesé que a diferencia de ti, no me enamoré mil veces.
Dijiste que los celos y experiencias son estupideces.
Sin embargo, fuiste necio y lleno de sordeces.

Para quererme: aprendiste a consentir mis locuras,
a acompañar nuestra soledad y aclarar mis dudas.
Te expresé que prefería el júbilo al exilio.
Mas insististe en que la distancia es el peor castigo.

Pero si decidimos volver a tenernos, debes saber lo siguiente:
No deseo poses compradas en engañosos libros ni libretos.
Soy complicada y con alas para descubrir el mundo entero,
impaciente y sobretodo, muy sensible al amor que me hace aún quererte.

Para reencontrarnos hace falta desearlo tanto
dar esos pasos que nos tienen separados.
Para enamorarnos hay que aceptar el desencanto,
admitir que soy tu imposible y que tú eres mi quebranto.

No soy cobarde para amarte, ni para decir lo siento por mis equívocos.
No preciso que me salves ni me cambies, quererme sería lo mejor.
No me gusta añorar el pasado. Créeme no guardo ningún rencor.
Apasionado tan perpetuo y tan único, vives en mi recuerdo y corazón.

Quisiera aceptar que no se vuelve a amores terminados,
pero es que lo nuestro no se dio realmente por iniciado.
Aquí estaré, cambiante y la misma risueña de siempre.
Esa que sólo anhela quererte, mientras tú te aferras a retirarte.

Seguí tu manual para quererte y agregué un sutil instructivo de mí.
Pues si algún día quieres empezar a quererme, me dejaré llevar por ti a donde tú quieras.
Y si finalmente me dejaras amarte, verás que conmigo no hay falsas quimeras.
Más si acaso esto fuera un adiós, quiero que sepas que como a ti, no querré otra vez así.

Me queda el brillo de tus ojos y lo aprendido al haberte conocido.
Me queda el sonido de tu guitarra que en mí hace tremendo ruido.
Quédate con la duda y las ganas de no haberte pertenecido.
Quédate con el silencio de mi sonrisa, el recuerdo del olvido y el ansia de lo no vivido.




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