miércoles, 28 de mayo de 2014

“Muchacha de tierra extraña: Hannah y Yo…"

"Así, si usted me pregunta dónde me sitúo, no estoy en ninguna parte. Realmente no me sitúo en la corriente mayoritaria actual del pensamiento político ni en cualquier otra. Y no porque quiera ser muy original; ocurre que en cierto modo no encajo." Hannah Arendt.
Por Mireya Cerrillo.
“Muchacha de tierra extraña”, se llamaba Hannah Arendt a sí misma, extraña de tierra extraña, entre el lejos y el cerca, así me siento yo a veces. “…albor de una llegada, que inicia un mundo, inicio es sacrifico…resplandor del silencio. Extraña de tierra extraña, tú habita en el inicio…”
Yo resido entre el silencio y el bullicio de mis propias palabras, en el comienzo de una huida que no acaba de llegar, en la dedicación y el desgano del fulgor y la oscuridad de tus mutismos y arrebatos. Expatriada en una tierra extraña, así vivo yo.
Me ocurre como a ella que no termino de conectar, y estoy totalmente de acuerdo con ella en que: “todo lo que constituye la grandeza es la nobleza, la dignidad, la constancia y cierto risueño coraje.”
Extraña de tierra extraña vivo en el inicio…tal vez en un final. Decía la filósofa: “Lo hermoso se aisla de todo”, quizás por eso me alejo yo: para contemplar la belleza a pesar de la crudeza de mi a veces realidad.
Oh Querida Hannah, tan lejanas y sin embargo tan cercanas, amamos sólo a los amigos, creemos en narrar lo sucedido para superarlo, en la peligrosidad del pensamiento, en que se nace para innovar y entre otras cosas, en que la cultura es un fenómeno del mundo.
No sé aún si te enamoraste del amor o de su forma de pensar, o a lo mejor porque te enseñó a pensar de manera libre, te sentiste amada en libertad. A mí me pasó igual, pues no hay nada mejor que amar en el libre albedrío del pensar, de ser, de estar y de actuar.
Extraña de tierra extraña, Hannah quería hacerse “visible” y manifestó que para ello no sólo se requiere profundidad de pensamiento, sino sobre todo “el coraje de renunciar a su peculiaridad, de poder darle la mano a otros, de aprender a ser «persona entre personas»”, lo que significa, descubrir algo sobre uno mismo al mismo tiempo que se dialoga con los demás para así poder conformar, juntos, el mundo.” 
Yo me hago evidente en lo inapreciable de mi sensibilidad, en la depresión de mis sentimientos y profundas reflexiones, es en mis diálogos más íntimos donde soy yo sin poder ser con los demás. Conformo mi propio mundo al permitirme ser tal cual soy con los que me rodean, cosa que muy pocas veces sucede.
Extraña de tierra extraña, en mi propia tierra expulsada, añorando tierras lejanas, fastidiada de mi mundo, ¡qué extraño es extrañar!.
Si me lo preguntas, extraño tu pensar. Me sitúo en todas partes y en ninguna. Y abrazando mi peculiaridad, ocurre simplemente que no acabo de encajar.


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